Es conveniente comenzar a trabajar con problemas muy tempranamente, antes de que los alumnos dispongan de las soluciones "expertas" para resolverlos. Las investigaciones de Carpenter, Hiebert y Moser (1981) demuestran que antes de cualquier aprendizaje escolar, los chicos pequeños pueden resolver problemas a su modo, como se verá más adelante.
Si proponemos que los problemas sean el eje a través del cual los alumnos trabajen en matemática desde el primer día de clase del jardín de infantes, asumimos que esos alumnos cuentan con un bagaje de conocimientos necesarios como para poder iniciar el aprendizaje de los contenidos de enseñanza escolar.
Es conveniente comenzar a trabajar con problemas muy tempranamente, antes de que los alumnos dispongan de las soluciones "expertas" para resolverlos. Las investigaciones de Carpenter, Hiebert y Moser (1981) demuestran que antes de cualquier aprendizaje escolar, los chicos pequeños pueden resolver problemas a su modo, como se verá más adelante.
Si proponemos que los problemas sean el eje a través del cual los alumnos trabajen en matemática desde el primer día de clase del jardín de infantes, asumimos que esos alumnos cuentan con un bagaje de conocimientos necesarios como para poder iniciar el aprendizaje de los contenidos de enseñanza escolar.