Autor: Hermanos Grimm Edades: A partir de 8 años Valores: valentía, justicia El hueso cantor Hace mucho tiempo, en un país lejano, hubo una gran lamentación por un jabalí que arrasaba los campos de los agricultores, mataba el ganado y atacaba a las personas. El Rey prometió una gran recompensa a quien lograra liberar su tierra del temido jabalí, pero la bestia era tan grande y fuerte que nadie se atrevía a acercarse al bosque donde se escondía. Finalmente, el rey anunció que aquel capturara al jabalí tomaría como esposa a su única hija.
Dos hermanos, hijos de un pobre hombre, deseosos de huir de su destino, decidieron aceptar el reto. El mayor era astuto, sagaz y orgulloso, mientras que el más joven era sencillo e ingenuo, de gran corazón.
El rey les dijo:
-Para que encontréis más fácilmente a la bestia, entraréis en el bosque por lados opuestos.
A los hermanos les pareció bien, así que el mayor entró por el lado oeste y el más joven por el este.
En cuanto el más joven había avanzado un poco, un pequeño hombre con una lanza negra en la mano se le acercó y le dijo:
-Te doy esta lanza, porque tu corazón es puro y bueno; con esto podrás atacar con valentía al jabalí y no te hará ningún daño.
El muchacho dio las gracias al hombre, cargó con la lanza y continuó el camino sin miedo.
Al poco tiempo vio a la bestia, que se abalanzó sobre él. Pero el joven, seguro de que podía acabar con él, se quedó quieto con la lanza hacia delante, de modo que el terrible monstruo quedó clavado en ella. Luego el joven cargó al jabalí sobre su la espalda e inició el camino de vuelta hacia el castillo.
Al salir al otro lado del bosque, el muchacho encontró una casa donde la gente estaba haciendo fiesta con vino y baile. Allí estaba su hermano mayor, que se había quedado pensando que, después de todo, el jabalí no se alejaría. Pero cuando vio a su hermano menor que salía del bosque con su carga, le gritó:
-¡Ven, querido hermano, descansa y refréscate con una copa de vino!
El joven, que no sospechaba nada malo, fue y le contó lo que había ocurrido. El hermano mayor lo mantuvo allí hasta la noche y después se marcharon juntos. Cuando en la oscuridad llegaron a un puente sobre un arroyo, el hermano mayor dejó que el otro fuera primero y cuando estaban a mitad del puente le dio un fuerte golpe por detrás y lo mató. Luego lo enterró bajo el puente, cogió al jabalí y se lo llevó al rey, fingiendo que él lo había matado. El rey, agradecido, le ofreció a su hija en matrimonio. Para justificar la ausencia de su hermano menor, el muchacho dijo al rey que seguramente el jabalí lo habría matado.
El hueso cantorAños después, un pastor que conducía su rebaño a través del puente, vio sobre la arena un pequeño hueso blanco como la nieve. Pensó que con él haría una buena boquilla para su cuerno, así que bajó y lo recogió, e hizo la boquilla. Pero sucedió que cuando sopló a través de él por primera vez, para gran sorpresa suya, el hueso empezó a cantar:
¡Ah, amigo, tú soplaste sobre mi hueso! Por largo tiempo he permanecido junto al agua. Mi hermano me mató por el jabalí y tomó por esposa a la joven hija del rey.
-¡Qué cuerno tan maravilloso que canta por sí mismo!. Tengo que llevárselo el rey -dijo el pastor.
Y cuando llegó con él al rey, el cuerno de nuevo comenzó a cantar su canción. El rey lo entendió todo y mandó a mover la tierra bajo el puente y descubrió el cuerpo del hermano de su yerno. El perverso hermano no pudo negar lo que había hecho y fue castigado. Así, el perverso hermano lo perdió todo y pasó sus días solo y pobre
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superfeliz
Te recomiendo mucho la princesa fuego trata de amor
Autor: Hermanos Grimm
Edades: A partir de 8 años
Valores: valentía, justicia
El hueso cantor Hace mucho tiempo, en un país lejano, hubo una gran lamentación por un jabalí que arrasaba los campos de los agricultores, mataba el ganado y atacaba a las personas. El Rey prometió una gran recompensa a quien lograra liberar su tierra del temido jabalí, pero la bestia era tan grande y fuerte que nadie se atrevía a acercarse al bosque donde se escondía. Finalmente, el rey anunció que aquel capturara al jabalí tomaría como esposa a su única hija.
Dos hermanos, hijos de un pobre hombre, deseosos de huir de su destino, decidieron aceptar el reto. El mayor era astuto, sagaz y orgulloso, mientras que el más joven era sencillo e ingenuo, de gran corazón.
El rey les dijo:
-Para que encontréis más fácilmente a la bestia, entraréis en el bosque por lados opuestos.
A los hermanos les pareció bien, así que el mayor entró por el lado oeste y el más joven por el este.
En cuanto el más joven había avanzado un poco, un pequeño hombre con una lanza negra en la mano se le acercó y le dijo:
-Te doy esta lanza, porque tu corazón es puro y bueno; con esto podrás atacar con valentía al jabalí y no te hará ningún daño.
El muchacho dio las gracias al hombre, cargó con la lanza y continuó el camino sin miedo.
Al poco tiempo vio a la bestia, que se abalanzó sobre él. Pero el joven, seguro de que podía acabar con él, se quedó quieto con la lanza hacia delante, de modo que el terrible monstruo quedó clavado en ella. Luego el joven cargó al jabalí sobre su la espalda e inició el camino de vuelta hacia el castillo.
Al salir al otro lado del bosque, el muchacho encontró una casa donde la gente estaba haciendo fiesta con vino y baile. Allí estaba su hermano mayor, que se había quedado pensando que, después de todo, el jabalí no se alejaría. Pero cuando vio a su hermano menor que salía del bosque con su carga, le gritó:
-¡Ven, querido hermano, descansa y refréscate con una copa de vino!
El joven, que no sospechaba nada malo, fue y le contó lo que había ocurrido. El hermano mayor lo mantuvo allí hasta la noche y después se marcharon juntos. Cuando en la oscuridad llegaron a un puente sobre un arroyo, el hermano mayor dejó que el otro fuera primero y cuando estaban a mitad del puente le dio un fuerte golpe por detrás y lo mató. Luego lo enterró bajo el puente, cogió al jabalí y se lo llevó al rey, fingiendo que él lo había matado. El rey, agradecido, le ofreció a su hija en matrimonio. Para justificar la ausencia de su hermano menor, el muchacho dijo al rey que seguramente el jabalí lo habría matado.
El hueso cantorAños después, un pastor que conducía su rebaño a través del puente, vio sobre la arena un pequeño hueso blanco como la nieve. Pensó que con él haría una buena boquilla para su cuerno, así que bajó y lo recogió, e hizo la boquilla. Pero sucedió que cuando sopló a través de él por primera vez, para gran sorpresa suya, el hueso empezó a cantar:
¡Ah, amigo, tú soplaste sobre mi hueso!
Por largo tiempo he permanecido junto al agua.
Mi hermano me mató por el jabalí
y tomó por esposa a la joven hija del rey.
-¡Qué cuerno tan maravilloso que canta por sí mismo!. Tengo que llevárselo el rey -dijo el pastor.
Y cuando llegó con él al rey, el cuerno de nuevo comenzó a cantar su canción. El rey lo entendió todo y mandó a mover la tierra bajo el puente y descubrió el cuerpo del hermano de su yerno. El perverso hermano no pudo negar lo que había hecho y fue castigado. Así, el perverso hermano lo perdió todo y pasó sus días solo y pobre