Respuesta: Afroamericano es un término que comenzó a utilizarse en los Estados Unidos de América en la década de 1980, por la misma población con ascendencia africana derivada de la esclavitud con o sin mestizaje, para reivindicar el orgullo de sus raíces africanas.1
El término fue ampliado y comenzó a ser utilizado con igual propósito, para hacer referencia a las personas nacidas en el continente americano en general, y a los que tienen antepasados africanos subsaharianos derivado de la esclavitud con o sin mestizaje; los afroamericanos son por tanto un grupo de afrodescendientes. La mayoría son descendientes de personas capturadas, esclavizadas y trasladadas desde el África subsahariana (la inmensa mayoría del golfo de Guinea) hasta América por los europeos para trabajar en sus colonias, fundamentalmente en las minas y plantaciones como esclavos, entre los siglos XVI y XIX (véase Comercio atlántico de esclavos). Puede confundirse con afro estadounidense, que es la traducción literal del término inglés Africana American (estadounidense africano). En inglés posee el sinónimo de Black American (estadounidense negro/a).
Una de las causas más remotas de la situación actual del continente africano se sitúa en la época de la trata de los esclavos. Esta página sombría de la historia de la humanidad tiene que ser conocida. Entre los siglos XVI y XIX, los europeos trasladaron a millones de africanos, hombres y mujeres jóvenes reducidos a la esclavitud, hacia sus colonias de América del Norte, América del Sur y del Caribe. Se compraban seres humanos a cambio de alguna mercancía de poco valor, de pólvora y otros productos destructivos o inútiles. El daño para Africa no fue sólo psicológico debido a la humillación sufrida, sino que supuso un perjuicio económico, demográfico y social decisivo. Este comercio alcanzó, en manos de los europeos, un volumen nunca visto. Hay que ir a Africa para darse cuenta de hasta qué punto sigue viva la conmoción material y espiritual que este episodio causó.
Después de la trata de esclavos, la etapa colonial. Esta representa la causa más directa de los conflictos políticos en Africa. Las potencias europeas se reúnen en la Conferencia de Berlín entre 1884 y 1885 bajo la batuta del Canciller alemán Bismarck. Como quien reparte un pastel, se distribuyeron el territorio africano. Pueblos que vivían en la misma región se enteraron que ya no eran del mismo reino, sino que unas fronteras imaginarias los separaban. Ningún africano participa en la Conferencia. El desglose de Africa se hizo de una manera artificial, al azar de la ocupación por parte de las naciones europeas de un territorio determinado. Un río por ejemplo que era un elemento de unión de un pueblo, un símbolo vital alrededor del cual se organizaba la actividad del mismo, se convirtió de repente en una frontera, o sea un elemento de división.
Estas fronteras crearon dos fenómenos contradictorios. Por un lado, en un país creado de manera artificial, se unificó por la fuerza a tribus que no tenían nada en común por el pasado, y que siguieron después ignorándose mutuamente o que desarrollaron unas relaciones de hostilidad. Por otro lado, las mismas fronteras dividieron elementos de una misma tribu, repartiéndola en dos o tres naciones nuevamente creadas. Esta división de Africa por parte de aventureros imperialistas europeos creó el problema de minorías étnicas que sigue siendo un problema en los países africanos.
Aunque esta página histórica duró relativamente poco tiempo, menos de un siglo, supuso igualmente un cambio radical en las estructuras y mentalidades de los pueblos africanos. Los daños actualmente son visibles. Lo que hay que cuestionar primero es el sentido de nación o de conciencia de pertenencia que se destruyó desde el principio. Por eso, una de las urgencias actuales es la de crear conciencia de Estado. La estructura tradicional africana tiene como base la etnia o tribu, aunque para algunos éste es un término peyorativo. Esta es un conjunto de clanes con una misma lengua y tradiciones. Entonces surge el problema de la exclusión causada por la unión forzada. La actitud desarrollada en muchos momentos será de desconfianza o de hostilidad hacia el perteneciente a otra etnia. El impacto de este pasado sobre las raíces y sobre las estructuras tradicionales africanas ha sido demoledor.
El dinamismo del comercio y la industria europeos, la necesidad de mercados y de materias primas, la ideología imperialista, la ilusión de llevar la Civilización y el Evangelio a todas las tierras, y la superioridad tecnológica, son algunos de los factores que propiciaron la conquista y dominación de Africa por parte de Occidente. Vendrán muchos cambios durante la colonia: fronteras artificiales y formas de gobierno calcadas de Occidente. El problema mayor es que sobre la organización tradicional, étnica, ha venido a superponerse la estructura occidental: Estado multi-étnico, gobierno, parlamento, ministerios, legislación occidental y no está nada claro que estas nuevas estructuras e instituciones hayan sido asimiladas por la población ni tampoco por los dirigentes. La primera generación de estos dirigentes en los países recién independizados es parte de la élite que las metrópolis formaron, identificándolos con los intereses coloniales. Aunque estas élites fueron también las que lucharon por la independencia, apenas la consiguen empiezan a realizar alianzas entre las ex-metrópolis y las oligarquías africanas. No debe extrañarnos por eso que en la actualidad, los intereses de los gobernantes africanos sean contrarios a los de sus propios pueblos. No extraña tampoco que unos países europeos envíen sus tropas a Africa en diversas ocasiones a defender regímenes corruptos y dictatoriales.
Respuesta: Afroamericano es un término que comenzó a utilizarse en los Estados Unidos de América en la década de 1980, por la misma población con ascendencia africana derivada de la esclavitud con o sin mestizaje, para reivindicar el orgullo de sus raíces africanas.1
El término fue ampliado y comenzó a ser utilizado con igual propósito, para hacer referencia a las personas nacidas en el continente americano en general, y a los que tienen antepasados africanos subsaharianos derivado de la esclavitud con o sin mestizaje; los afroamericanos son por tanto un grupo de afrodescendientes. La mayoría son descendientes de personas capturadas, esclavizadas y trasladadas desde el África subsahariana (la inmensa mayoría del golfo de Guinea) hasta América por los europeos para trabajar en sus colonias, fundamentalmente en las minas y plantaciones como esclavos, entre los siglos XVI y XIX (véase Comercio atlántico de esclavos). Puede confundirse con afro estadounidense, que es la traducción literal del término inglés Africana American (estadounidense africano). En inglés posee el sinónimo de Black American (estadounidense negro/a).
que te valla bien en el cole papú
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Una de las causas más remotas de la situación actual del continente africano se sitúa en la época de la trata de los esclavos. Esta página sombría de la historia de la humanidad tiene que ser conocida. Entre los siglos XVI y XIX, los europeos trasladaron a millones de africanos, hombres y mujeres jóvenes reducidos a la esclavitud, hacia sus colonias de América del Norte, América del Sur y del Caribe. Se compraban seres humanos a cambio de alguna mercancía de poco valor, de pólvora y otros productos destructivos o inútiles. El daño para Africa no fue sólo psicológico debido a la humillación sufrida, sino que supuso un perjuicio económico, demográfico y social decisivo. Este comercio alcanzó, en manos de los europeos, un volumen nunca visto. Hay que ir a Africa para darse cuenta de hasta qué punto sigue viva la conmoción material y espiritual que este episodio causó.
Después de la trata de esclavos, la etapa colonial. Esta representa la causa más directa de los conflictos políticos en Africa. Las potencias europeas se reúnen en la Conferencia de Berlín entre 1884 y 1885 bajo la batuta del Canciller alemán Bismarck. Como quien reparte un pastel, se distribuyeron el territorio africano. Pueblos que vivían en la misma región se enteraron que ya no eran del mismo reino, sino que unas fronteras imaginarias los separaban. Ningún africano participa en la Conferencia. El desglose de Africa se hizo de una manera artificial, al azar de la ocupación por parte de las naciones europeas de un territorio determinado. Un río por ejemplo que era un elemento de unión de un pueblo, un símbolo vital alrededor del cual se organizaba la actividad del mismo, se convirtió de repente en una frontera, o sea un elemento de división.
Estas fronteras crearon dos fenómenos contradictorios. Por un lado, en un país creado de manera artificial, se unificó por la fuerza a tribus que no tenían nada en común por el pasado, y que siguieron después ignorándose mutuamente o que desarrollaron unas relaciones de hostilidad. Por otro lado, las mismas fronteras dividieron elementos de una misma tribu, repartiéndola en dos o tres naciones nuevamente creadas. Esta división de Africa por parte de aventureros imperialistas europeos creó el problema de minorías étnicas que sigue siendo un problema en los países africanos.
Aunque esta página histórica duró relativamente poco tiempo, menos de un siglo, supuso igualmente un cambio radical en las estructuras y mentalidades de los pueblos africanos. Los daños actualmente son visibles. Lo que hay que cuestionar primero es el sentido de nación o de conciencia de pertenencia que se destruyó desde el principio. Por eso, una de las urgencias actuales es la de crear conciencia de Estado. La estructura tradicional africana tiene como base la etnia o tribu, aunque para algunos éste es un término peyorativo. Esta es un conjunto de clanes con una misma lengua y tradiciones. Entonces surge el problema de la exclusión causada por la unión forzada. La actitud desarrollada en muchos momentos será de desconfianza o de hostilidad hacia el perteneciente a otra etnia. El impacto de este pasado sobre las raíces y sobre las estructuras tradicionales africanas ha sido demoledor.
El dinamismo del comercio y la industria europeos, la necesidad de mercados y de materias primas, la ideología imperialista, la ilusión de llevar la Civilización y el Evangelio a todas las tierras, y la superioridad tecnológica, son algunos de los factores que propiciaron la conquista y dominación de Africa por parte de Occidente. Vendrán muchos cambios durante la colonia: fronteras artificiales y formas de gobierno calcadas de Occidente. El problema mayor es que sobre la organización tradicional, étnica, ha venido a superponerse la estructura occidental: Estado multi-étnico, gobierno, parlamento, ministerios, legislación occidental y no está nada claro que estas nuevas estructuras e instituciones hayan sido asimiladas por la población ni tampoco por los dirigentes. La primera generación de estos dirigentes en los países recién independizados es parte de la élite que las metrópolis formaron, identificándolos con los intereses coloniales. Aunque estas élites fueron también las que lucharon por la independencia, apenas la consiguen empiezan a realizar alianzas entre las ex-metrópolis y las oligarquías africanas. No debe extrañarnos por eso que en la actualidad, los intereses de los gobernantes africanos sean contrarios a los de sus propios pueblos. No extraña tampoco que unos países europeos envíen sus tropas a Africa en diversas ocasiones a defender regímenes corruptos y dictatoriales.
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