La historia oficial atribuye a un puertorriqueño, Alfonso –Filo- Paniagua, la introducción del baloncesto al país, en 1927. Deportista entusiasta en sus años de estudiantes, fijó residencia en el país y se dio a la tarea de popularizar la disciplina con la mejor fórmula. Creó dos equipos, los Ases y el Hindú.
Décadas después, el vínculo deportivo entre dominicanos y puertorriqueños permitió que el baloncesto cobrara calidad en suelo criollo, con la integración de jóvenes de diferentes edades de los barrios de la capital y en interior del país a prácticas sostenidas.
Años después una generación de dominicanos estaba lista para enfrentar desafíos importantes con los dos países con más tradición en la disciplina del baloncesto: Cuba y Puerto Rico.
La historia que recoge la Federación Dominicana de Baloncesto, organismo que regula la practica del deporte del aro y el balón en el país, indica que las ciudades se disputan el honor de haber sido sede del primer partido de baloncesto.
Una versión señala que el primer partido fue celebrado la noche del 29 de mayo de 1915 en el Centro de Recreo de la ciudad de Santiago de los Caballeros. Así lo hace constar una reseña periodística del rotativo El Diario, que circulaba en la época, según la Federación. Fueron los equipos Azules y Colorados los que se enfrentaron esa noche.
La prensa de la época no reseña el marcador final del partido, pero si destaca la celebración de un baile para los jugadores al finalizar el encuentro.
Desde entonces, con altas y bajas, el desarrollo del baloncesto dominicano ha dado al país múltiples triunfos regionales y continentales y también ha propiciado que jóvenes formados en tabloncillos criollos hayan dado el salto espectacular que los ha colocado en las competencias profesionales de Estados Unidos.
La historia oficial atribuye a un puertorriqueño, Alfonso –Filo- Paniagua, la introducción del baloncesto al país, en 1927. Deportista entusiasta en sus años de estudiantes, fijó residencia en el país y se dio a la tarea de popularizar la disciplina con la mejor fórmula. Creó dos equipos, los Ases y el Hindú.
Décadas después, el vínculo deportivo entre dominicanos y puertorriqueños permitió que el baloncesto cobrara calidad en suelo criollo, con la integración de jóvenes de diferentes edades de los barrios de la capital y en interior del país a prácticas sostenidas.
Años después una generación de dominicanos estaba lista para enfrentar desafíos importantes con los dos países con más tradición en la disciplina del baloncesto: Cuba y Puerto Rico.
La historia que recoge la Federación Dominicana de Baloncesto, organismo que regula la practica del deporte del aro y el balón en el país, indica que las ciudades se disputan el honor de haber sido sede del primer partido de baloncesto.
Una versión señala que el primer partido fue celebrado la noche del 29 de mayo de 1915 en el Centro de Recreo de la ciudad de Santiago de los Caballeros. Así lo hace constar una reseña periodística del rotativo El Diario, que circulaba en la época, según la Federación. Fueron los equipos Azules y Colorados los que se enfrentaron esa noche.
La prensa de la época no reseña el marcador final del partido, pero si destaca la celebración de un baile para los jugadores al finalizar el encuentro.
Desde entonces, con altas y bajas, el desarrollo del baloncesto dominicano ha dado al país múltiples triunfos regionales y continentales y también ha propiciado que jóvenes formados en tabloncillos criollos hayan dado el salto espectacular que los ha colocado en las competencias profesionales de Estados Unidos.