La creciente demanda de energía asociada al desarrollo económico y el crecimiento demográfico, ha llevado a estrategias que priorizan la expansión de la producción de energía eléctrica. En Colombia se estima un crecimiento promedio anual de la demanda de aproximadamente 2.9%. La construcción de hidroeléctricas se ha constituido en uno de los principales mecanismos de producción energética, representando alrededor del 70% de la generación total en el país. Comúnmente, la producción de energía eléctrica mediante hidroeléctricas se ha denominado como energía limpia y renovable1. No obstante, los impactos sociales y ambientales de la construcción de presas, así como los efectos en la salud de la población han sido reconocidos desde hace mucho tiempo2,3.
La retención de agua en los reservorios modifica el régimen hidrológico e hidráulico de las corrientes de agua, de lotico (aguas fluviales) a lentico (aguas superficiales de muy bajo flujo como los lagos), afectando los procesos de escorrentía, de transporte de
sedimentos y cambiando la geomorfología de los ríos antes y después de las estructuras. La descomposición de la materia orgánica en los embalses puede promover la generación de gases de efecto invernadero (GEI) como el metano (se estima que las represas son las responsables de 1.3% de las emisiones globales de GEI). Así mismo, la concentración de macronutrientes en aguas lenticas, podría incrementar la producción de fitoplancton el cual reduce la concentración de oxígeno disuelto y la calidad del agua e incrementa la biomasa (fenómeno conocido como eutroficación). Adicionalmente, la presión del agua sobre el suelo podría alterar su estabilidad, generando deslizamientos o sismicidad inducida
Respuesta:
La creciente demanda de energía asociada al desarrollo económico y el crecimiento demográfico, ha llevado a estrategias que priorizan la expansión de la producción de energía eléctrica. En Colombia se estima un crecimiento promedio anual de la demanda de aproximadamente 2.9%. La construcción de hidroeléctricas se ha constituido en uno de los principales mecanismos de producción energética, representando alrededor del 70% de la generación total en el país. Comúnmente, la producción de energía eléctrica mediante hidroeléctricas se ha denominado como energía limpia y renovable1. No obstante, los impactos sociales y ambientales de la construcción de presas, así como los efectos en la salud de la población han sido reconocidos desde hace mucho tiempo2,3.
La retención de agua en los reservorios modifica el régimen hidrológico e hidráulico de las corrientes de agua, de lotico (aguas fluviales) a lentico (aguas superficiales de muy bajo flujo como los lagos), afectando los procesos de escorrentía, de transporte de
sedimentos y cambiando la geomorfología de los ríos antes y después de las estructuras. La descomposición de la materia orgánica en los embalses puede promover la generación de gases de efecto invernadero (GEI) como el metano (se estima que las represas son las responsables de 1.3% de las emisiones globales de GEI). Así mismo, la concentración de macronutrientes en aguas lenticas, podría incrementar la producción de fitoplancton el cual reduce la concentración de oxígeno disuelto y la calidad del agua e incrementa la biomasa (fenómeno conocido como eutroficación). Adicionalmente, la presión del agua sobre el suelo podría alterar su estabilidad, generando deslizamientos o sismicidad inducida
SE QUE ES MUCHO PERO ESPERO QUE TE SIRVA