Inicios del vanguardismo en la literatura El término “literatura de vanguardia” fue introducido durante la Primera Guerra Mundial (1914- 1918) para designar a una serie de inquietudes artísticas que se sitúan en la avanzadilla cultural del momento. Sin embargo, su período de mayor florecimiento se ubica a principios del siglo XX hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La situación político-social de Europa permitió el nacimiento de nuevas formas de expresión artística que desde sus inicios trataron de renovar y dar un giro a lo cultivado hasta ese momento, pues el rol del artista fue reorientar el proceso de revolución del pensamiento y la formación de una nueva forma de expresión artística. En este sentido, el vanguardismo significó uno de los momentos de mayor unidad entre los artistas europeos que se proyectaron hacia la construcción de un nuevo tipo humano, de una nueva cultura y, por tanto, de una nueva sociedad. Es importante mencionar que la vanguardia literaria no se desarrolló como un movimiento homogéneo, sino que se manifestó en diferentes corrientes o escuelas literarias llamadas ismos, los cuales se dieron a conocer públicamente mediante sus manifiestos. Los ismos, en general, reflejan la característica del arte deshumanizado porque no expresan sentimientos ni temáticas personales y deforman la realidad. Avanzadilla. Grupo de soldados de un ejército o una expedición que se adelantan al resto para observar al enemigo o avisar de un peligro. Manifiestos. Documentos en los que se publica la ideología, principios e intenciones políticas o artísticas de los escritores de vanguardia, quienes dan a conocer su forma de ver el mundo y sus puntos de vista sobre el arte y la sociedad. En el desarrollo del vanguardismo literario en Europa se identificaron dos tendencias o formas de hacer arte; por una parte, en un período comprendido entre los años 1903 y 1924, los escritores franceses e italianos de esta primera etapa practicaban la escritura automática y la deshumanización del arte. Por otra parte, en la vanguardia tardía, comprendida entre los años 1924 y 1931, y el surgimiento del surrealismo, significó una rehumanización del arte, ya que se volvió a tratar temas humanos muy profundos relacionados con el mundo de los sueños, el subconsciente y los instintos; las obras que surgieron en esta segunda etapa poseen cierta coherencia lógica y temática.
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