El Reino de Yugoslavia, que sucedió al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, fue un Estado situado en la península balcánica que existió desde el 3 de octubre de 1929 al 2 de diciembre de 1945. Compuesto por las siguientes siete provincias: Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia, Croacia y Eslavonia.
El nuevo nombre del Estado era en realidad común ya antes de su institución oficial, siendo este poco usado fuera del ámbito oficial. Provenía del serbocroata Jug (sur) y Slavija (territorio eslavo), término por el que se designaba desde el siglo xix a los eslavos del sur, aunque normalmente sin incluir a los búlgaros.2
La existencia del reino se divide políticamente en cuatro fases diferenciadas: la dictadura real de Alejandro I de Yugoslavia, la regencia de su primo Pablo tras el asesinato de aquel, el corto Gobierno del general Dušan Simović, que derrocó al regente, y la guerra mundial, durante la que el país quedó desmembrado y el reino solamente existió formalmente. El asunto que dominó principalmente la política yugoslava fue la forma de Estado y los intentos de resolución de los conflictos nacionalistas entre las distintas comunidades del país, en especial el descontento croata por la falta de autonomía respecto del Gobierno central. Durante la dictadura y parte de la regencia, el Gobierno trató de unificar por la fuerza el país y acabar con los regionalismos imponiendo un nacionalismo yugoslavo unificador, sin éxito. Únicamente en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial se logró alcanzar un acuerdo reformista entre el regente Pablo y el dirigente croata Vladko Maček que no se pudo aplicar en su totalidad y dejó muchos descontentos.
En política internacional, el país mantuvo sus alianzas favorables a los vencedores de la Primera Guerra Mundial (en especial con Francia), entre los que se contaba, pero, desde mediados de la década de 1930, fue estrechando relaciones, especialmente económicas, con las potencias fascistas. Muy dependiente del comercio con estas y de sus pertrechos, al estallar la guerra declaró su neutralidad. Fue quedando rodeada por naciones hostiles aliadas con Italia y Alemania, que aumentaron su presión sobre Yugoslavia para que se uniese a ellas, cosa que acabó haciendo ante la falta de ayuda aliada en marzo de 1941, aunque de manera condicional. El disgusto de parte del Ejército y de la población por la alianza con los italo-germanos llevó a un golpe de Estado que acabó con la regencia y precipitó en pocos días la invasión del país, que no se pudo evitar. El Gobierno real partió al exilio en Gran Bretaña y el país fue dividido por los invasores, manteniendo su unidad solamente de manera formal y por la negativa de los Aliados a reconocer el reparto del territorio por el Eje.
Económicamente el reino comenzó con una dura depresión económica debido a la crisis agrícola mundial de finales de la década de 1920 y la llegada de la Gran Depresión a Yugoslavia. A mediados de la década siguiente se produjo una cierta recuperación y mejora de la situación en el campo y de desarrollo de la industria, aunque no fue suficiente para mejorar de manera notable el nivel de vida de la población, que crecía rápidamente. Los preparativos para la guerra volvieron a empeorar las condiciones de vida de la población y la economía nacional, muy dependiente del Eje.
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El Reino de Yugoslavia, que sucedió al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, fue un Estado situado en la península balcánica que existió desde el 3 de octubre de 1929 al 2 de diciembre de 1945. Compuesto por las siguientes siete provincias: Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia, Croacia y Eslavonia.
El nuevo nombre del Estado era en realidad común ya antes de su institución oficial, siendo este poco usado fuera del ámbito oficial. Provenía del serbocroata Jug (sur) y Slavija (territorio eslavo), término por el que se designaba desde el siglo xix a los eslavos del sur, aunque normalmente sin incluir a los búlgaros.2
La existencia del reino se divide políticamente en cuatro fases diferenciadas: la dictadura real de Alejandro I de Yugoslavia, la regencia de su primo Pablo tras el asesinato de aquel, el corto Gobierno del general Dušan Simović, que derrocó al regente, y la guerra mundial, durante la que el país quedó desmembrado y el reino solamente existió formalmente. El asunto que dominó principalmente la política yugoslava fue la forma de Estado y los intentos de resolución de los conflictos nacionalistas entre las distintas comunidades del país, en especial el descontento croata por la falta de autonomía respecto del Gobierno central. Durante la dictadura y parte de la regencia, el Gobierno trató de unificar por la fuerza el país y acabar con los regionalismos imponiendo un nacionalismo yugoslavo unificador, sin éxito. Únicamente en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial se logró alcanzar un acuerdo reformista entre el regente Pablo y el dirigente croata Vladko Maček que no se pudo aplicar en su totalidad y dejó muchos descontentos.
En política internacional, el país mantuvo sus alianzas favorables a los vencedores de la Primera Guerra Mundial (en especial con Francia), entre los que se contaba, pero, desde mediados de la década de 1930, fue estrechando relaciones, especialmente económicas, con las potencias fascistas. Muy dependiente del comercio con estas y de sus pertrechos, al estallar la guerra declaró su neutralidad. Fue quedando rodeada por naciones hostiles aliadas con Italia y Alemania, que aumentaron su presión sobre Yugoslavia para que se uniese a ellas, cosa que acabó haciendo ante la falta de ayuda aliada en marzo de 1941, aunque de manera condicional. El disgusto de parte del Ejército y de la población por la alianza con los italo-germanos llevó a un golpe de Estado que acabó con la regencia y precipitó en pocos días la invasión del país, que no se pudo evitar. El Gobierno real partió al exilio en Gran Bretaña y el país fue dividido por los invasores, manteniendo su unidad solamente de manera formal y por la negativa de los Aliados a reconocer el reparto del territorio por el Eje.
Económicamente el reino comenzó con una dura depresión económica debido a la crisis agrícola mundial de finales de la década de 1920 y la llegada de la Gran Depresión a Yugoslavia. A mediados de la década siguiente se produjo una cierta recuperación y mejora de la situación en el campo y de desarrollo de la industria, aunque no fue suficiente para mejorar de manera notable el nivel de vida de la población, que crecía rápidamente. Los preparativos para la guerra volvieron a empeorar las condiciones de vida de la población y la economía nacional, muy dependiente del Eje.
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