Breve texto en el que muestre la importancia del recurso hídrico, en Egipto y mesopotamia.
extrofercium
En la segunda mitad del IV milenio, concurrieron, en el sur de Mesopotamia (hoy Irak), una serie de circunstancias que desembocaron en el nacimiento del urbanismo. Las condiciones geográficas de la zona alentaron el desarrollo de las comunidades humanas asentadas allí, que ejercieron desde muy pronto el control de los recursos hídricos de los ríos Tigris y Eúfrates, y supieron beneficiarse de la actividad comercial de las grandes rutas caravaneras que atravesaban la región. Algunos núcleos de población se convirtieron en ciudades de considerable importancia, como Uruk, Ur, Larsa, Isin, Kish, Umma, Lagash, Nippur..., gobernadas por monarcas locales cuyos intentos de hegemonía sobre los territorios circundantes provocaron rivalidades y enfrentamientos armados.
Egipto.
El valle del Nilo constituye una arteria de vida en el noreste del continente africano, rodeada a oriente y occidente por terrenos desérticos en los que las posibilidades de supervivencia y desarrollo eran casi inexistentes en la Antigüedad. Esta característica condicionó la vida de los antiguos egipcios, cuya cotidianeidad mantenía el ritmo que le imprimía la crecida anual del río. Los viajeros que llegaban allí, quedaban impresionados por las peculiaridades geográficas de la región, que ya en el siglo V a.C. permitieron a Herodoto describirla como «un regalo del Nilo». Así pues, no es extraño que uno de los primeros objetivos de las comunidades egipcias fuese el control del agua, y el establecimiento de una red de canales que permitía distribuirla para su mejor aprovechamiento.
A lo largo del IV milenio, Egipto sufrió una serie de transformaciones que impulsaron el desarrollo de las comunidades que vivían junto al Nilo. El proceso fue más precoz en el norte, avanzando luego hacia el sur a lo largo del valle. En el delta, en donde el fenómeno urbano tenía mucha vitalidad, a mediados del IV milenio ya existía una infraestructura para el control de la irrigación, lo que produjo un considerable desarrollo de sus comunidades.
Gracias al río Nilo, Egipto satisface alrededor de 80 por ciento de sus necesidades hídricas. Con pocas oportunidades de aumentar sus recursos de agua dulce, este país desértico ha luchado para preservar la cuota de agua de ese río que le corresponde bajo tratados firmados hace más de cinco décadas.
China.
Según las estadísticas, los recursos hídricos de China se cifran en menos de 2.200 metros cúbicos per cápita, volumen que representa una cuarta parte de la media mundial. La escasez de agua se ve agravada por la contaminación, su desigual reparto, su mal aprovechamiento y el consiguiente derroche. En el 2003, por cada 10.000 yuanes del PIB se gastaron 465 metros cúbicos de agua, volumen que cuadruplica la media mundial. Tanto la depuración de las aguas residuales como el aprovechamiento del agua del mar y de la lluvia son prácticas que se extienden lentamente y permanecen en niveles muy bajos.
La contradicción planteada por la grave escasez de recursos hídricos y su derroche nos obligan a innovar el modelo de economización del agua. La creación de una sociedad que sabe ahorrar agua constituye un factor decisivo en la resolución del grave problema planteado por su escasez. La clave está en idear un sistema que facilite la economización de este precioso recurso, para lo cual hay que elaborar un plan de ámbito nacional e instituir un sistema administrativo basado en el derecho del agua y las leyes del mercado. Si la distribución de los recursos hídricos pasa a depender de las leyes del mercado, se formará un sistema nuevo en el que el objetivo prioritario será aprovechar el agua al máximo.
India.
Con un potencial de agua de la superficie de cerca de 102 kilómetros cúbicos, Karnataka representa alrededor del seis por ciento de los recursos de agua superficial del país. Alrededor del 60% de esta es proporcionada por los ríos que fluyen al oeste, mientras que el resto proviene de lo
Egipto.
El valle del Nilo constituye una arteria de vida en el noreste del continente africano, rodeada a oriente y occidente por terrenos desérticos en los que las posibilidades de supervivencia y desarrollo eran casi inexistentes en la Antigüedad. Esta característica condicionó la vida de los antiguos egipcios, cuya cotidianeidad mantenía el ritmo que le imprimía la crecida anual del río. Los viajeros que llegaban allí, quedaban impresionados por las peculiaridades geográficas de la región, que ya en el siglo V a.C. permitieron a Herodoto describirla como «un regalo del Nilo». Así pues, no es extraño que uno de los primeros objetivos de las comunidades egipcias fuese el control del agua, y el establecimiento de una red de canales que permitía distribuirla para su mejor aprovechamiento.
A lo largo del IV milenio, Egipto sufrió una serie de transformaciones que impulsaron el desarrollo de las comunidades que vivían junto al Nilo. El proceso fue más precoz en el norte, avanzando luego hacia el sur a lo largo del valle. En el delta, en donde el fenómeno urbano tenía mucha vitalidad, a mediados del IV milenio ya existía una infraestructura para el control de la irrigación, lo que produjo un considerable desarrollo de sus comunidades.
Gracias al río Nilo, Egipto satisface alrededor de 80 por ciento de sus necesidades hídricas. Con pocas oportunidades de aumentar sus recursos de agua dulce, este país desértico ha luchado para preservar la cuota de agua de ese río que le corresponde bajo tratados firmados hace más de cinco décadas.
China.
Según las estadísticas, los recursos hídricos de China se cifran en menos de 2.200 metros cúbicos per cápita, volumen que representa una cuarta parte de la media mundial. La escasez de agua se ve agravada por la contaminación, su desigual reparto, su mal aprovechamiento y el consiguiente derroche. En el 2003, por cada 10.000 yuanes del PIB se gastaron 465 metros cúbicos de agua, volumen que cuadruplica la media mundial. Tanto la depuración de las aguas residuales como el aprovechamiento del agua del mar y de la lluvia son prácticas que se extienden lentamente y permanecen en niveles muy bajos.
La contradicción planteada por la grave escasez de recursos hídricos y su derroche nos obligan a innovar el modelo de economización del agua. La creación de una sociedad que sabe ahorrar agua constituye un factor decisivo en la resolución del grave problema planteado por su escasez. La clave está en idear un sistema que facilite la economización de este precioso recurso, para lo cual hay que elaborar un plan de ámbito nacional e instituir un sistema administrativo basado en el derecho del agua y las leyes del mercado. Si la distribución de los recursos hídricos pasa a depender de las leyes del mercado, se formará un sistema nuevo en el que el objetivo prioritario será aprovechar el agua al máximo.
India.
Con un potencial de agua de la superficie de cerca de 102 kilómetros cúbicos, Karnataka representa alrededor del seis por ciento de los recursos de agua superficial del país. Alrededor del 60% de esta es proporcionada por los ríos que fluyen al oeste, mientras que el resto proviene de lo