El clima emocional debe ser afectivo y cordial. Establecer un límite no tiene que suponer tensión, gritos o agresividad, ni debe plantearse como una amenaza o un castigo. Tampoco es aconsejable entrar en discusiones o luchas de poder con los hijos, ni perder el control ante ellos.
un límite no tiene que suponer tensión, gritos o agresividad, ni debe plantearse como una amenaza o un castigo. Tampoco es aconsejable entrar en discusiones o luchas de poder con los hijos, ni perder el control ante ellos.
Respuesta:
El clima emocional debe ser afectivo y cordial. Establecer un límite no tiene que suponer tensión, gritos o agresividad, ni debe plantearse como una amenaza o un castigo. Tampoco es aconsejable entrar en discusiones o luchas de poder con los hijos, ni perder el control ante ellos.
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un límite no tiene que suponer tensión, gritos o agresividad, ni debe plantearse como una amenaza o un castigo. Tampoco es aconsejable entrar en discusiones o luchas de poder con los hijos, ni perder el control ante ellos.