La noche del 9 de agosto de 1809, un grupo de personas integrantes de la sociedad criolla de Quito se reunió en la casa de Manuela Cañizares para definir una estrategia; cuentan que esa madrugada, ante la falta de motivación de algunos de los presentes, Manuela les increpó con una dura frase: “¡Cobardes…hombres nacidos para la servidumbre ¿De qué tenéis miedo…? ¡No hay tiempo que perder…!”.
Esa madrugada se conformó la Junta Soberana de Gobierno, que tuvo como autoridades principales al Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar, y al obispo José Cuero y Caicedo, como presidente y vicepresidente respectivamente. Los doctores Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados como secretarios de Estado, despachos de lo Interior, de Gracia, Justicia y Hacienda.
Controlada la situación militar, el Coronel Juan de Salinas realiza las prisiones correspondientes a las autoridades del Gobierno anterior. Antes de media noche del 10 de agosto de 1809, los quiteños salieron a las calles con antorchas, y se dirigían a la plaza de la independencia, donde el Coronel Juan de Salinas les dirigió unas palabras, les hablo de la libertad, del respaldo al Rey de España, cuyas tierras habían sido invadidas por Napoleón Bonaparte;
para después gritar un Viva la libertad, “Viva La Independencia”, que fue el primer hecho de reflexión e influencias históricas realizado en el nuevo mundo. Grito que dio origen al calificativo de: “Quito Luz de América” y “Primer grito de independencia”.
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La noche del 9 de agosto de 1809, un grupo de personas integrantes de la sociedad criolla de Quito se reunió en la casa de Manuela Cañizares para definir una estrategia; cuentan que esa madrugada, ante la falta de motivación de algunos de los presentes, Manuela les increpó con una dura frase: “¡Cobardes…hombres nacidos para la servidumbre ¿De qué tenéis miedo…? ¡No hay tiempo que perder…!”.
Esa madrugada se conformó la Junta Soberana de Gobierno, que tuvo como autoridades principales al Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar, y al obispo José Cuero y Caicedo, como presidente y vicepresidente respectivamente. Los doctores Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados como secretarios de Estado, despachos de lo Interior, de Gracia, Justicia y Hacienda.
Controlada la situación militar, el Coronel Juan de Salinas realiza las prisiones correspondientes a las autoridades del Gobierno anterior. Antes de media noche del 10 de agosto de 1809, los quiteños salieron a las calles con antorchas, y se dirigían a la plaza de la independencia, donde el Coronel Juan de Salinas les dirigió unas palabras, les hablo de la libertad, del respaldo al Rey de España, cuyas tierras habían sido invadidas por Napoleón Bonaparte;
para después gritar un Viva la libertad, “Viva La Independencia”, que fue el primer hecho de reflexión e influencias históricas realizado en el nuevo mundo. Grito que dio origen al calificativo de: “Quito Luz de América” y “Primer grito de independencia”.
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