El agua es el elemento vital para la población afectada, especialmente para los niños y ancianos, por lo que es indispensable disponer de un abastecimiento permanente, en cantidad suficiente y de fácil acceso, con acciones de control y vigilancia de su calidad.
Las medidas de racionamiento dependerán de las necesidades de las personas y se deberá vigilar su consumo y conservación.
Apenas aumente el abastecimiento de agua, deben levantarse las restricciones porque existe una correlación entre el consumo de agua (cantidad) con la limpieza (calidad) y entre la limpieza con la incidencia de enfermedades.
Aún si no se hubiera logrado tratar la fuente de agua, es imprescindible para la salud pública proporcionar las cantidades mínimas necesarias
Otra alternativa es buscar nuevas fuentes de agua salubre para uso público, como pozos profundos y plantas privadas de tratamiento de agua pertenecientes a fábricas de leche, alimentos, bebidas y otros. La cloración y el uso envases apropiados permiten aprovechar estas fuentes de suministro.
En cuanto al manejo de grandes volúmenes de agua, por regla general, para el transporte no se usarán camiones de combustibles, de sustancias químicas ni de aguas servidas. Los camiones deben desinfectarse antes de abastecerse y el agua debe desinfectarse siempre con cloro. Para el manejo de pequeños volúmenes de agua igualmente hay que desinfectar con cloro; en circunstancias especiales, se puede recurrir a la filtración si no hay suficiente combustible para hervir el agua.
Cuando se hacen reparaciones en el sistema de agua potable, se debe dar prioridad a las redes de suministro de agua que abastecen a los establecimientos de salud y puntos de concentración de personas.
Las cantidades mínimas de agua que se recomiendan por persona al día en emergencias son:
Estas cantidades varían de acuerdo con la cultura de cada país y el tipo de desastre.
En las zonas urbanas debe reiniciarse inmediatamente el proceso de cloración y su respectivo control diario. Se debe reparar las instalaciones de cloración dañadas y limpiar y desinfectar las tuberías principales, los reservorios y las plantas de tratamiento.
Es importante identificar los lugares en los cuales exista contaminación del agua, especialmente los reservorios temporales y los envases de uso doméstico, pudiendo evitarse su consumo mediante el uso de desinfectantes y la ubicación de nuevas fuentes.
Debe evitarse la distribución masiva de desinfectantes en tabletas, polvo y líquidos, salvo cuando es posible instruir sobre su uso en campañas de información o cuando existan promotores de salud que refuercen el debido uso del desinfectante. Además, se deben distribuir envases para almacenar agua, y verificarse la necesidad de suministrar desinfectante adicional durante la fase de emergencia y la primera fase de rehabilitación.
Deben reiniciarse a la brevedad posible los exámenes bacteriológicos del agua. Si no se cuenta locamente con el equipo básico, se debe incluir en la lista de suministros que se solicitan a los países que prestan ayuda durante la emergencia. Si se identifican bacterias en el agua, se debe aumentar la cantidad de cloro residual y la presión en el sistema de distribución.
En los albergues se debe poner mayor énfasis al abastecimiento oportuno, almacenamiento ade- cuado y vigilancia cotidiana del agua segura, a fin de evitar el riesgo de enfermedades.
Durante una emergencia se debe utilizar primero los materiales y recursos humanos locales, procurándose la participación activa de los habitantes del lugar.
La asistencia que se solicita de lugares alejados frecuentemente llega después que han pasado las condiciones de emergencia. Por lo tanto, la ayuda externa es más útil para la reconstrucción antes que para atender necesidades inmediatas.
Finalmente, una recomendación general que debe tener presente el personal, es que a pesar de las presiones a las que están expuestos cuando ejecutan medidas de urgencia de corto plazo, no se deben perder de vista las necesidades de rehabilitación y mejoramiento de los servicios sanitarios. Deben calcularse los costos preliminares para reestablecer los servicios de abastecimiento de agua, alcantarillado, y otras obras de salud ambiental . Para ello es imprescindible elaborar un plan de reconstrucción que incluya cálculos de costos y presupuestos.
Respuesta:
Agua
El agua es el elemento vital para la población afectada, especialmente para los niños y ancianos, por lo que es indispensable disponer de un abastecimiento permanente, en cantidad suficiente y de fácil acceso, con acciones de control y vigilancia de su calidad.
Las medidas de racionamiento dependerán de las necesidades de las personas y se deberá vigilar su consumo y conservación.
Apenas aumente el abastecimiento de agua, deben levantarse las restricciones porque existe una correlación entre el consumo de agua (cantidad) con la limpieza (calidad) y entre la limpieza con la incidencia de enfermedades.
Aún si no se hubiera logrado tratar la fuente de agua, es imprescindible para la salud pública proporcionar las cantidades mínimas necesarias
Otra alternativa es buscar nuevas fuentes de agua salubre para uso público, como pozos profundos y plantas privadas de tratamiento de agua pertenecientes a fábricas de leche, alimentos, bebidas y otros. La cloración y el uso envases apropiados permiten aprovechar estas fuentes de suministro.
En cuanto al manejo de grandes volúmenes de agua, por regla general, para el transporte no se usarán camiones de combustibles, de sustancias químicas ni de aguas servidas. Los camiones deben desinfectarse antes de abastecerse y el agua debe desinfectarse siempre con cloro. Para el manejo de pequeños volúmenes de agua igualmente hay que desinfectar con cloro; en circunstancias especiales, se puede recurrir a la filtración si no hay suficiente combustible para hervir el agua.
Cuando se hacen reparaciones en el sistema de agua potable, se debe dar prioridad a las redes de suministro de agua que abastecen a los establecimientos de salud y puntos de concentración de personas.
Las cantidades mínimas de agua que se recomiendan por persona al día en emergencias son:
Estas cantidades varían de acuerdo con la cultura de cada país y el tipo de desastre.
En las zonas urbanas debe reiniciarse inmediatamente el proceso de cloración y su respectivo control diario. Se debe reparar las instalaciones de cloración dañadas y limpiar y desinfectar las tuberías principales, los reservorios y las plantas de tratamiento.
Es importante identificar los lugares en los cuales exista contaminación del agua, especialmente los reservorios temporales y los envases de uso doméstico, pudiendo evitarse su consumo mediante el uso de desinfectantes y la ubicación de nuevas fuentes.
Debe evitarse la distribución masiva de desinfectantes en tabletas, polvo y líquidos, salvo cuando es posible instruir sobre su uso en campañas de información o cuando existan promotores de salud que refuercen el debido uso del desinfectante. Además, se deben distribuir envases para almacenar agua, y verificarse la necesidad de suministrar desinfectante adicional durante la fase de emergencia y la primera fase de rehabilitación.
Deben reiniciarse a la brevedad posible los exámenes bacteriológicos del agua. Si no se cuenta locamente con el equipo básico, se debe incluir en la lista de suministros que se solicitan a los países que prestan ayuda durante la emergencia. Si se identifican bacterias en el agua, se debe aumentar la cantidad de cloro residual y la presión en el sistema de distribución.
En los albergues se debe poner mayor énfasis al abastecimiento oportuno, almacenamiento ade- cuado y vigilancia cotidiana del agua segura, a fin de evitar el riesgo de enfermedades.
Durante una emergencia se debe utilizar primero los materiales y recursos humanos locales, procurándose la participación activa de los habitantes del lugar.
La asistencia que se solicita de lugares alejados frecuentemente llega después que han pasado las condiciones de emergencia. Por lo tanto, la ayuda externa es más útil para la reconstrucción antes que para atender necesidades inmediatas.
Finalmente, una recomendación general que debe tener presente el personal, es que a pesar de las presiones a las que están expuestos cuando ejecutan medidas de urgencia de corto plazo, no se deben perder de vista las necesidades de rehabilitación y mejoramiento de los servicios sanitarios. Deben calcularse los costos preliminares para reestablecer los servicios de abastecimiento de agua, alcantarillado, y otras obras de salud ambiental . Para ello es imprescindible elaborar un plan de reconstrucción que incluya cálculos de costos y presupuestos.
Explicación:
Espero haberte ayudado corona plis