Me ayudan porfa lo necesito. que implica el debate entre fe y razón para el avance de la ciencia y la comprensión del mundo. ¿Crees que la discusión sigue vigente? ¿De qué manera crees que la fe interviene en los asuntos científicos?
Uno de los logros del Iluminismo como elemento cultural 1 es haber convencido a casi todo el mundo de que la ciencia actual y su renacimiento en los siglos XV y XVI fue un logro «contra» la supuesta oscuridad del cristianismo en materia de investigación científica. Cosa que comparten, por lo demás, algunos cristianos, heideggerianos, posmodernos y frankfurtianos en sus apocalípticas denuncias contra la ciencia y sus nostalgias de un medioevo no contaminado con un racionalismo antropocéntrico irredimiblemente unido a una razón cientifi cista destructora de toda humanidad.
Por el lado del Iluminismo, la ciencia nació con el atomismo griego (Leucipo, Demócrito, Aristarco) junto con el pitagorismo, pero fue «interrumpido» por las metafísicas de Platón y Aristóteles 2. Esas metafísicas, una vez unidas al cristianismo, crearon una indiferencia, tendiente a la hostilidad, hacia el mundo físico, unido ello a la creencia de que las Sagradas Escrituras contenían revelaciones sobre el mundo físico. Solo el renacimiento de «lo empírico» de la mano de Galileo —re-nacimiento que se extiende hasta Newton, Darwin, Einstein, Plank, Hawking— permitió salir del paradigma ptolemaico, unido a la metafísica de Aristóteles, y así abrir el camino de nuevas teorías y descubrimientos, los cuales la Iglesia miraba con sospecha o tenía que aceptar a regañadientes. Galileo no fue el único caso: con Darwin hubo el mismo problema y hasta hoy los literalistas bíblicos se niegan a aceptarlo. Hawking, por lo demás, habría probado que la existencia de Dios es un mito más al lado de sus propias teorías del universo infinito en el tiempo. Y del lado de las neurociencias, la existencia de un alma espiritual habría sido refutada una vez más: estaría suficientemente probado que la llamada conciencia no es más que un epifenómeno neuronal y que el libre albedrío no es más que una ilusión.
Cómo son las relaciones entre la fe y la ciencia en la actualidad?
1. El primero es de naturaleza religiosa. El prestigio impresionante de los dos últimos pontificados de la Iglesia católica, en los que se ha insistido mucho en la racionalidad de la fe y en la cuestión del conocimiento de la verdad, está dando su fruto de forma lenta pero segura. Las catequesis, marcadas por un trazo inteligente y atractivo, que han impartido Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI, transmiten con claridad y eficacia la idea de que la Iglesia no es una especie de gueto espiritual que nada tiene que ver con el desarrollo y los logros cientí- ficos del hombre. Después de las experiencias tan dramáticas contra la existencia humana que hemos vivido y que aún vivimos cada día, se empieza a entender que la Iglesia es verdaderamente un garante cierto y vigoroso en la defensa del hombre ante una ciencia sin sentido que se puede volver contra el propio ser humano.
2. El segundo factor es la propia crisis de las ciencias experimentales que se ha producido en los últimos años del siglo pasado y principios de este. También aquí da la impresión de que un siglo XX cargado de impresionantes y devastadoras tragedias – como no se habían visto hasta ahora en la historia de la humanidad–, en el que ha jugado un papel muy relevante la ciencia con todo su arsenal tecnológico, pesa de forma abrumadora sobre la vida humana en la tierra. Además, se ha puesto de manifiesto el hecho de que la ciencia es insuficiente para dar respuestas convincentes a los grandes interrogantes del hombre contemporáneo, que son, en gran medida, de naturaleza ética y existencial.
Al mismo tiempo, las propias ciencias se han visto cercenadas en su abordaje investigador por la propia finitud del método experimental. Esto se ha visto especialmente en las disciplinas característicamente primadas en las últimas décadas: las ciencias biomédicas. Las grandes preguntas sobre el funcionamiento del cuerpo humano y el desarrollo de trastornos devastadores, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o mentales, están todavía en muchos aspectos sin responder. Asimismo, una de las ciencias biológicas más desarrolladas, la Neurociencia, ha puesto en la palestra que los grandes interrogantes sobre nuestro cerebro y su importancia en nuestra conducta se encuentran todavía a gran distancia de recibir respuestas esclarecedoras.
3. El tercer factor es el convencimiento de que la carencia de expectativas que presenta la ciencia experimental reclama la unidad de saber y la interdisciplinaridad. Ambas se consideran, cada vez más, como verdaderamente necesarias para adentrarse en los problemas más complejos del ser humano y de la naturaleza. Sin embargo, estos aspectos han sido muy olvidados en la formación de las personas, y ahora no se encuentran plenamente disponibles para quien los quiera utilizar. Hay algo que ha fallado, y simplemente volver atrás a rebuscar en el pasado no lo arregla. Se necesita una visión renovada del saber y de su ubicación antropológica en el ser humano.
Respuesta:
Uno de los logros del Iluminismo como elemento cultural 1 es haber convencido a casi todo el mundo de que la ciencia actual y su renacimiento en los siglos XV y XVI fue un logro «contra» la supuesta oscuridad del cristianismo en materia de investigación científica. Cosa que comparten, por lo demás, algunos cristianos, heideggerianos, posmodernos y frankfurtianos en sus apocalípticas denuncias contra la ciencia y sus nostalgias de un medioevo no contaminado con un racionalismo antropocéntrico irredimiblemente unido a una razón cientifi cista destructora de toda humanidad.
Por el lado del Iluminismo, la ciencia nació con el atomismo griego (Leucipo, Demócrito, Aristarco) junto con el pitagorismo, pero fue «interrumpido» por las metafísicas de Platón y Aristóteles 2. Esas metafísicas, una vez unidas al cristianismo, crearon una indiferencia, tendiente a la hostilidad, hacia el mundo físico, unido ello a la creencia de que las Sagradas Escrituras contenían revelaciones sobre el mundo físico. Solo el renacimiento de «lo empírico» de la mano de Galileo —re-nacimiento que se extiende hasta Newton, Darwin, Einstein, Plank, Hawking— permitió salir del paradigma ptolemaico, unido a la metafísica de Aristóteles, y así abrir el camino de nuevas teorías y descubrimientos, los cuales la Iglesia miraba con sospecha o tenía que aceptar a regañadientes. Galileo no fue el único caso: con Darwin hubo el mismo problema y hasta hoy los literalistas bíblicos se niegan a aceptarlo. Hawking, por lo demás, habría probado que la existencia de Dios es un mito más al lado de sus propias teorías del universo infinito en el tiempo. Y del lado de las neurociencias, la existencia de un alma espiritual habría sido refutada una vez más: estaría suficientemente probado que la llamada conciencia no es más que un epifenómeno neuronal y que el libre albedrío no es más que una ilusión.
Cómo son las relaciones entre la fe y la ciencia en la actualidad?
1. El primero es de naturaleza religiosa. El prestigio impresionante de los dos últimos pontificados de la Iglesia católica, en los que se ha insistido mucho en la racionalidad de la fe y en la cuestión del conocimiento de la verdad, está dando su fruto de forma lenta pero segura. Las catequesis, marcadas por un trazo inteligente y atractivo, que han impartido Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI, transmiten con claridad y eficacia la idea de que la Iglesia no es una especie de gueto espiritual que nada tiene que ver con el desarrollo y los logros cientí- ficos del hombre. Después de las experiencias tan dramáticas contra la existencia humana que hemos vivido y que aún vivimos cada día, se empieza a entender que la Iglesia es verdaderamente un garante cierto y vigoroso en la defensa del hombre ante una ciencia sin sentido que se puede volver contra el propio ser humano.
2. El segundo factor es la propia crisis de las ciencias experimentales que se ha producido en los últimos años del siglo pasado y principios de este. También aquí da la impresión de que un siglo XX cargado de impresionantes y devastadoras tragedias – como no se habían visto hasta ahora en la historia de la humanidad–, en el que ha jugado un papel muy relevante la ciencia con todo su arsenal tecnológico, pesa de forma abrumadora sobre la vida humana en la tierra. Además, se ha puesto de manifiesto el hecho de que la ciencia es insuficiente para dar respuestas convincentes a los grandes interrogantes del hombre contemporáneo, que son, en gran medida, de naturaleza ética y existencial.
Al mismo tiempo, las propias ciencias se han visto cercenadas en su abordaje investigador por la propia finitud del método experimental. Esto se ha visto especialmente en las disciplinas característicamente primadas en las últimas décadas: las ciencias biomédicas. Las grandes preguntas sobre el funcionamiento del cuerpo humano y el desarrollo de trastornos devastadores, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o mentales, están todavía en muchos aspectos sin responder. Asimismo, una de las ciencias biológicas más desarrolladas, la Neurociencia, ha puesto en la palestra que los grandes interrogantes sobre nuestro cerebro y su importancia en nuestra conducta se encuentran todavía a gran distancia de recibir respuestas esclarecedoras.
3. El tercer factor es el convencimiento de que la carencia de expectativas que presenta la ciencia experimental reclama la unidad de saber y la interdisciplinaridad. Ambas se consideran, cada vez más, como verdaderamente necesarias para adentrarse en los problemas más complejos del ser humano y de la naturaleza. Sin embargo, estos aspectos han sido muy olvidados en la formación de las personas, y ahora no se encuentran plenamente disponibles para quien los quiera utilizar. Hay algo que ha fallado, y simplemente volver atrás a rebuscar en el pasado no lo arregla. Se necesita una visión renovada del saber y de su ubicación antropológica en el ser humano.
saludos :D