MelanieVale
Chile: Pablo Neruda. MUJER, NADA ME HAS DADO
Nada me has dado y para ti mi vida deshoja su rosal de desconsuelo, porque ves estas cosas que yo miro, las mismas tierras y los mismos cielos,
porque la red de nervios y de venas que sostiene tu ser y tu belleza se debe estremecer al beso puro del sol, del misino sol que a mí me besa.
Mujer, nada me has dado y sin embargo a través de tu ser siento las cosas: estoy alegre de mirar la tierra en que tu corazón tiembla y reposa.
Me limitan en vano mis sentidos -dulces flores que se abren en el viento- porque adivino el pájaro que pasa y que mojó de azul tu sentimiento.
Y sin embargo no me has dado nada, no se florecen para mí tus años, la cascada de cobre de tu risa no apagará la sed de mis rebaños.
Hostia que no probò tu boca fina, amador del amado que te llame, saldré al camino con mi amor al brazo como un vaso de miel para el que ames.
Ya ves, noche estrellada, canto y copa en que bebes el agua que yo bebo, vivo en tu vida, vives en mi vida, nada me has dado y todo te lo debo.
Perú: César Vallejo.
Los heraldos negros Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé! Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Nicaragua: Gioconda Belli. Y Dios me hizo mujer Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente mis nervios y balanceó con cuidado el número de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyectó con ella para que irrigara todo mi cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo que creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo.
Costa Rica: Jorge Debravo. Desvestido
México: Gillermo Prieto. INVASIÓN DE LOS FRANCESES
Uruguay: Mario benedetti. (Seré curioso)
En una exacta foto del diario señor ministro del imposible
vi en pleno gozo y en plena euforia y en plena risa su rostro simple
seré curioso señor ministro de qué se ríe de qué se ríe
de su ventana se ve la playa pero se ignoran los cantegriles
tienen sus hijos ojos de mando pero otros tienen mirada triste
aquí en la calle suceden cosas que ni siquiera pueden decirse
los estudiantes y los obreros ponen los puntos sobre las íes
por eso digo señor ministro de qué se ríe de qué se ríe
usté conoce mejor que nadie la ley amarga de estos países
ustedes duros con nuestra gente por qué con otros son tan serviles
cómo traicionan el patrimonio mientras el gringo nos cobra el triple
cómo traicionan usté y los otros los adulones y los seniles
por eso digo señor ministro de qué se ríe de qué se ríe
aquí en la calle sus guardias matan y los que mueren son gente humilde
y los que quedan llorando de rabia seguro piensan en el desquite
allá en la celda sus hombres hacen sufrir al hombre y eso no sirve
después de todo usté es el palo mayor de un barco que se va a pique
seré curioso señor ministro de qué se ríe de qué se ríe.
MUJER, NADA ME HAS DADO
Nada me has dado y para ti mi vida
deshoja su rosal de desconsuelo,
porque ves estas cosas que yo miro,
las mismas tierras y los mismos cielos,
porque la red de nervios y de venas
que sostiene tu ser y tu belleza
se debe estremecer al beso puro
del sol, del misino sol que a mí me besa.
Mujer, nada me has dado y sin embargo
a través de tu ser siento las cosas:
estoy alegre de mirar la tierra
en que tu corazón tiembla y reposa.
Me limitan en vano mis sentidos
-dulces flores que se abren en el viento-
porque adivino el pájaro que pasa
y que mojó de azul tu sentimiento.
Y sin embargo no me has dado nada,
no se florecen para mí tus años,
la cascada de cobre de tu risa
no apagará la sed de mis rebaños.
Hostia que no probò tu boca fina,
amador del amado que te llame,
saldré al camino con mi amor al brazo
como un vaso de miel para el que ames.
Ya ves, noche estrellada, canto y copa
en que bebes el agua que yo bebo,
vivo en tu vida, vives en mi vida,
nada me has dado y todo te lo debo.
Perú: César Vallejo.
Los heraldos negros
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma...
Yo no sé! Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Nicaragua: Gioconda Belli.
Y Dios me hizo mujer
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Costa Rica: Jorge Debravo.
Desvestido
México: Gillermo Prieto.
INVASIÓN DE LOS FRANCESES
Uruguay: Mario benedetti.
(Seré curioso)
En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles
tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste
aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse
los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países
ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles
cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple
cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles
por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde
y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite
allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve
después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.