imagina que eres un famoso historiador que quiere explorar mas sobre el mundo de la antigua egipto, y que para ello realizaras un proceso de investigación y exploración sobre la importancia que era para los egipcios en conservar el cuerpo de sus seres amados, por lo cual decides realizar un escrito sobre las practicas fúnebres de la antiguedad, allí debes escribir con tus palabras como se llevan a cabo estos rituales. imagina que estas precenciando el ritual. resaltando que para la cultura es este proceso.
El arte de la palabra y el dominio de la escritura fueron dos piezas clave en el desarrollo de la civilización faraónica. La herencia escrita es ingente y abarca numerosos géneros. Ya fuese destinada a una vida efímera sobre el papiro o al carácter intemporal otorgado por la piedra, la escritura invadió todos los espacios de la sociedad.
Nació con una finalidad económica, pero pronto adquirió un interés trascendental: “Sé hábil de palabras [...]. Las palabras valen más que todos los combates”, se exhorta al rey Merikará, de la dinastía X, en las enseñanzas redactadas por su padre. Cuando el egipcio se encontraba en apuros debía recurrir a ellas: “Contesta sin balbucear, la boca de un hombre puede salvarlo, su discurso puede proporcionarle la indulgencia”, se aconseja a un marinero en el Cuento del náufrago para justificar ante el faraón el fracaso de su expedición.
Así pues, en una sociedad eminentemente iletrada como la egipcia, el escriba fue capital para la construcción del armazón económico-cultural. Primero, como creador de la escritura aplicada a la actividad diaria. La razón no era otra que la necesidad de registrar, de forma exhaustiva y metódica, toda acción que se desarrollase en el valle del Nilo. Y, segundo, como perfeccionador del lenguaje con que plasmar nociones abstractas y creencias religiosas.
Presto a escuchar y a escribir, este funcionario encarnó la obediencia y la fidelidad al Estado que lo había encumbrado. De hecho, los propios egipcios tenían en alta estima a este personaje. Numerosos textos redundan en la idea de que esta profesión era la mejor. El más famoso es uno conocido con el título moderno de Sátira de los oficios, compuesto durante la dinastía XII. Con exageración e ironía, se enumeran las ventajas de esta función frente al resto.
El arte de la palabra y el dominio de la escritura fueron dos piezas clave en el desarrollo de la civilización faraónica. La herencia escrita es ingente y abarca numerosos géneros. Ya fuese destinada a una vida efímera sobre el papiro o al carácter intemporal otorgado por la piedra, la escritura invadió todos los espacios de la sociedad.
Nació con una finalidad económica, pero pronto adquirió un interés trascendental: “Sé hábil de palabras [...]. Las palabras valen más que todos los combates”, se exhorta al rey Merikará, de la dinastía X, en las enseñanzas redactadas por su padre. Cuando el egipcio se encontraba en apuros debía recurrir a ellas: “Contesta sin balbucear, la boca de un hombre puede salvarlo, su discurso puede proporcionarle la indulgencia”, se aconseja a un marinero en el Cuento del náufrago para justificar ante el faraón el fracaso de su expedición.
Así pues, en una sociedad eminentemente iletrada como la egipcia, el escriba fue capital para la construcción del armazón económico-cultural. Primero, como creador de la escritura aplicada a la actividad diaria. La razón no era otra que la necesidad de registrar, de forma exhaustiva y metódica, toda acción que se desarrollase en el valle del Nilo. Y, segundo, como perfeccionador del lenguaje con que plasmar nociones abstractas y creencias religiosas.
Presto a escuchar y a escribir, este funcionario encarnó la obediencia y la fidelidad al Estado que lo había encumbrado. De hecho, los propios egipcios tenían en alta estima a este personaje. Numerosos textos redundan en la idea de que esta profesión era la mejor. El más famoso es uno conocido con el título moderno de Sátira de los oficios, compuesto durante la dinastía XII. Con exageración e ironía, se enumeran las ventajas de esta función frente al resto.