La caligrafía nació en una cueva. Claude Mediavilla pone a las de Altamira y Lacaux como ejemplos de los primeros registros conservados de la "tentación hacia lo escrito". Allí se reunieron los elementos del proceso de la escritura: el soporte (la pared); los utensilios (la madera quemada, la grasa animal) y las estructuras del lenguaje. El origen fue una cueva, defiende Mediavilla, y el presente es la pintura abstracta. En medio, más de 30.000 años de evolución que el profesor de Bellas Artes francés (Toulouse, 1948) recoge en un libro,Caligrafía (editorial Campgràfic), que ayer fue presentado en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat.
La caligrafía nació en una cueva. Claude Mediavilla pone a las de Altamira y Lacaux como ejemplos de los primeros registros conservados de la "tentación hacia lo escrito". Allí se reunieron los elementos del proceso de la escritura: el soporte (la pared); los utensilios (la madera quemada, la grasa animal) y las estructuras del lenguaje. El origen fue una cueva, defiende Mediavilla, y el presente es la pintura abstracta. En medio, más de 30.000 años de evolución que el profesor de Bellas Artes francés (Toulouse, 1948) recoge en un libro,Caligrafía (editorial Campgràfic), que ayer fue presentado en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat.