Los incas son un pueblo relativamente nuevo: comenzaron su andadura histórica hacia el 1438 d. de C., cuando establecieron su reino en Cuzco y empezaron a expandirse por el altiplano andino, llevando su nueva imposición social y su experiencia religiosa, con un idioma imperial (el quechua, que se impuso en todas partes, menos en la zona aymara, del entorno de La Paz. Ellos suplantaron en gran parte la religión anterior de la zona, e impusieron la suya, vinculada al Sol Dominador y a la Tierra Sagrada. Hacia el 1532 llegaron los españoles e impusieron también su religión (el cristianismo), de manera que en un siglo hubo en aquellas tierras un doble cambio de religiones.
En ese contexto es significativa la voz de MARTÍN de Murua (±1550-1620), misionero e historiador vasco, de la Orden de la Merced, que tras muchos años de misión en el altiplano andino escribió una Historia General del Perú, en la que ofrece un buen conocimiento de la religión nativa y de sus implicaciones para la misión cristiana. Murúa fue gran misionero, al estilo clásico. Dice que bautizó él sólo varios cientos demiles de indios, quechuas y aymaras en el Alto Perú, pues a eso se dedicó con la ayuda de un buen personal misionero. Pero, pasados los años, cuando se hace viejo y escribe la historia de aquella zona, afirma que esos bautismos fueron dimidiados y, en el fondo, inválidos, por tres razones principales:
a) No se había evangelizado a los indios
b) Se les había impuesto el cristianismo a través de la conquista, y no por pura misión evangélica
c) El bautismo iba unido a la exigencia de trabajo de los “encomenderos”, que obligaban a los bautizados a explotar sus minas
Quiero ofrecer este testimonio de M. de Murua (casi vecino de la tierra de K. de Ezkio), para completar así las perspectivas… Uno (Muria) trabajo en el altiplano, con quechuas y aymaras… y bautiza a miles. Otro (K. de Ezkio) trabajo en la selva del Amazones (y no bautiza). Entre ambos hay una continuidad, para quien sepa leer.
Para que la exposición sea más precisa empezaré presentando la visión que Murua ofrece de la religión primera de la zona, anterior a la conquista de los Incas, religión de tierra y agua… religión de la vida, como veremos.
Los incas son un pueblo relativamente nuevo: comenzaron su andadura histórica hacia el 1438 d. de C., cuando establecieron su reino en Cuzco y empezaron a expandirse por el altiplano andino, llevando su nueva imposición social y su experiencia religiosa, con un idioma imperial (el quechua, que se impuso en todas partes, menos en la zona aymara, del entorno de La Paz. Ellos suplantaron en gran parte la religión anterior de la zona, e impusieron la suya, vinculada al Sol Dominador y a la Tierra Sagrada. Hacia el 1532 llegaron los españoles e impusieron también su religión (el cristianismo), de manera que en un siglo hubo en aquellas tierras un doble cambio de religiones.
En ese contexto es significativa la voz de MARTÍN de Murua (±1550-1620), misionero e historiador vasco, de la Orden de la Merced, que tras muchos años de misión en el altiplano andino escribió una Historia General del Perú, en la que ofrece un buen conocimiento de la religión nativa y de sus implicaciones para la misión cristiana. Murúa fue gran misionero, al estilo clásico. Dice que bautizó él sólo varios cientos demiles de indios, quechuas y aymaras en el Alto Perú, pues a eso se dedicó con la ayuda de un buen personal misionero. Pero, pasados los años, cuando se hace viejo y escribe la historia de aquella zona, afirma que esos bautismos fueron dimidiados y, en el fondo, inválidos, por tres razones principales:
a) No se había evangelizado a los indios
b) Se les había impuesto el cristianismo a través de la conquista, y no por pura misión evangélica
c) El bautismo iba unido a la exigencia de trabajo de los “encomenderos”, que obligaban a los bautizados a explotar sus minas
Quiero ofrecer este testimonio de M. de Murua (casi vecino de la tierra de K. de Ezkio), para completar así las perspectivas… Uno (Muria) trabajo en el altiplano, con quechuas y aymaras… y bautiza a miles. Otro (K. de Ezkio) trabajo en la selva del Amazones (y no bautiza). Entre ambos hay una continuidad, para quien sepa leer.
Para que la exposición sea más precisa empezaré presentando la visión que Murua ofrece de la religión primera de la zona, anterior a la conquista de los Incas, religión de tierra y agua… religión de la vida, como veremos.