• Las primeras celebraciones al Señor de Los Milagros eran escandalosas. ____________________________________________________________________ • La devoción al Señor de Los Milagros creció después de haber sucedido tres maremotos. ____________________________________________________________________
Denominar a octubre como el mes morado tiene un motivo muy poderoso: el Señor de los Milagros, llamado así por un hecho histórico que sucedió siglos atrás, específicamente, en el año 1655.
Retrocedamos hasta el siglo XVII, época donde llegaban a Lima esclavos provenientes del continente africano y eran agrupados por castas, una de las cuales, precisamente, eran los angolas.
Ellos fueron trasladados hacia la zona de Pachacamilla en 1651, donde un grupo de esclavos construyó una cofradía. En una de sus paredes, un negro angoleño conocido como Pedro Dalcón o “Benito”, plasmó la imagen del Cristo crucificado.
Años más tarde, en 1655, se produjo un terremoto en Lima y Callao, el cual destruyó todo a su paso, incluidas las paredes de la cofradía, menos una: aquel débil muro donde estaba pintada la imagen de Jesús en la Cruz.
La pintura de “Benito” quedó intacta y sin daño alguno, lo cual, constituyó el primer milagro del también conocido como Señor de los Temblores. Debido a este suceso, la población comenzó a venerar a la imagen todos los viernes por la noche.
Sin embargo, esto no agradó al párroco José Laureano de Mena, quien consideraba que esta veneración iba en contra de los cultos religiosos. Por ello, pidió la intervención del virrey de aquella época, Pedro Antonio Fernández de Castro.
Tras verificar la existencia de la imagen, el virrey ordenó que fuera borrada. La primera persona en intentarlo fue un pintor indio, quien se rehusó a continuar con la tarea, tras sentir temblores y escalofríos mientras pretendía hacerlo.
La segunda persona en tratar de eliminar la imagen vio en ella algo que lo hizo desistir. Por su parte, el tercer hombre fue un soldado, quien no pudo hacerlo porque vio que la imagen se ponía más bella y la corona de espinas adquiría un color verde.
Los intentos fallidos y el disgusto de la población hicieron que el virrey revoque la orden y que el vicario autorizara su culto. Así, el 14 de septiembre de 1671, se celebró la primera misa en honor al Cristo Moreno.
El 20 de octubre de 1687, otro terremoto afectó Lima y el Callao, y la imagen nuevamente quedó intacta, pero su ermita se destruyó. Por ello, se ordenó que se pintara una copia y que saliera en procesión por primera vez en Pachacamilla.
Asimismo, la historia narra que el 28 de octubre de 1746, otro movimiento sísmico azotó la capital, pero, al salir la imagen por las calles, la tierra dejó de temblar. Por ello, ese día, el Señor de los Milagros acostumbra recorrer la ciudad en procesión.
En octubre de 2005, el Vaticano y el Arzobispado de Lima, designaron al también conocido como Cristo de Pachacamilla, Patrón de los Peruanos Residentes e Inmigrantes, debido a que ellos le rendían culto en diversas partes del mundo.
La imagen del Señor de los Milagros actualmente se encuentra ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas de Lima. Su historia ha inspirado la fe y devoción de cientos de peruanos quienes le rinden homenaje durante el mes de octubre.
Muchas personas le han atribuído otros milagros, como la curación de algunas enfermedades de sus familiares, por ello, la fe es inquebrantable y su procesión es considerada como una de las manifestaciones religiosas más numerosas del mundo.
Durante este año, vivamos la fiesta del Cristo Moreno desde casa, dirigiéndonos en oración hacia Él. Solo manteniendo la fe viva podremos salir adelante de las adversidades que actualmente atravesamos.
Respuesta:
Denominar a octubre como el mes morado tiene un motivo muy poderoso: el Señor de los Milagros, llamado así por un hecho histórico que sucedió siglos atrás, específicamente, en el año 1655.
Retrocedamos hasta el siglo XVII, época donde llegaban a Lima esclavos provenientes del continente africano y eran agrupados por castas, una de las cuales, precisamente, eran los angolas.
Ellos fueron trasladados hacia la zona de Pachacamilla en 1651, donde un grupo de esclavos construyó una cofradía. En una de sus paredes, un negro angoleño conocido como Pedro Dalcón o “Benito”, plasmó la imagen del Cristo crucificado.
Años más tarde, en 1655, se produjo un terremoto en Lima y Callao, el cual destruyó todo a su paso, incluidas las paredes de la cofradía, menos una: aquel débil muro donde estaba pintada la imagen de Jesús en la Cruz.
La pintura de “Benito” quedó intacta y sin daño alguno, lo cual, constituyó el primer milagro del también conocido como Señor de los Temblores. Debido a este suceso, la población comenzó a venerar a la imagen todos los viernes por la noche.
Sin embargo, esto no agradó al párroco José Laureano de Mena, quien consideraba que esta veneración iba en contra de los cultos religiosos. Por ello, pidió la intervención del virrey de aquella época, Pedro Antonio Fernández de Castro.
Tras verificar la existencia de la imagen, el virrey ordenó que fuera borrada. La primera persona en intentarlo fue un pintor indio, quien se rehusó a continuar con la tarea, tras sentir temblores y escalofríos mientras pretendía hacerlo.
La segunda persona en tratar de eliminar la imagen vio en ella algo que lo hizo desistir. Por su parte, el tercer hombre fue un soldado, quien no pudo hacerlo porque vio que la imagen se ponía más bella y la corona de espinas adquiría un color verde.
Los intentos fallidos y el disgusto de la población hicieron que el virrey revoque la orden y que el vicario autorizara su culto. Así, el 14 de septiembre de 1671, se celebró la primera misa en honor al Cristo Moreno.
El 20 de octubre de 1687, otro terremoto afectó Lima y el Callao, y la imagen nuevamente quedó intacta, pero su ermita se destruyó. Por ello, se ordenó que se pintara una copia y que saliera en procesión por primera vez en Pachacamilla.
Asimismo, la historia narra que el 28 de octubre de 1746, otro movimiento sísmico azotó la capital, pero, al salir la imagen por las calles, la tierra dejó de temblar. Por ello, ese día, el Señor de los Milagros acostumbra recorrer la ciudad en procesión.
En octubre de 2005, el Vaticano y el Arzobispado de Lima, designaron al también conocido como Cristo de Pachacamilla, Patrón de los Peruanos Residentes e Inmigrantes, debido a que ellos le rendían culto en diversas partes del mundo.
La imagen del Señor de los Milagros actualmente se encuentra ubicada en el Altar Mayor del Santuario de las Nazarenas de Lima. Su historia ha inspirado la fe y devoción de cientos de peruanos quienes le rinden homenaje durante el mes de octubre.
Muchas personas le han atribuído otros milagros, como la curación de algunas enfermedades de sus familiares, por ello, la fe es inquebrantable y su procesión es considerada como una de las manifestaciones religiosas más numerosas del mundo.
Durante este año, vivamos la fiesta del Cristo Moreno desde casa, dirigiéndonos en oración hacia Él. Solo manteniendo la fe viva podremos salir adelante de las adversidades que actualmente atravesamos.