Tras las guerras médicas (492-479 a.C.) q enfrentaron a los atenienses y los persas se produjo un cambio político en Atenas: Se paso del gobierno aristocrático al democrático. Gracias a un hombre, Pericles (495-429 a.C.) q fue elegido gobernante durante 15 veces consecutivas, Atenas vivió una etapa de esplendor, se consolidó la democracia y fue testigo de un autentico apogeo cultural. En la Atenas de Pericles vivieron, entre otros, los historiadores Herodoto y Jenofonte, el escultor Fidia, los trágicos Eurípides y Sófocles, los sofistas y Sócrates. Esta etapa dorada terminó, cuando, Atenas padeció la peste en el 430 a. C.
Este cambio político, es decir, la aparición de la democracia ocasionó una verdadera demanda por parte de los que pretendían acceder al poder, de preceptores que enseñaran el arte de convencer a la gente y de gobernar. De esta forma surgió un nutrido grupo de profesionales de la enseñanza q deambulaban por toda Grecia adiestrando a sus alumnos en el arte de la retórica, el derecho y la política, oficio por el cual cobraban elevadas sumas de dinero. Estos sofistas (de [sofós] sabio) abandonaron definitivamente el estudio de la Phycis y se dedicaron al estudio del hombre, sus costumbres, su organización social y sus leyes. La renuncia a seguir estudiando la naturaleza vino motivada por un cierto desencanto producido por la diversidad de interpretaciones ofrecidazas hasta entonces.
Más que una escuela filosófica, la sofistica fue un verdadero movimiento socio-cultural. Los sofistas crearon un ambiente que penetró por todos los rincones de la sociedad griega. Este ambiente tiene un fondo filosófico que es el relativismo y escepticismo. Es decir, los sofistas son relativistas en cuestiones de moral y escépticos respecto al conocimiento.
Los sofistas utilizaron magistralmente el método dialéctico. Su método consistía en largos discursos encaminados no a buscar la verdad, sino a mostrar las incoherencias del adversario. En principio nada es verdad ni es mentira, depende de la habilidad que se tenga en convertir el argumento más débil en el más fuerte, y el aparentemente más fuerte en el más débil. El buen sofista es capaz de convencer de una cosa y a renglón seguido de lo contrario. No te extrañe, pues, que el nombre de “sofista” tenga en la actualidad un cierto carácter peyorativo.
Pero también podemos considerar a los sofistas los primeros “positivistas jurídicos” pues opinan que ni la moral ni las leyes proceden de la naturaleza ([Physis]), sino que son puras normas ([nomos]), es decir, meras convenciones humanas. Los hombres podríamos haber pactado un orden social y moral totalmente distinto, podríamos haber prohibido cosas que nos parecen buenas, y haber permitido cosas que juzgamos malas, por que la naturaleza nada obliga, es decir, no hay nada que sea bueno o malo “por naturaleza”.
Tras las guerras médicas (492-479 a.C.) q enfrentaron a los atenienses y los persas se produjo un cambio político en Atenas: Se paso del gobierno aristocrático al democrático. Gracias a un hombre, Pericles (495-429 a.C.) q fue elegido gobernante durante 15 veces consecutivas, Atenas vivió una etapa de esplendor, se consolidó la democracia y fue testigo de un autentico apogeo cultural. En la Atenas de Pericles vivieron, entre otros, los historiadores Herodoto y Jenofonte, el escultor Fidia, los trágicos Eurípides y Sófocles, los sofistas y Sócrates. Esta etapa dorada terminó, cuando, Atenas padeció la peste en el 430 a. C.
Este cambio político, es decir, la aparición de la democracia ocasionó una verdadera demanda por parte de los que pretendían acceder al poder, de preceptores que enseñaran el arte de convencer a la gente y de gobernar. De esta forma surgió un nutrido grupo de profesionales de la enseñanza q deambulaban por toda Grecia adiestrando a sus alumnos en el arte de la retórica, el derecho y la política, oficio por el cual cobraban elevadas sumas de dinero. Estos sofistas (de [sofós] sabio) abandonaron definitivamente el estudio de la Phycis y se dedicaron al estudio del hombre, sus costumbres, su organización social y sus leyes. La renuncia a seguir estudiando la naturaleza vino motivada por un cierto desencanto producido por la diversidad de interpretaciones ofrecidazas hasta entonces.
Más que una escuela filosófica, la sofistica fue un verdadero movimiento socio-cultural. Los sofistas crearon un ambiente que penetró por todos los rincones de la sociedad griega. Este ambiente tiene un fondo filosófico que es el relativismo y escepticismo. Es decir, los sofistas son relativistas en cuestiones de moral y escépticos respecto al conocimiento.
Los sofistas utilizaron magistralmente el método dialéctico. Su método consistía en largos discursos encaminados no a buscar la verdad, sino a mostrar las incoherencias del adversario. En principio nada es verdad ni es mentira, depende de la habilidad que se tenga en convertir el argumento más débil en el más fuerte, y el aparentemente más fuerte en el más débil. El buen sofista es capaz de convencer de una cosa y a renglón seguido de lo contrario. No te extrañe, pues, que el nombre de “sofista” tenga en la actualidad un cierto carácter peyorativo.
Pero también podemos considerar a los sofistas los primeros “positivistas jurídicos” pues opinan que ni la moral ni las leyes proceden de la naturaleza ( [Physis]), sino que son puras normas ( [nomos]), es decir, meras convenciones humanas. Los hombres podríamos haber pactado un orden social y moral totalmente distinto, podríamos haber prohibido cosas que nos parecen buenas, y haber permitido cosas que juzgamos malas, por que la naturaleza nada obliga, es decir, no hay nada que sea bueno o malo “por naturaleza”.