Sofonisba Anguissola (1532-1625): Se trata de la pintora renacentista más importante de Italia. El aprendizaje de Sofonisba con artistas locales (Campi, Gatti) sentó un precedente para que las mujeres fueran aceptadas como estudiantes de arte.
En 1554 Sofonisba viaja a Roma, donde conoce a Miguel Ángel por mediación de otros pintores. Este encuentro con el artista fue un gran honor para la pintora y se benefició de ser “informalmente” instruida por el gran maestro, que admiraba el talento de la joven pintora.
No obstante no lo tuvo nada fácil, pues a pesar de que contaba con apoyo (más que el resto de las mujeres de la época) y su gran esfuerzo y coraje, su condición de mujer y clase social no le permitieron ir más allá de los límites impuestos para su sexo. No pudo estudiar anatomía humana o dibujar del natural, ya que se consideraba impropio de una señora contemplar un cuerpo desnudo.
Lavinia Fontana (1552-1614): Pintora italiana del primer Barroco, se forma con su padre, el pintor de la Escuela de Bolonia Prospero Fontana. Sus primeras obras, principalmente retratos, están muy en la línea del Manierismo tardío de su maestro.
De esta época destacan pequeñas obras de gabinete, sobre todo retratos. Fontana se casó con Gian Paolo Zappi, un rico discípulo de su padre. Siguió pintando durante su matrimonio para ayudar a la familia mientras su esposo se encargaba de la casa y asistía a su mujer como ayudante. La familia se trasladó a Roma en 1603 por invitación del papa Clemente VII. Obtuvo el mecenazgo de los Buoncampagni.
Fede Galizia (1578-1630): Se trata de una pintora del Barroco italiano pionera del género del bodegón. Se forma con su padre, el miniaturista Nunzio Galizia y se dice que a la edad de doce años era suficientemente considerada como para ser mencionada por Giovanni Paolo Lomazzo, pintor y teórico del arte amigo de su padre, de la siguiente forma: «Esta joven se ha dedicado a imitar a nuestros más extraordinarios artistas».
Al finalizar su formación comenzó a recibir muchos encargos como retratista. Esto se debe tal vez a que gracias a su formación como miniaturista trabajaba con maestría los pequeños detalles de los retratos (joyas, telas, etc.). También se dedicó a la pintura religiosa y de temática mitológica, y llegó a encargarse de la decoración de distintos retablos, como el de la Iglesia de Santa María Magdalena en Milán (1616). Su obra recibió una fuerte influencia del Manierismo lombardo.
Artemisia Gentileschi (1593-1654): Se trata de la principal seguidora del naturalismo caravaggesco del Barroco italiano.
Hija del famoso pintor toscano Orazio Gentileschi, se forma en Roma bajo la tutela de su padre, seguidor de Caravaggio. Su primera obra (Susana y los viejos), realizada a los diecisiete años, muestra como Artemisia había asimilado el realismo de Caravaggio sin permanecer indiferente al lenguaje pictórico de los Carracci y la Escuela de Bolonia, más clasicista.
Respuesta:
Sofonisba Anguissola (1532-1625): Se trata de la pintora renacentista más importante de Italia. El aprendizaje de Sofonisba con artistas locales (Campi, Gatti) sentó un precedente para que las mujeres fueran aceptadas como estudiantes de arte.
En 1554 Sofonisba viaja a Roma, donde conoce a Miguel Ángel por mediación de otros pintores. Este encuentro con el artista fue un gran honor para la pintora y se benefició de ser “informalmente” instruida por el gran maestro, que admiraba el talento de la joven pintora.
No obstante no lo tuvo nada fácil, pues a pesar de que contaba con apoyo (más que el resto de las mujeres de la época) y su gran esfuerzo y coraje, su condición de mujer y clase social no le permitieron ir más allá de los límites impuestos para su sexo. No pudo estudiar anatomía humana o dibujar del natural, ya que se consideraba impropio de una señora contemplar un cuerpo desnudo.
Lavinia Fontana (1552-1614): Pintora italiana del primer Barroco, se forma con su padre, el pintor de la Escuela de Bolonia Prospero Fontana. Sus primeras obras, principalmente retratos, están muy en la línea del Manierismo tardío de su maestro.
De esta época destacan pequeñas obras de gabinete, sobre todo retratos. Fontana se casó con Gian Paolo Zappi, un rico discípulo de su padre. Siguió pintando durante su matrimonio para ayudar a la familia mientras su esposo se encargaba de la casa y asistía a su mujer como ayudante. La familia se trasladó a Roma en 1603 por invitación del papa Clemente VII. Obtuvo el mecenazgo de los Buoncampagni.
Fede Galizia (1578-1630): Se trata de una pintora del Barroco italiano pionera del género del bodegón. Se forma con su padre, el miniaturista Nunzio Galizia y se dice que a la edad de doce años era suficientemente considerada como para ser mencionada por Giovanni Paolo Lomazzo, pintor y teórico del arte amigo de su padre, de la siguiente forma: «Esta joven se ha dedicado a imitar a nuestros más extraordinarios artistas».
Al finalizar su formación comenzó a recibir muchos encargos como retratista. Esto se debe tal vez a que gracias a su formación como miniaturista trabajaba con maestría los pequeños detalles de los retratos (joyas, telas, etc.). También se dedicó a la pintura religiosa y de temática mitológica, y llegó a encargarse de la decoración de distintos retablos, como el de la Iglesia de Santa María Magdalena en Milán (1616). Su obra recibió una fuerte influencia del Manierismo lombardo.
Artemisia Gentileschi (1593-1654): Se trata de la principal seguidora del naturalismo caravaggesco del Barroco italiano.
Hija del famoso pintor toscano Orazio Gentileschi, se forma en Roma bajo la tutela de su padre, seguidor de Caravaggio. Su primera obra (Susana y los viejos), realizada a los diecisiete años, muestra como Artemisia había asimilado el realismo de Caravaggio sin permanecer indiferente al lenguaje pictórico de los Carracci y la Escuela de Bolonia, más clasicista.
Explicación:
Respuesta:
no se pana
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