Babilonia (akkado-babilonio Bābili o Babilim) fue un antiguo imperio localizado en la región central-sur de Mesopotamia, teniendo su epicentro en la ciudad de Babilonia y que llegó a extenderse por Acad y Sumeria, arrebatando la hegemonía a las dinastías amorritas de Isín y Larsa del llamado Renacimiento sumerio. Su historia se divide en dos etapas principales, separadas entre sí por el período de dominación asiria; el imperio paleobabilónico o amorrita (1792 a. C.–1595 a. C.) y el imperio neobabilónico o caldeo (626 a. C.–539 a. C.). El imperio babilónico fue sucedido por el persa tras las conquistas de Ciro II el Grande.
En Babilonia se hablaba el acadio (lengua semítica) y mantuvo el lenguaje escrito acadio para uso oficial (el idioma de su población nativa), a pesar de sus fundadores, los amorreos y sus sucesores los casitas, que no tenían el acadio como idioma nativo. Sin embargo, conservó la lengua sumeria para un uso religioso, a pesar de que en el momento en que fue fundada Babilonia, probablemente ya no era una lengua hablada. Las antiguas tradiciones acadias y sumerias jugaron un papel importante en la cultura babilonia (y asiria), y la región seguirá siendo un importante centro cultural, incluso en períodos prolongados y largos de gobiernos externos.
La etimología de Babilonia deriva del término griego Babylon, la forma griega del acadio Babilum, esto es, «La Puerta de Dios», traducido. En la Biblia es llamada Babel.
Entre las fuentes históricas que se han recuperado sobre Babilonia destacan:
Heródoto (siglo V a. C.), «Padre de la historia» que en su Historiae o Los nueve libros de historia la menciona en sus libros 1 y 3. Entre otras, narra el matrimonio sagrado de una sacerdotisa con un dios, celebradas en un zigurat, mediante un ritual para asegurar la prosperidad del lugar. Sobre sus murallas, decía que eran tan anchas en su superficie, que un carro tirado por ocho caballos podía darse la vueltaBeroso el caldeo (siglo III a. C.), sacerdote babilónico, que en su crónica en griego Babiloniaka, nos ha dejado una historia de Babilonia, aunque sólo se han conservado citas.El Antiguo Testamento, en donde se habla, entre otras, del relato de la construcción y derrumbe de la torre de Babel, de una de las Siete maravillas del mundo antiguo, sus Jardines colgantes o del pueblo judío en su destierro babilónico.Plinio el Viejo (siglo I), en su obra Naturalis Historia, hablaba de Babilonia, por su sistema de regadío como el ager totius orientis fertilissimus («la tierra más fértil de todo el Oriente»).
Babilonia (akkado-babilonio Bābili o Babilim) fue un antiguo imperio localizado en la región central-sur de Mesopotamia, teniendo su epicentro en la ciudad de Babilonia y que llegó a extenderse por Acad y Sumeria, arrebatando la hegemonía a las dinastías amorritas de Isín y Larsa del llamado Renacimiento sumerio. Su historia se divide en dos etapas principales, separadas entre sí por el período de dominación asiria; el imperio paleobabilónico o amorrita (1792 a. C.–1595 a. C.) y el imperio neobabilónico o caldeo (626 a. C.–539 a. C.). El imperio babilónico fue sucedido por el persa tras las conquistas de Ciro II el Grande.
En Babilonia se hablaba el acadio (lengua semítica) y mantuvo el lenguaje escrito acadio para uso oficial (el idioma de su población nativa), a pesar de sus fundadores, los amorreos y sus sucesores los casitas, que no tenían el acadio como idioma nativo. Sin embargo, conservó la lengua sumeria para un uso religioso, a pesar de que en el momento en que fue fundada Babilonia, probablemente ya no era una lengua hablada. Las antiguas tradiciones acadias y sumerias jugaron un papel importante en la cultura babilonia (y asiria), y la región seguirá siendo un importante centro cultural, incluso en períodos prolongados y largos de gobiernos externos.
La etimología de Babilonia deriva del término griego Babylon, la forma griega del acadio Babilum, esto es, «La Puerta de Dios», traducido. En la Biblia es llamada Babel.
Entre las fuentes históricas que se han recuperado sobre Babilonia destacan:
Heródoto (siglo V a. C.), «Padre de la historia» que en su Historiae o Los nueve libros de historia la menciona en sus libros 1 y 3. Entre otras, narra el matrimonio sagrado de una sacerdotisa con un dios, celebradas en un zigurat, mediante un ritual para asegurar la prosperidad del lugar. Sobre sus murallas, decía que eran tan anchas en su superficie, que un carro tirado por ocho caballos podía darse la vueltaBeroso el caldeo (siglo III a. C.), sacerdote babilónico, que en su crónica en griego Babiloniaka, nos ha dejado una historia de Babilonia, aunque sólo se han conservado citas.El Antiguo Testamento, en donde se habla, entre otras, del relato de la construcción y derrumbe de la torre de Babel, de una de las Siete maravillas del mundo antiguo, sus Jardines colgantes o del pueblo judío en su destierro babilónico.Plinio el Viejo (siglo I), en su obra Naturalis Historia, hablaba de Babilonia, por su sistema de regadío como el ager totius orientis fertilissimus («la tierra más fértil de todo el Oriente»).
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