Se dice que los hermanos Morales, junto con algunos de los que se habían reunido la noche anterior, llegaron al primer piso de la casa donde el español pagaba arriendo para tener el almacén donde vendía diferentes objetos traídos de Europa.
Le pidieron a Llorente un centro de mesa o un florero, depende de la versión, para darle la bienvenida al criollo Antonio Villavicencio, que supuestamente llegaba con órdenes directas desde España. Pero González Llorente se negó a la petición y esa fue la excusa perfecta para comenzar una disputa de tinte político.
Según explica Hernán Olano, director del departamento de Historia de la Universidad de La Sabana, "Antonio Villavicencio era el enviado de la Junta Suprema Central y buscaba el apoyo de los diferentes cabildos para que se pudieran realizar las sesiones de la Junta. Querían expedir una nueva Constitución en razón del cautiverio del rey Fernando VII".
Dado que Llorente era partidario de Carlos IV y no de Fernando VII, los ánimos se alzaron prontamente. “Llorente era un buen hombre, pero de muy mal genio. Vivía con la suegra, la esposa y cinco cuñadas que él mismo sostenía. Sabían que ponerle el tema de la Junta Suprema haría que explotara. Y eso fue lo que buscaron los hermanos Morales", señaló Olano.
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Se dice que los hermanos Morales, junto con algunos de los que se habían reunido la noche anterior, llegaron al primer piso de la casa donde el español pagaba arriendo para tener el almacén donde vendía diferentes objetos traídos de Europa.
Le pidieron a Llorente un centro de mesa o un florero, depende de la versión, para darle la bienvenida al criollo Antonio Villavicencio, que supuestamente llegaba con órdenes directas desde España. Pero González Llorente se negó a la petición y esa fue la excusa perfecta para comenzar una disputa de tinte político.
Según explica Hernán Olano, director del departamento de Historia de la Universidad de La Sabana, "Antonio Villavicencio era el enviado de la Junta Suprema Central y buscaba el apoyo de los diferentes cabildos para que se pudieran realizar las sesiones de la Junta. Querían expedir una nueva Constitución en razón del cautiverio del rey Fernando VII".
Dado que Llorente era partidario de Carlos IV y no de Fernando VII, los ánimos se alzaron prontamente. “Llorente era un buen hombre, pero de muy mal genio. Vivía con la suegra, la esposa y cinco cuñadas que él mismo sostenía. Sabían que ponerle el tema de la Junta Suprema haría que explotara. Y eso fue lo que buscaron los hermanos Morales", señaló Olano.