Schaeffler es una compañía alemana fabricante de componentes para coches y en estos momentos se encuentra pendiente de una ayuda del Gobierno germano para intentar salir de su mala situación económica debido a la crisis. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, la empresa está en el punto de mira en el país después de que se diera a conocer que durante la Segunda Guerra Mundial utilizó pelo de las víctimas del campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia, para fabricar material textil empleado en los vehículos, informa Europa Press. Como todo el mundo se puede imaginar, la polémica no se ha hecho esperar en Alemania.
La información ha sido difundida por el canal de televisión Spiegel TV que ha realizado una investigación sobre una empresa que, por otra parte, ya se había vinculado al régimen nazi a emplear a trabajadores forzosos en la década de los 40 en su fábrica de Kietrz (en la actual Polonia). El dueño de la compañía en aquella época era Wilhelm Schaeffler.
Jacek Lachendro, subdirector del departamento de investigación del Museo de Auschwitz, asegura en la citada cadena que al término de la guerra se encontraron 1,95 toneladas de pelo “rasurado de las cabezas de las víctimas antes de que fueran gaseadas”, en la fábrica de textiles. Este pelo forma parte del que actualmente se exhibe en el museo del antiguo campo de concentración. Además, Lachendro mostró una bala de ropa presuntamente fabricada con el pelo humano y que fue hallada en la fábrica al término de la guerra.
Pero también existen transcripciones del interrogatorio de antiguos trabajadores de la fábrica que denuncian ese procesado de pelo humano. Por ejemplo, afirman que en 1943 dos vagones de tren cargados de pelo llegaron a la fábrica de Kietrz y los posteriores análisis revelaron que se trataba de pelo humano con restos de Zyklon B, el veneno empleado en las cámaras de gas de Auschwitz. Esta fábrica de Kietrz, a tres horas en coche de Auschwitz, se encuentra en estos momentos en ruinas después de que, tras la guerra, los hermanos Schaeffler optaran por trasladar su fábrica al sur de Alemania. De hecho, la historia oficial de la empresa no empieza hasta 1946.
Schaeffler es una compañía alemana fabricante de componentes para coches y en estos momentos se encuentra pendiente de una ayuda del Gobierno germano para intentar salir de su mala situación económica debido a la crisis. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, la empresa está en el punto de mira en el país después de que se diera a conocer que durante la Segunda Guerra Mundial utilizó pelo de las víctimas del campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia, para fabricar material textil empleado en los vehículos, informa Europa Press. Como todo el mundo se puede imaginar, la polémica no se ha hecho esperar en Alemania.
La información ha sido difundida por el canal de televisión Spiegel TV que ha realizado una investigación sobre una empresa que, por otra parte, ya se había vinculado al régimen nazi a emplear a trabajadores forzosos en la década de los 40 en su fábrica de Kietrz (en la actual Polonia). El dueño de la compañía en aquella época era Wilhelm Schaeffler.
Jacek Lachendro, subdirector del departamento de investigación del Museo de Auschwitz, asegura en la citada cadena que al término de la guerra se encontraron 1,95 toneladas de pelo “rasurado de las cabezas de las víctimas antes de que fueran gaseadas”, en la fábrica de textiles. Este pelo forma parte del que actualmente se exhibe en el museo del antiguo campo de concentración. Además, Lachendro mostró una bala de ropa presuntamente fabricada con el pelo humano y que fue hallada en la fábrica al término de la guerra.
Pero también existen transcripciones del interrogatorio de antiguos trabajadores de la fábrica que denuncian ese procesado de pelo humano. Por ejemplo, afirman que en 1943 dos vagones de tren cargados de pelo llegaron a la fábrica de Kietrz y los posteriores análisis revelaron que se trataba de pelo humano con restos de Zyklon B, el veneno empleado en las cámaras de gas de Auschwitz. Esta fábrica de Kietrz, a tres horas en coche de Auschwitz, se encuentra en estos momentos en ruinas después de que, tras la guerra, los hermanos Schaeffler optaran por trasladar su fábrica al sur de Alemania. De hecho, la historia oficial de la empresa no empieza hasta 1946.