Las larvas y a veces los adultos de muchas especies de lepidópteros (mariposas y polillas) tienen pelos o espinas urticantes que los protegen de los predadores pero que pueden también irritar la piel humana por contacto accidental (Burns, 1992; AFPMB, 2002) (véase el recuadro, pág. 52). La irritación es causada por un veneno derramado cuando las puntas de los pelos se quiebran en la piel humana. La gravedad de la irritación es variable. Los síntomas pueden aparecer inmediatamente tras el contacto o demorarse horas o incluso días; suelen ser temporales, con una duración de alrededor de una semana. Consisten en escozor, que suele ir seguido de sarpullidos; en las reacciones graves puede haber síntomas de malestar y fiebre ligera. En el ojo, los pelos de las orugas pueden producir conjuntivitis, oftalmia nodosa (una hinchazón redonda gris en el punto de cada pelo inserto en el ojo) e incluso inflamación de todo el ojo.
Las larvas y a veces los adultos de muchas especies de lepidópteros (mariposas y polillas) tienen pelos o espinas urticantes que los protegen de los predadores pero que pueden también irritar la piel humana por contacto accidental (Burns, 1992; AFPMB, 2002) (véase el recuadro, pág. 52). La irritación es causada por un veneno derramado cuando las puntas de los pelos se quiebran en la piel humana. La gravedad de la irritación es variable. Los síntomas pueden aparecer inmediatamente tras el contacto o demorarse horas o incluso días; suelen ser temporales, con una duración de alrededor de una semana. Consisten en escozor, que suele ir seguido de sarpullidos; en las reacciones graves puede haber síntomas de malestar y fiebre ligera. En el ojo, los pelos de las orugas pueden producir conjuntivitis, oftalmia nodosa (una hinchazón redonda gris en el punto de cada pelo inserto en el ojo) e incluso inflamación de todo el ojo.