Había una vez una familia de conejitos que vivía en un hermoso pueblo en el cual habían muchos niños los cuales les encantaba jugar con sus juguetes, sin embargo un día en el que todos los juguetes se volvieron aburridos el rey dijo:
-rey: oh mis queridos niños del pueblo, ya no tienen con que jugar todo se ha vuelto aburrido ya no tienen que hacer, por lo tanto yo creare una carrera donde participaran todos los niños del pueblo y al ganador le daré un juguete muy especial con el que no se aburrirán más.
se fue a la cama. Rápidamente pasaron los días y llego el momento de la carrera:
- Pepe: no puede ser hay mucha gente, ¿todos ellos participaran?
- Mamá coneja: tranquilo pequeño tu solo corre y si pierdes no importa.
-Pepe: claro que importa no puedo dejar mi record así, soy el mejor y ganare cueste lo que cueste.
- Mamá coneja: ¡no me gusta que hables así! Más bien vámonos de aquí, esto podría ser peligroso y tienes que entender que algún día alguien podría vencerte además que……
- Pepe: ¡no yo voy a participar y ya lose pero ese día no será hoy!
Narrador: El conejito se alejó de su mamá y fue a donde el rey se encontraba:
-Rey: ya hemos preparado todo para la carrera, el comienzo es dentro de dos horas, el recorrido de la carrera será desde la entrada del pueblo pasando por el borde del lago alado del bosque de los cazadores hasta la entrada del castillo.
Narrador: Paso el tiempo y seguían esperando, cada vez llegaban más niños y el conejo se empezó a preocupar.
-Pepe: ¡oh no! Ya hay muchos participantes contra los que tendré que correr, si siguen así podría perder.
Narrador: Al llegar el momento de la carrera todos los participantes partieron, el conejito iba de tercero cuando en su camino se cruzó un gato.
-Pepe: oiga que cree que está haciendo aquí, ¿no ve que es una carrera?
-Gato: cuanto lo siento, pero si de verdad quiere ganar le ayudare, cruzando este rio puedes llegar al bosque y si eres capaz de atravesarlo llegaras al castillo antes que cualquiera.
-pepe: pero como un conejo como yo, podría pasar por un rio tan grande.
-gato: muy sencillo solo tienes que pasar por ese árbol caído y así cruzaras.
-pepe: mm…… no lose
-gato: será mejor que te des prisa si no, no llegaras y te descubrirán
Narrador: Pepe indeciso callo en la trampa y los deseos de ganar lo hizo cruzar el rio. Atravesó rápidamente sin ser visto y se introdujo al bosque, en lo más oscuro se encontraba corriendo hasta que:
-Pepe: que fue ese ruido, el bosque sí que es oscuro tengo algo de miedo pero debo continuar si quiero ganar.
Narrador: en ese momento se apareció un cazador el cual logro atraparlo.
-Cazador: oh pero que tenemos aquí, un pequeño conejito, parece que por fin he encontrado una mejor cena después de tantos días de comer ardillas.
-Pepe: ¡oye no, que haces déjame ir!
-cazador: *risa malvada* ¿crees que dejaría ir a mi cena tan fácilmente?, será mejor que dejes de hablar porque de mí no te vas a salvar.
-Pepe: que me dejes ir, suéltame ya, no quiero ser tu cena.
-cazador: creo que sabrías bien al horno.
Pepe: de verdad lo siento no volveré a entrar al bosque pero por favor suéltame.
Narrador: así el cazador se llevó al pobre Pepe para cenar mientras que en el castillo la carrera ya había terminado y Pepe sin aparecer.
-Mamá conejo: ¡oh, rey! ¿Acaso no ha visto a mi querido Pepe? Ya termino la carrera y todavía no llega.
-Rey: pues qué raro si ya hasta el último paso la meta
-Mama conejo: es lo que trato decirle.
Narrador: el rey junto con la madre lo fueron a buscar aunque fue inútil pues más nunca se volvió a saber del conejito ni lo que había sucedido aquel día.
Moraleja:
No hay que ser ambicioso, hay ver lo que tenemos y no arriesgarlo otra cosa superficial. También que ganar no es lo más importante y hay que aprender perder y a ganar sin hacer trampa.
Había una vez una familia de conejitos que vivía en un hermoso pueblo en el cual habían muchos niños los cuales les encantaba jugar con sus juguetes, sin embargo un día en el que todos los juguetes se volvieron aburridos el rey dijo:
-rey: oh mis queridos niños del pueblo, ya no tienen con que jugar todo se ha vuelto aburrido ya no tienen que hacer, por lo tanto yo creare una carrera donde participaran todos los niños del pueblo y al ganador le daré un juguete muy especial con el que no se aburrirán más.
se fue a la cama. Rápidamente pasaron los días y llego el momento de la carrera:
- Pepe: no puede ser hay mucha gente, ¿todos ellos participaran?
- Mamá coneja: tranquilo pequeño tu solo corre y si pierdes no importa.
-Pepe: claro que importa no puedo dejar mi record así, soy el mejor y ganare cueste lo que cueste.
- Mamá coneja: ¡no me gusta que hables así! Más bien vámonos de aquí, esto podría ser peligroso y tienes que entender que algún día alguien podría vencerte además que……
- Pepe: ¡no yo voy a participar y ya lose pero ese día no será hoy!
Narrador: El conejito se alejó de su mamá y fue a donde el rey se encontraba:
-Rey: ya hemos preparado todo para la carrera, el comienzo es dentro de dos horas, el recorrido de la carrera será desde la entrada del pueblo pasando por el borde del lago alado del bosque de los cazadores hasta la entrada del castillo.
Narrador: Paso el tiempo y seguían esperando, cada vez llegaban más niños y el conejo se empezó a preocupar.
-Pepe: ¡oh no! Ya hay muchos participantes contra los que tendré que correr, si siguen así podría perder.
Narrador: Al llegar el momento de la carrera todos los participantes partieron, el conejito iba de tercero cuando en su camino se cruzó un gato.
-Pepe: oiga que cree que está haciendo aquí, ¿no ve que es una carrera?
-Gato: cuanto lo siento, pero si de verdad quiere ganar le ayudare, cruzando este rio puedes llegar al bosque y si eres capaz de atravesarlo llegaras al castillo antes que cualquiera.
-pepe: pero como un conejo como yo, podría pasar por un rio tan grande.
-gato: muy sencillo solo tienes que pasar por ese árbol caído y así cruzaras.
-pepe: mm…… no lose
-gato: será mejor que te des prisa si no, no llegaras y te descubrirán
Narrador: Pepe indeciso callo en la trampa y los deseos de ganar lo hizo cruzar el rio. Atravesó rápidamente sin ser visto y se introdujo al bosque, en lo más oscuro se encontraba corriendo hasta que:
-Pepe: que fue ese ruido, el bosque sí que es oscuro tengo algo de miedo pero debo continuar si quiero ganar.
Narrador: en ese momento se apareció un cazador el cual logro atraparlo.
-Cazador: oh pero que tenemos aquí, un pequeño conejito, parece que por fin he encontrado una mejor cena después de tantos días de comer ardillas.
-Pepe: ¡oye no, que haces déjame ir!
-cazador: *risa malvada* ¿crees que dejaría ir a mi cena tan fácilmente?, será mejor que dejes de hablar porque de mí no te vas a salvar.
-Pepe: que me dejes ir, suéltame ya, no quiero ser tu cena.
-cazador: creo que sabrías bien al horno.
Pepe: de verdad lo siento no volveré a entrar al bosque pero por favor suéltame.
Narrador: así el cazador se llevó al pobre Pepe para cenar mientras que en el castillo la carrera ya había terminado y Pepe sin aparecer.
-Mamá conejo: ¡oh, rey! ¿Acaso no ha visto a mi querido Pepe? Ya termino la carrera y todavía no llega.
-Rey: pues qué raro si ya hasta el último paso la meta
-Mama conejo: es lo que trato decirle.
Narrador: el rey junto con la madre lo fueron a buscar aunque fue inútil pues más nunca se volvió a saber del conejito ni lo que había sucedido aquel día.
Moraleja:
No hay que ser ambicioso, hay ver lo que tenemos y no arriesgarlo otra cosa superficial. También que ganar no es lo más importante y hay que aprender perder y a ganar sin hacer trampa.