Las grandes órdenes mendicantes, franciscanos, dominicos, agustinos, independientemente de los obispos, bajo privilegios del Papa y del Estado Español, realizaron la llamada “Conquista Espiritual de México”
En tan solo cincuenta años, a partir de la famosa llegada de “los doce”, en 1524, al frente de estos franciscanos, Fray Martín de Valencia, los dominicos en 1526 y los agustinos en 1533, y hasta la entrada de los jesuitas en 1572, lograron la consolidación de la Iglesia Española en México, con un método ecléctico, basado principalmente, en lo espontáneo, lo intuitivo y la sustitución.
Fue una Iglesia de Estado, la de un monarca y ministros extranjeros aplicada a la comunidad mesoamericana, fue una iglesia colonialista, cuya génesis influye desde entonces en la nación mexicana.
Las palabras y las acciones de los misioneros o frailes, conocidos como “Doctrineros”, no fueron inocentes o de buena fe, su actuar tuvo dos propósitos bien definidos y que se ven claramente a la distancia del tiempo y en su resultado y trascendencia histórica: La conquista del nuevo mundo y la fundación de la Iglesia de Estado.
La corona española, por los años de 1550, expidió provisiones reales para la fundación de ciudades y estableció presidios, con la esperanza de sofocar el conflicto sangriento, entre los indios y los españoles.
Las grandes órdenes mendicantes, franciscanos, dominicos, agustinos, independientemente de los obispos, bajo privilegios del Papa y del Estado Español, realizaron la llamada “Conquista Espiritual de México”
En tan solo cincuenta años, a partir de la famosa llegada de “los doce”, en 1524, al frente de estos franciscanos, Fray Martín de Valencia, los dominicos en 1526 y los agustinos en 1533, y hasta la entrada de los jesuitas en 1572, lograron la consolidación de la Iglesia Española en México, con un método ecléctico, basado principalmente, en lo espontáneo, lo intuitivo y la sustitución.
Fue una Iglesia de Estado, la de un monarca y ministros extranjeros aplicada a la comunidad mesoamericana, fue una iglesia colonialista, cuya génesis influye desde entonces en la nación mexicana.
Las palabras y las acciones de los misioneros o frailes, conocidos como “Doctrineros”, no fueron inocentes o de buena fe, su actuar tuvo dos propósitos bien definidos y que se ven claramente a la distancia del tiempo y en su resultado y trascendencia histórica: La conquista del nuevo mundo y la fundación de la Iglesia de Estado.
La corona española, por los años de 1550, expidió provisiones reales para la fundación de ciudades y estableció presidios, con la esperanza de sofocar el conflicto sangriento, entre los indios y los españoles.