Una alimentación mal equilibrada tiene una influencia negativa en la actividad inmunológica. "El mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo constante de todas las vitaminas y minerales necesarios". Las personas mal alimentadas presentan un mayor riesgo de contraer infecciones
Un consumo regular de lácteos fermentados como yogur o kéfir contribuye, asimismo, a aumentar las defensas inmunológicas.
Explicación paso a paso:
La alimentación se relaciona con el sistema inmunológico debido a que son los alimentos los que proporcionan las vitaminas, minerales, antioxidantes, calorías y demás elementos nutricionales necesarios para el buen funcionamiento de este sistema.
Cuando nuestra alimentación es sana y balanceada, las defensas del organismo pueden reaccionar de manera óptima ante posibles patógenos presentes en el ambiente.
Los grupos que debemos incluir si deseamos mantenernos sanos y fuertes, evitando así contraer alguna enfermedad, son los siguientes: frutas, carbohidratos complejos y verduras.
Las frutas nos aportan vitaminas y antioxidantes como la vitamina C, B, A, K.
Las verduras son una buena fuente de fibras, vitaminas A y C que nos ayudan a combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Los carbohidratos por su parte, nos dan energía y fibra para que el organismo pueda realizar sus funciones básicas.
Explicación paso a paso:
Una alimentación mal equilibrada tiene una influencia negativa en la actividad inmunológica. "El mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo constante de todas las vitaminas y minerales necesarios". Las personas mal alimentadas presentan un mayor riesgo de contraer infecciones
Respuesta:
resumen:
Un consumo regular de lácteos fermentados como yogur o kéfir contribuye, asimismo, a aumentar las defensas inmunológicas.
Explicación paso a paso:
La alimentación se relaciona con el sistema inmunológico debido a que son los alimentos los que proporcionan las vitaminas, minerales, antioxidantes, calorías y demás elementos nutricionales necesarios para el buen funcionamiento de este sistema.
Cuando nuestra alimentación es sana y balanceada, las defensas del organismo pueden reaccionar de manera óptima ante posibles patógenos presentes en el ambiente.
Los grupos que debemos incluir si deseamos mantenernos sanos y fuertes, evitando así contraer alguna enfermedad, son los siguientes: frutas, carbohidratos complejos y verduras.
Las frutas nos aportan vitaminas y antioxidantes como la vitamina C, B, A, K.
Las verduras son una buena fuente de fibras, vitaminas A y C que nos ayudan a combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Los carbohidratos por su parte, nos dan energía y fibra para que el organismo pueda realizar sus funciones básicas.