Respuesta: Cada cultura tiene normas y reglas sobre cómo expresar qué emociones de qué manera en qué contexto. Somos seres sociales, por ende, las emociones facilitan la adaptación externa al medio cultural y contribuyen en la construcción de la identidad en el ámbito social en que las personas se encuentran insertas.
entorno social parece modelar no sólo la expresión de las emociones sino la misma experiencia emocional. Si bien lo primero parece no cuestionarse, numerosos trabajos con perspectiva transcultural muestran como los grupos, las organizaciones e instituciones potencian o inhiben la expresión de emociones (ver p.e. la noción de "display rule" en Ekman, 1972); la vivencia emocional parece más difícil de ser sometida a controles externos. Sin embargo no considerar también la existencia de "feeling rules" (ver Hochschild, 1983) es entender la experiencia emocional como una reacción individual solipsista y a su expresión un mero teatro. La aculturación o proceso de socialización puede entenderse desde una perspectiva psicosocial que respete la mutua influencia entre la persona y el ambiente físico–social, y desde esa concepción interactiva podemos entender por ejemplo porqué los asistentes sociales no arrastran una continua depresión al trabajar en situaciones límite, de hecho cuando no consiguen controlar no sólo la expresión sino más fundamentalmente la experiencia emocional negativa necesitan tratamiento específico (p.e. síndrome burn–out). Sin embargo ese control no significa que esas personas sean insensibles o que falseen sus sentimientos, el auto–control es aprendido para ese contexto y ese aprendizaje no impide que en otras circunstancias las emociones esperadas
Respuesta: Cada cultura tiene normas y reglas sobre cómo expresar qué emociones de qué manera en qué contexto. Somos seres sociales, por ende, las emociones facilitan la adaptación externa al medio cultural y contribuyen en la construcción de la identidad en el ámbito social en que las personas se encuentran insertas.
Respuesta:
entorno social parece modelar no sólo la expresión de las emociones sino la misma experiencia emocional. Si bien lo primero parece no cuestionarse, numerosos trabajos con perspectiva transcultural muestran como los grupos, las organizaciones e instituciones potencian o inhiben la expresión de emociones (ver p.e. la noción de "display rule" en Ekman, 1972); la vivencia emocional parece más difícil de ser sometida a controles externos. Sin embargo no considerar también la existencia de "feeling rules" (ver Hochschild, 1983) es entender la experiencia emocional como una reacción individual solipsista y a su expresión un mero teatro. La aculturación o proceso de socialización puede entenderse desde una perspectiva psicosocial que respete la mutua influencia entre la persona y el ambiente físico–social, y desde esa concepción interactiva podemos entender por ejemplo porqué los asistentes sociales no arrastran una continua depresión al trabajar en situaciones límite, de hecho cuando no consiguen controlar no sólo la expresión sino más fundamentalmente la experiencia emocional negativa necesitan tratamiento específico (p.e. síndrome burn–out). Sin embargo ese control no significa que esas personas sean insensibles o que falseen sus sentimientos, el auto–control es aprendido para ese contexto y ese aprendizaje no impide que en otras circunstancias las emociones esperadas