Las personas con trastorno límite de la personalidad suelen tener una auto-imagen variable que generalmente se basa en cómo son percibidos por los demás (ante una crítica se pueden sentir “malos”, “ineptos”, “no válidos” y ante un piropo se pueden sentir “una buena persona”, “alguien estupendo”, etc.). Esta variabilidad en la auto-imagen o forma de percibirse, conlleva cambios de humor y pensamientos contradictorios acerca de uno mismo y de los demás. De esta forma, en el curso de una entrevista y en función del tema que estemos tratando (o de la persona con la que tenga relación ese tema) el paciente se puede mostrar bien, muy alegre o contento o bien muy disgustado, decepcionado o asqueado consigo mismo y/o el terapeuta u otras personas. Esto está muy relacionado con el pensamiento dicotómico o pensamiento del "todo o nada" que presentan los pacientes con este diagnóstico.
1.- INESTABILIDAD EN EL SENTIDO DE SÍ MISMO
Las personas con trastorno límite de la personalidad suelen tener una auto-imagen variable que generalmente se basa en cómo son percibidos por los demás (ante una crítica se pueden sentir “malos”, “ineptos”, “no válidos” y ante un piropo se pueden sentir “una buena persona”, “alguien estupendo”, etc.). Esta variabilidad en la auto-imagen o forma de percibirse, conlleva cambios de humor y pensamientos contradictorios acerca de uno mismo y de los demás. De esta forma, en el curso de una entrevista y en función del tema que estemos tratando (o de la persona con la que tenga relación ese tema) el paciente se puede mostrar bien, muy alegre o contento o bien muy disgustado, decepcionado o asqueado consigo mismo y/o el terapeuta u otras personas. Esto está muy relacionado con el pensamiento dicotómico o pensamiento del "todo o nada" que presentan los pacientes con este diagnóstico.