Inicia una larga tradición que interroga por los nombres de Dios, cuestión central para la fe, ya que permite elucidar su contenido y su sentido. No obstante, dar con el verdadero nombre de Dios excede absolutamente las capacidades cognoscitivas del ser humano, de allí que Pseudo Dionisio haya recogido los nombres que Dios recibe, así sea como atributos, de las Sagradas Escrituras. Finlayson se propone un camino completamente distinto, al menos metodológicamente, pues trata de establecer la esencia metafísica de Dios, distinguiéndola de sus atributos, esencia que revelaría los nombres de Dios. Este trabajo pretende mostrar que uno y otro camino se entrecruzan y por ello concuerdan en su propósito: dar un fundamento vital a la fe.
Respuesta:
Inicia una larga tradición que interroga por los nombres de Dios, cuestión central para la fe, ya que permite elucidar su contenido y su sentido. No obstante, dar con el verdadero nombre de Dios excede absolutamente las capacidades cognoscitivas del ser humano, de allí que Pseudo Dionisio haya recogido los nombres que Dios recibe, así sea como atributos, de las Sagradas Escrituras. Finlayson se propone un camino completamente distinto, al menos metodológicamente, pues trata de establecer la esencia metafísica de Dios, distinguiéndola de sus atributos, esencia que revelaría los nombres de Dios. Este trabajo pretende mostrar que uno y otro camino se entrecruzan y por ello concuerdan en su propósito: dar un fundamento vital a la fe.