Una vez dos tribus se enemistaron. Constantes peleas, discusiones y altercados por las tierras donde vivían hicieron que su convivencia fuera insostenible. El príncipe y la princesa de los respectivos poblados caminaban por aquellos lugares y de sorpresa se encontraron. Fue el momento en que ambos fueron flechados y así comenzó el amor de uno por el otro, y pasó a ser mucho más importante que los conflictos que tenían sus pueblos. Cuando este romance llegó a conocerse entre sus familias, no podían comprender lo que sucedía. El odio que existía imposibilitaba ver que esta relación fuera a traer la paz y la unión de los pueblos. Los consejeros de cada tribu se afanaron en aconsejar para impedir que estos dos príncipes mantuvieran esta relación de amantes, a través de la magia y otros malabares, sin embargo, no tuvieron éxito.
Era tan grande el amor de esta pareja que hasta la naturaleza sentía pena por ellos. Las nubes y la luna comenzaron a llorar. Los lobos aullaban y las tormentas cayeron sobre las tierras, esta era la advertencia de los dioses para ambas tribus. Mientras la naturaleza volcaba su fuerza hacia ambos poblados para que cambiaran de actitud, Los jefes y sacerdotes realizaban toda clase de artilugios para romper con el amor de los jóvenes. Tan inútil fueron los esfuerzos, que los sacerdotes decidieron sacrificarlos para que nunca más llegaran a estar juntos. Este asesinato sucedía una noche sin luna y muy oscura.
Respuesta:
Una vez dos tribus se enemistaron. Constantes peleas, discusiones y altercados por las tierras donde vivían hicieron que su convivencia fuera insostenible. El príncipe y la princesa de los respectivos poblados caminaban por aquellos lugares y de sorpresa se encontraron. Fue el momento en que ambos fueron flechados y así comenzó el amor de uno por el otro, y pasó a ser mucho más importante que los conflictos que tenían sus pueblos. Cuando este romance llegó a conocerse entre sus familias, no podían comprender lo que sucedía. El odio que existía imposibilitaba ver que esta relación fuera a traer la paz y la unión de los pueblos. Los consejeros de cada tribu se afanaron en aconsejar para impedir que estos dos príncipes mantuvieran esta relación de amantes, a través de la magia y otros malabares, sin embargo, no tuvieron éxito.
Era tan grande el amor de esta pareja que hasta la naturaleza sentía pena por ellos. Las nubes y la luna comenzaron a llorar. Los lobos aullaban y las tormentas cayeron sobre las tierras, esta era la advertencia de los dioses para ambas tribus. Mientras la naturaleza volcaba su fuerza hacia ambos poblados para que cambiaran de actitud, Los jefes y sacerdotes realizaban toda clase de artilugios para romper con el amor de los jóvenes. Tan inútil fueron los esfuerzos, que los sacerdotes decidieron sacrificarlos para que nunca más llegaran a estar juntos. Este asesinato sucedía una noche sin luna y muy oscura.
Explicación:
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