En la actualidad la sociedad necesita analizar la situación a la que nos enfrentamos con respecto a los recursos tanto renovable como los no renovables, ya que como bien se sabe los recursos no renovables son aquellos que se forman muy lentamente y que no se forman de manera natural en el medio ambiente, tales como el petróleo, el carbón, el gas natural, etc. En base a la perspectiva de la sociedad, los recursos no son renovables cuando su tasa de consumo supera la tasa de reposición o recuperación, por ejemplo los combustibles fósiles, los cuales se forman de manera muy lenta, lo cual significa que al ser utilizados, estos no puedan ser regenerados, además de que este tipo de materiales producen residuos que plantean graves problemas de contaminación a través de gases tóxicos, radioactividad, etc.
De manera que la humanidad se enfrenta a una crisis ecológica de gran magnitud, debido a que un sinfín de actividades realizadas por el ser humano han provocado que se deteriore de manera gradual la biodiversidad que nos rodea. Existen diversos tipos de impactos ambientales, pero fundamentalmente se pueden clasificar, de acuerdo a su origen, en los provocados por:
El aprovechamiento de recursos naturales ya sean renovables, tales como el aprovechamiento forestal o la pesca; o no renovables, tales como la extracción del petróleo o del carbón.Contaminación. Todos los proyectos que producen algún residuo (peligroso o no), emiten gases a la atmósfera o vierten líquidos al ambiente.Ocupación del territorio. Los proyectos que al ocupar un territorio modifican las condiciones naturales por acciones tales como desmonte, compactación del suelo y otras.
Problemas como el agujero en la capa de ozono, el incremento de gases de efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de recursos tanto renovables como no renovables, la tala de grandes áreas de selvas y bosques, la explotación excesiva de recursos marinos, entre otros. Por lo que si bien de alguna forma es imposible revocar esos daños, sí se puede lograr minimizar el impacto ambiental sobre nuestro entorno a través de medidas estratégicas.
Entre los principales causantes de estos fenómenos, podemos mencionar las emisiones de CFC (clorofluoro-carburo1), las cuales se produjeron esencialmente en los países industrializados y sus efectos más severos se perciben y percibirán en las zonas más cercanas a los polos; la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero correlaciona en gran medida con el nivel de desarrollo de los países, que no tienen por qué ser los más afectados por los cambios drásticos en el clima ni por la subida del nivel del mar, etc.
Existe además una lucha por la apropiación de los recursos, hoy en día, recientes guerras ilustran de forma dramática e inhumana de la adicción al petróleo del sistema económico actual; pero cabe mencionar que también el agua dulce es un bien progresivamente más escaso y, por tanto, cada vez más estratégico. Por lo que de la misma forma existe una lucha por la apropiación de las cuotas de pesca, los bosques, las semillas, la biodiversidad en animales y plantas, etc.
Es triste observar que la mayor parte de la sociedad reconoce la existencia de la gran cantidad de problemas ambientales y de los conflictos que de ellos derivan, sin embargo, no se hace lo suficiente para poder lograr una buena identificación y análisis de sus causas, así como de la creación de posibles soluciones para enfrentar las consecuencias. De alguna forma se considera evidente que la crisis ecológica es una consecuencia sociable con relación a la dinámica de funcionamiento del sistema económico. Y es que la economía no se entiende como lo que es, un subsistema dentro del sistema ecológico global, sino como un todo que debe regir todos los aspectos.
Haciendo que en este sentido los recursos naturales e incluso las personas, no llegan a verse más que como recursos para incrementar la producción, el consumo y finalmente, los beneficios. Pasando de una economía al servicio del bienestar, a una lógica en que ciudadanos y medio ambiente deban estar al servicio de la economía, por ejemplo, casos de empresas multinacionales de prestigio que elaboran sus productos con el uso de mano de obra infantil o el hecho de practicar la pesca excesiva en determinas zonas marinas, que sin duda supone grandes beneficios inmediatos para el pescador, pero a mediano y largo plazo puede llegar a representar la desaparición de especies en la zona, afectando por completo toda una cadena alimenticia.
En la actualidad la sociedad necesita analizar la situación a la que nos enfrentamos con respecto a los recursos tanto renovable como los no renovables, ya que como bien se sabe los recursos no renovables son aquellos que se forman muy lentamente y que no se forman de manera natural en el medio ambiente, tales como el petróleo, el carbón, el gas natural, etc. En base a la perspectiva de la sociedad, los recursos no son renovables cuando su tasa de consumo supera la tasa de reposición o recuperación, por ejemplo los combustibles fósiles, los cuales se forman de manera muy lenta, lo cual significa que al ser utilizados, estos no puedan ser regenerados, además de que este tipo de materiales producen residuos que plantean graves problemas de contaminación a través de gases tóxicos, radioactividad, etc.
De manera que la humanidad se enfrenta a una crisis ecológica de gran magnitud, debido a que un sinfín de actividades realizadas por el ser humano han provocado que se deteriore de manera gradual la biodiversidad que nos rodea. Existen diversos tipos de impactos ambientales, pero fundamentalmente se pueden clasificar, de acuerdo a su origen, en los provocados por:
El aprovechamiento de recursos naturales ya sean renovables, tales como el aprovechamiento forestal o la pesca; o no renovables, tales como la extracción del petróleo o del carbón.Contaminación. Todos los proyectos que producen algún residuo (peligroso o no), emiten gases a la atmósfera o vierten líquidos al ambiente.Ocupación del territorio. Los proyectos que al ocupar un territorio modifican las condiciones naturales por acciones tales como desmonte, compactación del suelo y otras.Problemas como el agujero en la capa de ozono, el incremento de gases de efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de recursos tanto renovables como no renovables, la tala de grandes áreas de selvas y bosques, la explotación excesiva de recursos marinos, entre otros. Por lo que si bien de alguna forma es imposible revocar esos daños, sí se puede lograr minimizar el impacto ambiental sobre nuestro entorno a través de medidas estratégicas.
Entre los principales causantes de estos fenómenos, podemos mencionar las emisiones de CFC (clorofluoro-carburo1), las cuales se produjeron esencialmente en los países industrializados y sus efectos más severos se perciben y percibirán en las zonas más cercanas a los polos; la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero correlaciona en gran medida con el nivel de desarrollo de los países, que no tienen por qué ser los más afectados por los cambios drásticos en el clima ni por la subida del nivel del mar, etc.
Existe además una lucha por la apropiación de los recursos, hoy en día, recientes guerras ilustran de forma dramática e inhumana de la adicción al petróleo del sistema económico actual; pero cabe mencionar que también el agua dulce es un bien progresivamente más escaso y, por tanto, cada vez más estratégico. Por lo que de la misma forma existe una lucha por la apropiación de las cuotas de pesca, los bosques, las semillas, la biodiversidad en animales y plantas, etc.
Es triste observar que la mayor parte de la sociedad reconoce la existencia de la gran cantidad de problemas ambientales y de los conflictos que de ellos derivan, sin embargo, no se hace lo suficiente para poder lograr una buena identificación y análisis de sus causas, así como de la creación de posibles soluciones para enfrentar las consecuencias. De alguna forma se considera evidente que la crisis ecológica es una consecuencia sociable con relación a la dinámica de funcionamiento del sistema económico. Y es que la economía no se entiende como lo que es, un subsistema dentro del sistema ecológico global, sino como un todo que debe regir todos los aspectos.
Haciendo que en este sentido los recursos naturales e incluso las personas, no llegan a verse más que como recursos para incrementar la producción, el consumo y finalmente, los beneficios. Pasando de una economía al servicio del bienestar, a una lógica en que ciudadanos y medio ambiente deban estar al servicio de la economía, por ejemplo, casos de empresas multinacionales de prestigio que elaboran sus productos con el uso de mano de obra infantil o el hecho de practicar la pesca excesiva en determinas zonas marinas, que sin duda supone grandes beneficios inmediatos para el pescador, pero a mediano y largo plazo puede llegar a representar la desaparición de especies en la zona, afectando por completo toda una cadena alimenticia.