hola todos me ayudan por favor con esta pregunta doy puntos y coronita quien responda adecuadamente la pregunta no acepto que solo respondan por ganar punto o la coronita el que responda mal lo reporto
EL HECHO DE QUE LA FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN HAYA SIDO PERMEADA POR LA CORRUPCIÓN ¿DE QUÉ MANERA AFECTA A NIVEL, JURÍDICO, SOCIAL, POLÍTICO Y ECONÓMICO, EL DESARROLLO DE LA NACIÓN?.
tenga corrupción cero. Unos tienen más, otros menos. Pero debemos ganarle. Y debemos ganarle en clave de democracia.
La primera buena noticia, como señalé, es que la estamos enfrentando en todo el continente y se ha demostrado que aunque
la corrupción quizás nunca morirá, se puede acorralar, se le puede ganar y es posible lograr los cambios culturales necesarios.
Para ganarle se necesita entender las causas y nuevas expresiones de la corrupción en democracia, especialmente en democracias jóvenes como las latinoamericanas. Existen todas las
razones para necesitar imponernos a la corrupción. Muchos hacen referencia al argumento ético, de que el abuso de poder y la
impunidad son inmorales —lo cual es cierto—. Es obvio: quien
ostente un cargo público no debe robar de los impuestos de la
gente ni usar influencias para fines personales. Los que buscan el
servicio público deben entender de una vez por todas que la política no es una carrera para hacer dinero. Si quieren hacer dinero
debemos empujarlos hacia oficios diferentes. Otros han cuantificado el costo económico y costo de la oportunidad de la corrupción, en detrimento de mayor nivel de desarrollo económico y
social. También una reflexión acertada.
En lo que hace a la conexión entre corrupción y derechos humanos, se han analizado al menos dos perspectivas diferentes. Por
un lado, se estudia si la corrupción en sí, en tanto acción llevada a
cabo por funcionarios públicos, implica una violación a los derechos humanos. Indudable y esencialmente lo es, en tanto lesiona
los principios básicos de una democracia de igualdad de oportunidades para los ciudadanos. Solo accede a derechos quien puede
comprarlos. También colide con el interés público, al originarse en
la superposición de interés público y privado de los responsables.
Es la segunda perspectiva, que claramente es consecuencia de
la primera, la que más nos preocupa. Esto es, cuando la corrupción llega a extremos de debilitamiento institucional que conllevan a la consolidación de la impunidad. Cuando ello ocurre, las
garantías del derecho desaparecen por completo. Los derechos
se relativizan, haciendo tambalear o desnaturalizando por completo el Estado de derecho. El espacio de denuncia de la sociedad
civil se reduce a una expresión mínima cuando los contrapesos
Prólogo
15 |
establecidos en las constituciones para garantizar los derechos a
las y los ciudadanos —y que sirven de límite fundamental a un
poder o a los poderes del Estado— dejan de ser efectivos jurídicamente y dejan de ser también instrumentos válidos para detener
la corrupción, o las violaciones de derechos humanos o desastres
ambientales. Las fuerzas “del orden” pueden avasallar derechos
sin motivos con la complicidad de los demás poderes del Estado
y se generan las condiciones para las peores aberraciones. Las sociedades más corruptas son también las sociedades del deterioro
de los derechos humanos.
En este caso, haré referencia a las razones que considero más
relevantes, dada la coyuntura regional.
La corrupción engendra corrupción, y a una velocidad más
rápida que a la que la democracia puede defenderse. Este abuso
causa inestabilidad política y socava la institucionalidad formal
mientras construye una paralela, caracterizada por malas prácticas contagiosas.
Presidentes que han renunciado, que son enjuiciados y encarcelados, o que son presionados para actuar y terminan adoptando medidas para disimular y orear la presión, son solo la parte
visible.
Es muy probable que sostener prácticas de corrupción al más
alto nivel, implique el apoyo de la estructura detrás y debajo del
poder. Además, mandos medios y bajos siguen el ejemplo o forjan el ejemplo sobre el máximo liderazgo respecto a la permisividad de prácticas corruptas. Por esta razón, no es posible el menor
margen de tolerancia. Como enfermedad, la corrupción es capaz
de permear por completo un sistema político, afectándolo desde
la cúpula hasta las actividades más cotidianas de convivencia social, como puede ser obtener un número para hacer un trámite
Respuesta:
Explicación:
ahí esta
tenga corrupción cero. Unos tienen más, otros menos. Pero debemos ganarle. Y debemos ganarle en clave de democracia.
La primera buena noticia, como señalé, es que la estamos enfrentando en todo el continente y se ha demostrado que aunque
la corrupción quizás nunca morirá, se puede acorralar, se le puede ganar y es posible lograr los cambios culturales necesarios.
Para ganarle se necesita entender las causas y nuevas expresiones de la corrupción en democracia, especialmente en democracias jóvenes como las latinoamericanas. Existen todas las
razones para necesitar imponernos a la corrupción. Muchos hacen referencia al argumento ético, de que el abuso de poder y la
impunidad son inmorales —lo cual es cierto—. Es obvio: quien
ostente un cargo público no debe robar de los impuestos de la
gente ni usar influencias para fines personales. Los que buscan el
servicio público deben entender de una vez por todas que la política no es una carrera para hacer dinero. Si quieren hacer dinero
debemos empujarlos hacia oficios diferentes. Otros han cuantificado el costo económico y costo de la oportunidad de la corrupción, en detrimento de mayor nivel de desarrollo económico y
social. También una reflexión acertada.
En lo que hace a la conexión entre corrupción y derechos humanos, se han analizado al menos dos perspectivas diferentes. Por
un lado, se estudia si la corrupción en sí, en tanto acción llevada a
cabo por funcionarios públicos, implica una violación a los derechos humanos. Indudable y esencialmente lo es, en tanto lesiona
los principios básicos de una democracia de igualdad de oportunidades para los ciudadanos. Solo accede a derechos quien puede
comprarlos. También colide con el interés público, al originarse en
la superposición de interés público y privado de los responsables.
Es la segunda perspectiva, que claramente es consecuencia de
la primera, la que más nos preocupa. Esto es, cuando la corrupción llega a extremos de debilitamiento institucional que conllevan a la consolidación de la impunidad. Cuando ello ocurre, las
garantías del derecho desaparecen por completo. Los derechos
se relativizan, haciendo tambalear o desnaturalizando por completo el Estado de derecho. El espacio de denuncia de la sociedad
civil se reduce a una expresión mínima cuando los contrapesos
Prólogo
15 |
establecidos en las constituciones para garantizar los derechos a
las y los ciudadanos —y que sirven de límite fundamental a un
poder o a los poderes del Estado— dejan de ser efectivos jurídicamente y dejan de ser también instrumentos válidos para detener
la corrupción, o las violaciones de derechos humanos o desastres
ambientales. Las fuerzas “del orden” pueden avasallar derechos
sin motivos con la complicidad de los demás poderes del Estado
y se generan las condiciones para las peores aberraciones. Las sociedades más corruptas son también las sociedades del deterioro
de los derechos humanos.
En este caso, haré referencia a las razones que considero más
relevantes, dada la coyuntura regional.
La corrupción engendra corrupción, y a una velocidad más
rápida que a la que la democracia puede defenderse. Este abuso
causa inestabilidad política y socava la institucionalidad formal
mientras construye una paralela, caracterizada por malas prácticas contagiosas.
Presidentes que han renunciado, que son enjuiciados y encarcelados, o que son presionados para actuar y terminan adoptando medidas para disimular y orear la presión, son solo la parte
visible.
Es muy probable que sostener prácticas de corrupción al más
alto nivel, implique el apoyo de la estructura detrás y debajo del
poder. Además, mandos medios y bajos siguen el ejemplo o forjan el ejemplo sobre el máximo liderazgo respecto a la permisividad de prácticas corruptas. Por esta razón, no es posible el menor
margen de tolerancia. Como enfermedad, la corrupción es capaz
de permear por completo un sistema político, afectándolo desde
la cúpula hasta las actividades más cotidianas de convivencia social, como puede ser obtener un número para hacer un trámite
burocrático básico.