Mejora de la salud cardiovascular. El corazón es un músculo, y como tal necesita ser trabajado. ¿Sabías que el ejercicio regular puede ayudar a mejorar la salud general de todo su sistema cardiovascular?
Reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes. Un corazón más saludable significa un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular, apoplejía y diabetes.
Ayuda a controlar el peso. La actividad física no solo quema calorías, sino que también mejora el metabolismo a largo plazo.
Reducción de la presión arterial. La actividad física mantiene saludables el corazón y los vasos sanguíneos, lo que ayuda a prevenir la hipertensión.
Mejora la condición aeróbica. Participar en actividades aeróbicas, como correr, montar en bicicleta o nadar, puede mejorar la capacidad del cuerpo para transportar y utilizar oxígeno en los pulmones y la sangre.
Mejora la fuerza muscular y la resistencia. Los ejercicios de resistencia desafían el sistema muscular, con lo que obtenemos como resultado músculos más grandes y fuertes.
Mejora la flexibilidad articular y la amplitud de movimiento. La flexibilidad mejorada reduce el riesgo de lesiones.
El alivio del estrés. El ejercicio es un gran estimulante del estado de ánimo y ha demostrado ser un método eficaz para aliviar el estrés.
Reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Las personas que hacen ejercicio con regularidad tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama, colon y pulmón.
Ayuda a controlar el colesterol. El ejercicio disminuye los niveles de LDL (colesterol malo) y aumenta los niveles de HDL (colesterol bueno).
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Mejora de la salud cardiovascular. El corazón es un músculo, y como tal necesita ser trabajado. ¿Sabías que el ejercicio regular puede ayudar a mejorar la salud general de todo su sistema cardiovascular?Reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes. Un corazón más saludable significa un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular, apoplejía y diabetes.
Ayuda a controlar el peso. La actividad física no solo quema calorías, sino que también mejora el metabolismo a largo plazo.
Reducción de la presión arterial. La actividad física mantiene saludables el corazón y los vasos sanguíneos, lo que ayuda a prevenir la hipertensión.
Mejora la condición aeróbica. Participar en actividades aeróbicas, como correr, montar en bicicleta o nadar, puede mejorar la capacidad del cuerpo para transportar y utilizar oxígeno en los pulmones y la sangre.
Mejora la fuerza muscular y la resistencia. Los ejercicios de resistencia desafían el sistema muscular, con lo que obtenemos como resultado músculos más grandes y fuertes.
Mejora la flexibilidad articular y la amplitud de movimiento. La flexibilidad mejorada reduce el riesgo de lesiones.
El alivio del estrés. El ejercicio es un gran estimulante del estado de ánimo y ha demostrado ser un método eficaz para aliviar el estrés.
Reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Las personas que hacen ejercicio con regularidad tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama, colon y pulmón.
Ayuda a controlar el colesterol. El ejercicio disminuye los niveles de LDL (colesterol malo) y aumenta los niveles de HDL (colesterol bueno).