El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que más nos cuesta trabajo es reflexionar y conservar la calma en toda circunstancia; la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.
JUSTICIA:
Son muchas las definiciones que se presentan al hablar de Justicia, pues, como bien dice Perehman, de "entre todas las nociones prestigiadas, la justicia parece una de las mas Irremediablemente confusas, desde hace miles de años todos los antagonistas en los conflictos públicos y privativos, en las guerras, las revoluciones, los procesos, las querellas de Intereses, declaran siempre y se esfuerzan por probar que al Justicia está de su parte, que se Invoca a la justicia siempre que se recurre aun arbitro Inmediatamente uno se da cuanta de la multiplicidad inverosímil de los sentidos que se dan a esta noción, y de la confusión extraordinaria provocada por su uso".[7] Sin embargo, podemos mencionar las mencionaremos las siguientes definiciones: Para Platón, "la justicia es una virtud superior y ordenadora de las demás virtudes estableciendo entre ellas una relación armónica". Por su parte Aristóteles dice lo Justo es lo igual y puesto que lo igual es un medio, la justicia será el "Justo medio".
FORTALEZA:
Yo pienso que si nosotros tenemos fortaleza podemos conseguir lo que nos proponemos por difícil que esto sea, nos da tranquilidad frente a las situaciones o actividades que nos inquietan, la fortaleza es necesaria para que la voluntad sea firme. Cuando tenemos una voluntad fuerte es más fácil decir no a todo aquello que puede influir negativamente en nuestra persona, y así creo yo, que podremos ser capaces de reflexionar para superar cualquier conflicto que suceda en nuestras vidas, ya sea en la casa, en la escuela o en donde nos encontremos.
Las virtudes teologales son tres: Fe, Esperanza y Caridad, mientras que las morales o cardinales son cuatro: prudencia, justicia, templanza y fortaleza.
Virtudes Teologales.
Fe: es la por la cual creemos en Dios.
Esperanza: Por ella esperamos y deseamos de Dios, con una firme confianza, la vida eterna y las gracias para merecerlas.
Caridad: Es por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestros prójimos como a nosotros mismos.
Virtudes Cardinales.
Prudencia: Dispone de razón práctica para discernir nuestro verdadero bien y elegir los medios justos para realizarlo.
Justicia: Consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido.
Fortaleza: Asegura la firmeza y la constancia en la práctica del bien.
Templanza: Modera la atracción hacia los placeres sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados.
Tomando la "vida espiritual" de Servais pinckaers, nos dirá que: Las virtudes son actitudes firmes que nos hacen actuar buscando lo mejor y tender hacia la perfección que nos conviene a nuestra persona y a nuestras obras. En una palabra: las virtudes nos permiten ejercer plenamente nuestro oficio de hombre. Solo la experiencia revela verdaderamente lo que pueden ser estas cualidades dinámicas. Recordemos que las virtudes así entendidas no son simples hábitos, una especie de mecanismo psíquico formado en nosotros mediante la repetición de los mismo actos materiales, que disminuirían el compromiso personal; son propiamente "hábito", disposiciones a obrar cada vez mejor obtenidas por una sucesión de actos inteligentes y libres.
Una virtud especial.
La prudencia.
Después de haber desarrollado brevemente las virtudes en general me detengo en la virtud llamada por Santo Tomás "virtud especial": La prudencia.
Para tratar de dilucidar la significación de esta virtud recurrimos a varias fuentes con la pregunta: ¿Qué es la Prudencia?
Respuesta:
PRUDENCIA:
El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que más nos cuesta trabajo es reflexionar y conservar la calma en toda circunstancia; la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.
JUSTICIA:
Son muchas las definiciones que se presentan al hablar de Justicia, pues, como bien dice Perehman, de "entre todas las nociones prestigiadas, la justicia parece una de las mas Irremediablemente confusas, desde hace miles de años todos los antagonistas en los conflictos públicos y privativos, en las guerras, las revoluciones, los procesos, las querellas de Intereses, declaran siempre y se esfuerzan por probar que al Justicia está de su parte, que se Invoca a la justicia siempre que se recurre aun arbitro Inmediatamente uno se da cuanta de la multiplicidad inverosímil de los sentidos que se dan a esta noción, y de la confusión extraordinaria provocada por su uso".[7] Sin embargo, podemos mencionar las mencionaremos las siguientes definiciones: Para Platón, "la justicia es una virtud superior y ordenadora de las demás virtudes estableciendo entre ellas una relación armónica". Por su parte Aristóteles dice lo Justo es lo igual y puesto que lo igual es un medio, la justicia será el "Justo medio".
FORTALEZA:
Yo pienso que si nosotros tenemos fortaleza podemos conseguir lo que nos proponemos por difícil que esto sea, nos da tranquilidad frente a las situaciones o actividades que nos inquietan, la fortaleza es necesaria para que la voluntad sea firme. Cuando tenemos una voluntad fuerte es más fácil decir no a todo aquello que puede influir negativamente en nuestra persona, y así creo yo, que podremos ser capaces de reflexionar para superar cualquier conflicto que suceda en nuestras vidas, ya sea en la casa, en la escuela o en donde nos encontremos.
Explicación:
Respuesta:
Las virtudes teologales son tres: Fe, Esperanza y Caridad, mientras que las morales o cardinales son cuatro: prudencia, justicia, templanza y fortaleza.
Virtudes Teologales.
Fe: es la por la cual creemos en Dios.
Esperanza: Por ella esperamos y deseamos de Dios, con una firme confianza, la vida eterna y las gracias para merecerlas.
Caridad: Es por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestros prójimos como a nosotros mismos.
Virtudes Cardinales.
Prudencia: Dispone de razón práctica para discernir nuestro verdadero bien y elegir los medios justos para realizarlo.
Justicia: Consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido.
Fortaleza: Asegura la firmeza y la constancia en la práctica del bien.
Templanza: Modera la atracción hacia los placeres sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados.
Tomando la "vida espiritual" de Servais pinckaers, nos dirá que: Las virtudes son actitudes firmes que nos hacen actuar buscando lo mejor y tender hacia la perfección que nos conviene a nuestra persona y a nuestras obras. En una palabra: las virtudes nos permiten ejercer plenamente nuestro oficio de hombre. Solo la experiencia revela verdaderamente lo que pueden ser estas cualidades dinámicas. Recordemos que las virtudes así entendidas no son simples hábitos, una especie de mecanismo psíquico formado en nosotros mediante la repetición de los mismo actos materiales, que disminuirían el compromiso personal; son propiamente "hábito", disposiciones a obrar cada vez mejor obtenidas por una sucesión de actos inteligentes y libres.
Una virtud especial.
La prudencia.
Después de haber desarrollado brevemente las virtudes en general me detengo en la virtud llamada por Santo Tomás "virtud especial": La prudencia.
Para tratar de dilucidar la significación de esta virtud recurrimos a varias fuentes con la pregunta: ¿Qué es la Prudencia?
Explicación: