Quizá el clasismo siga siendo inherente al Reino Unido de hoy, pero la división de su sociedad ya no se corresponde con los tres clásicos estratos asentados en el siglo XX: clase alta, media y trabajadora.
De menos a más, seguiría a los peldaños del “precariado” y la clase trabajadora un sector denominado “trabajadores emergentes de los servicios”, individuos mayoritariamente jóvenes y urbanos que, a pesar de sus bajas rentas, son muy activos en los ámbitos cultural y social. Un escalón por encima lo encarnan los “nuevos trabajadores acomodados”, muy parecidos sociológicamente a los anteriores aunque disfrutan de medios económicos más holgados.
La “clase media técnica”, el siguiente paso en el escalafón, aparece por el contrario menos interesada en el consumo de productos culturales, si bien dispone de ingresos más altos. En penúltimo lugar, la “clase media establecida” acapara capital social y cultural, además de dinero, aunque sin llegar al máximo estatus de privilegio encarnado por las élites.
Quizá el clasismo siga siendo inherente al Reino Unido de hoy, pero la división de su sociedad ya no se corresponde con los tres clásicos estratos asentados en el siglo XX: clase alta, media y trabajadora.
De menos a más, seguiría a los peldaños del “precariado” y la clase trabajadora un sector denominado “trabajadores emergentes de los servicios”, individuos mayoritariamente jóvenes y urbanos que, a pesar de sus bajas rentas, son muy activos en los ámbitos cultural y social. Un escalón por encima lo encarnan los “nuevos trabajadores acomodados”, muy parecidos sociológicamente a los anteriores aunque disfrutan de medios económicos más holgados.
La “clase media técnica”, el siguiente paso en el escalafón, aparece por el contrario menos interesada en el consumo de productos culturales, si bien dispone de ingresos más altos. En penúltimo lugar, la “clase media establecida” acapara capital social y cultural, además de dinero, aunque sin llegar al máximo estatus de privilegio encarnado por las élites.