Respuesta:
En 1998 termina la vieja disputa fronteriza entre Ecuador y Perú cuando los pre-
sidentes de ambas naciones firman un acuerdo, resultado de un largo proceso de
negociaciones y caracterizado por dos meses de choques armados, la interven-
ción de cuatro países ajenos al conflicto, el establecimiento de una fuerza de paz
y una fórmula final que comprometió la ratificación del fallo por los congresos
de los dos países, antes de conocerse sus resultados.
En términos generales, el conflicto enfrentaba dos políticas exteriores con-
tradictorias, enraizadas en imágenes de la historia y de la razón jurídica que insi-
nuaban, por el lado ecuatoriano, su pretensión de acceder al Amazonas como ob-
jetivo nacional, y por el lado peruano la necesidad de ejecutar y afianzar el Pro-
tocolo de Río de Janeiro. En esta relación, el uso de la fuerza, pese a estar aleja-
da de la retórica de la política exterior de ambos países, nunca fue una opción des-
cartada para la consecución de aquello que los estados veían como el interés na-
cional.
El conflicto entre Ecuador y Perú, estable en la formulación de las tesis
fronterizas, sufre una dramática modificación a partir de 1995.
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
© Copyright 2013 - 2024 KUDO.TIPS - All rights reserved.
Verified answer
Respuesta:
En 1998 termina la vieja disputa fronteriza entre Ecuador y Perú cuando los pre-
sidentes de ambas naciones firman un acuerdo, resultado de un largo proceso de
negociaciones y caracterizado por dos meses de choques armados, la interven-
ción de cuatro países ajenos al conflicto, el establecimiento de una fuerza de paz
y una fórmula final que comprometió la ratificación del fallo por los congresos
de los dos países, antes de conocerse sus resultados.
En términos generales, el conflicto enfrentaba dos políticas exteriores con-
tradictorias, enraizadas en imágenes de la historia y de la razón jurídica que insi-
nuaban, por el lado ecuatoriano, su pretensión de acceder al Amazonas como ob-
jetivo nacional, y por el lado peruano la necesidad de ejecutar y afianzar el Pro-
tocolo de Río de Janeiro. En esta relación, el uso de la fuerza, pese a estar aleja-
da de la retórica de la política exterior de ambos países, nunca fue una opción des-
cartada para la consecución de aquello que los estados veían como el interés na-
cional.
El conflicto entre Ecuador y Perú, estable en la formulación de las tesis
fronterizas, sufre una dramática modificación a partir de 1995.