Esto es lo que pienso. Entiendo que hay unas reglas que en la casa se deben cumplir sin dudas y que los niños necesitan porque son pequeños; si hicieran todo lo que les parece, la casa sería un caos. Por ejemplo, la mesa: hay una hora para almorzar y una para cenar. Los papás llaman a los niños y ellos deben venir corriendo. Nada de protestar ni demorarse; nada de reclamar si la comida les gusta o no. Y se respeta las normas de urbanidad, no se pone el codo en la mesa, ni se toma uno de la cabeza, ni se mastica con la boca abierta, no se canta, ni se silba, ni se habla con comida. Los niños son medio salvajes, esto es así. Los padres hacen bien en orientar a los niños siempre. Les ponen un horario, les cortan el pelo, los premian cuando hacen bien las cosas y los castigan si no hacen caso. Nada de contestar mal. Si te llaman, se dice ¿sí, papá?, ¿qué necesitas, mamá? Nada de decir solo ¿qué? Eso es de irrespetuosos. Para hacer algo, los pequeños deben consultarlo primero. Si quieren comer algo, jugar play o prender la tele, eso lo deben consultar; y si los papás dicen que no, ni hablar, hay que obedecer porque ellos saben bien por qué lo prohíben. Yo creo que la obediencia es muy importante en la niñez porque da seguridad, porque enseña a ser ordenado, respetuoso y responsable, porque se evita malos ratos a los papás y porque los pequeños deben aprender que un buen Yo ya soy grande. He cumplido ayer 13 años y no soy más un niño. Los adolescentes como yo ya no necesitamos la obediencia, especialmente en esos temas que mencionaba antes. No nos gusta que se nos diga cuándo comer, cómo tener el pelo, cuándo bañarnos y dar explicaciones si queremos comer algo o salir a jugar. Se acaban los tiempos de tener un horario estricto, de decir a todo que sí, porque tenemos nuestro propio criterio. Ya comeremos cuando tengamos hambre y nos cortaremos el pelo solo cuando queramos cambiar de estilo. Que no nos digan cómo hacer las cosas: ¡Necesitamos nuestro espacio! La obediencia no corresponde a los jóvenes; a nosotros nos corresponde la libertad. Que no nos digan: tiende tu cama, lávate los dientes, cuelga el teléfono, ponte a trabajar. Esta es la época de hacer lo que uno quiere porque ya somos grandes y podemos hacer casi todo por nuestra cuenta. Ricardo cerró el cuaderno, había terminado de escribir su composición para el trabajo del día siguiente. Bajó a la sala y su mamá le pidió que pusiera la mesa para la cena. Ya mamá, le dijo mientras pensaba que algo no andaba bien en su forma nueva de 1. ¿Qué te parecen las ideas de Ricardo sobre la obediencia en la niñez? 2. ¿Es correcto que la obediencia solo se debe practicar siendo niño? 3. ¿Por qué es importante que un adolescente sea obediente? 4. ¿Crees que Ricardo es así como dice pensar?
Respuesta:
Esto es lo que pienso. Entiendo que hay unas reglas que en la casa se deben cumplir sin dudas y que los niños necesitan porque son pequeños; si hicieran todo lo que les parece, la casa sería un caos. Por ejemplo, la mesa: hay una hora para almorzar y una para cenar. Los papás llaman a los niños y ellos deben venir corriendo. Nada de protestar ni demorarse; nada de reclamar si la comida les gusta o no. Y se respeta las normas de urbanidad, no se pone el codo en la mesa, ni se toma uno de la cabeza, ni se mastica con la boca abierta, no se canta, ni se silba, ni se habla con comida. Los niños son medio salvajes, esto es así. Los padres hacen bien en orientar a los niños siempre. Les ponen un horario, les cortan el pelo, los premian cuando hacen bien las cosas y los castigan si no hacen caso. Nada de contestar mal. Si te llaman, se dice ¿sí, papá?, ¿qué necesitas, mamá? Nada de decir solo ¿qué? Eso es de irrespetuosos. Para hacer algo, los pequeños deben consultarlo primero. Si quieren comer algo, jugar play o prender la tele, eso lo deben consultar; y si los papás dicen que no, ni hablar, hay que obedecer porque ellos saben bien por qué lo prohíben. Yo creo que la obediencia es muy importante en la niñez porque da seguridad, porque enseña a ser ordenado, respetuoso y responsable, porque se evita malos ratos a los papás y porque los pequeños deben aprender que un buen Yo ya soy grande. He cumplido ayer 13 años y no soy más un niño. Los adolescentes como yo ya no necesitamos la obediencia, especialmente en esos temas que mencionaba antes. No nos gusta que se nos diga cuándo comer, cómo tener el pelo, cuándo bañarnos y dar explicaciones si queremos comer algo o salir a jugar. Se acaban los tiempos de tener un horario estricto, de decir a todo que sí, porque tenemos nuestro propio criterio. Ya comeremos cuando tengamos hambre y nos cortaremos el pelo solo cuando queramos cambiar de estilo. Que no nos digan cómo hacer las cosas: ¡Necesitamos nuestro espacio! La obediencia no corresponde a los jóvenes; a nosotros nos corresponde la libertad. Que no nos digan: tiende tu cama, lávate los dientes, cuelga el teléfono, ponte a trabajar. Esta es la época de hacer lo que uno quiere porque ya somos grandes y podemos hacer casi todo por nuestra cuenta. Ricardo cerró el cuaderno, había terminado de escribir su composición para el trabajo del día siguiente. Bajó a la sala y su mamá le pidió que pusiera la mesa para la cena. Ya mamá, le dijo mientras pensaba que algo no andaba bien en su forma nueva de 1. ¿Qué te parecen las ideas de Ricardo sobre la obediencia en la niñez? 2. ¿Es correcto que la obediencia solo se debe practicar siendo niño? 3. ¿Por qué es importante que un adolescente sea obediente? 4. ¿Crees que Ricardo es así como dice pensar?
Explicación: