Me has pedido que cree, así sin mucha ventura, una oda, sobre cualquier cosa, cualquier cosa que se me ocurra, y solo he encontrado como motivo, sin ninguna escogencia, escribirte una oda, una oda a la ocurrencia.
Esa chispita de luz que se enciende de imprevisto, y que algunos le llaman musa, otros lo representan como un simple bombillo, de esos, de los antiguos, que en medio de escaramuzas, te alumbran y bien que alumbran, como si fuera un aviso.
Y creyendo que tú no usas, eso que llaman ideas, y que si bien te codeas, te salen a borbotones, porque como si fueran botones de rosas en primavera, brotan y brotan de veras.
Yo solo he querido escribirte sencillo y sin gran tapujo, como si fuera un dibujo, una oda a la ocurrencia, para dejarte en herencia, esos versos, ocurrentes, que ya te encuentras de frente, abundante y sin carencia.
Me has pedido que cree, así sin mucha ventura, una oda,
sobre cualquier cosa, cualquier cosa que se me ocurra,
y solo he encontrado como motivo, sin ninguna escogencia,
escribirte una oda, una oda a la ocurrencia.
Esa chispita de luz que se enciende de imprevisto,
y que algunos le llaman musa,
otros lo representan como un simple bombillo,
de esos, de los antiguos, que en medio de escaramuzas,
te alumbran y bien que alumbran, como si fuera un aviso.
Y creyendo que tú no usas, eso que llaman ideas,
y que si bien te codeas,
te salen a borbotones,
porque como si fueran botones de rosas en primavera,
brotan y brotan de veras.
Yo solo he querido escribirte sencillo y sin gran tapujo,
como si fuera un dibujo, una oda a la ocurrencia,
para dejarte en herencia, esos versos, ocurrentes,
que ya te encuentras de frente, abundante y sin carencia.