investiga e identifica los aspectos del imperio mexica(respondan enlistado y si no saben no respondan) organizacion politica: religion: economia: dibicion social: educacion:
Los mexicas originalmente eran una de las tribus nahuas y cuando llegaron al valle de México, traían sus propias creencias y divinidades. La más importante de sus divinidades era Huitzilopochtli, cuyo nombre puede traducirse literalmente como colibrí izquierdo, el colibrí zurdo o colibrí del sur; sin embargo, según Laurette Séjourné, en el lenguaje esotérico náhuatl se puede traducir como el alma del guerrero que viene del paraíso[cita requerida].
Al llegar al valle de México o valle del Anáhuac, los mexicas trataron de incorporar la cultura y los dioses de las civilizaciones más avanzadas que ya estaban establecidas, así como los de civilizaciones más antiguas como la tolteca; así, incluyeron a Tláloc, Tezcatlipoca y a Quetzalcóatl.
Sin embargo, algunos dirigentes mexicas (como Tlacaélel) modificaron la historia para poner a su dios tribal, Huitzilopochtli, al mismo nivel que los demás dioses nahuas.
Conforme los mexicas comenzaron a conquistar a otros pueblos, fueron aceptando nuevos dioses y enlazando sus historias con las de los dioses que ya tenían.
Estudiosos como Miguel León-Portilla sugieren que, en la época de la conquista, los mexicas estaban en un proceso de sincretización donde todos los dioses serían sólo expresiones de las potencias de una deidad principal, Ometéotl/Omecíhuatl.
Ésta es una antigua pareja de dioses; sus nombres literalmente significan "Señor dios, Señora dios", pero usualmente se traduce como "nuestro señor/señora de la dualidad", lo que implica un dios con características femeninas y masculinas. Este dios es mucho más antiguo que la civilización nahua, y según algunas leyendas es el origen de todos los dioses. El pueblo difícilmente lo conocía, pero entre las clases superiores se le rendía una especie de culto. Otros nombre que recibía eran: "El señor del cerca y junto", "El inventor de sí mismo" y Tonacatecuhtli (El señor de nuestra carne).
Explicación:
la información que sigue es meramente especulativa y está basada en el estudio de códices intervenidos o creados después de la caída de Tenochtitlán, escritos en español de la época. La cultura mexica es particularmente idealizada por la práctica de sacrificios humanos; los ofrecimientos a Huitzilopochtli serían hechos para restaurar la sangre que perdió, ya que el sol era confrontado en una batalla diaria. Esto prevendría el fin del mundo que podría suceder en cada ciclo de 52 años. La dedicación del gran templo en Tenochtitlán fue divulgado por los mexicas según lo referido, con un sacrificio de más de 84.000 prisioneros; sin embargo, este número probablemente fue una exageración de los mismos mexicas para infundir miedo entre sus enemigos, pues en el relato insisten en que el Tlatoani sacrificó personalmente a todas las víctimas en el curso de 4 días. Como medida de comparación, en los días finales del campo de concentración de Dachau, con tecnología moderna las 24 horas, se podía disponer de 4500 víctimas al día.
Las víctimas sacrificadas a Xipe Tótec eran atadas a un poste y eran cubiertas por completo por flechas que les eran lanzadas. Posteriormente el cadáver sería desollado y un sacerdote se cubriría con la piel. Representan la renovación de la tierra para volver a ser fértil. La Madre Tierra, Teteoinnan, requería víctimas femeninas desolladas. Tláloc requería niños enfermos masculinos.
Respuesta:
religion: sincretismo
economia: agricultura
divicion social: dividida en Pipiltin (nobles) y Macehualtin (comunes)
educacion: escuelas de Tenochtitlan
Respuesta:
Los mexicas originalmente eran una de las tribus nahuas y cuando llegaron al valle de México, traían sus propias creencias y divinidades. La más importante de sus divinidades era Huitzilopochtli, cuyo nombre puede traducirse literalmente como colibrí izquierdo, el colibrí zurdo o colibrí del sur; sin embargo, según Laurette Séjourné, en el lenguaje esotérico náhuatl se puede traducir como el alma del guerrero que viene del paraíso[cita requerida].
Al llegar al valle de México o valle del Anáhuac, los mexicas trataron de incorporar la cultura y los dioses de las civilizaciones más avanzadas que ya estaban establecidas, así como los de civilizaciones más antiguas como la tolteca; así, incluyeron a Tláloc, Tezcatlipoca y a Quetzalcóatl.
Sin embargo, algunos dirigentes mexicas (como Tlacaélel) modificaron la historia para poner a su dios tribal, Huitzilopochtli, al mismo nivel que los demás dioses nahuas.
Conforme los mexicas comenzaron a conquistar a otros pueblos, fueron aceptando nuevos dioses y enlazando sus historias con las de los dioses que ya tenían.
Estudiosos como Miguel León-Portilla sugieren que, en la época de la conquista, los mexicas estaban en un proceso de sincretización donde todos los dioses serían sólo expresiones de las potencias de una deidad principal, Ometéotl/Omecíhuatl.
Ésta es una antigua pareja de dioses; sus nombres literalmente significan "Señor dios, Señora dios", pero usualmente se traduce como "nuestro señor/señora de la dualidad", lo que implica un dios con características femeninas y masculinas. Este dios es mucho más antiguo que la civilización nahua, y según algunas leyendas es el origen de todos los dioses. El pueblo difícilmente lo conocía, pero entre las clases superiores se le rendía una especie de culto. Otros nombre que recibía eran: "El señor del cerca y junto", "El inventor de sí mismo" y Tonacatecuhtli (El señor de nuestra carne).
Explicación:
la información que sigue es meramente especulativa y está basada en el estudio de códices intervenidos o creados después de la caída de Tenochtitlán, escritos en español de la época. La cultura mexica es particularmente idealizada por la práctica de sacrificios humanos; los ofrecimientos a Huitzilopochtli serían hechos para restaurar la sangre que perdió, ya que el sol era confrontado en una batalla diaria. Esto prevendría el fin del mundo que podría suceder en cada ciclo de 52 años. La dedicación del gran templo en Tenochtitlán fue divulgado por los mexicas según lo referido, con un sacrificio de más de 84.000 prisioneros; sin embargo, este número probablemente fue una exageración de los mismos mexicas para infundir miedo entre sus enemigos, pues en el relato insisten en que el Tlatoani sacrificó personalmente a todas las víctimas en el curso de 4 días. Como medida de comparación, en los días finales del campo de concentración de Dachau, con tecnología moderna las 24 horas, se podía disponer de 4500 víctimas al día.
Las víctimas sacrificadas a Xipe Tótec eran atadas a un poste y eran cubiertas por completo por flechas que les eran lanzadas. Posteriormente el cadáver sería desollado y un sacerdote se cubriría con la piel. Representan la renovación de la tierra para volver a ser fértil. La Madre Tierra, Teteoinnan, requería víctimas femeninas desolladas. Tláloc requería niños enfermos masculinos.