El siglo XX marca un momento fundamental para la historia de la literatura, ya que se trata de una época de múltiples cambios y rupturas en relación con la mirada tradicional sobre la creación artística. Estas modificaciones, además, se relacionan directamente con una serie de fenómenos históricos que quiebran la forma de ver el mundo que había imperado hasta el siglo XIX.
Lejos de las tradicionales cronologías, que adscriben los fenómenos históricos a iguales períodos de cien años, la paradoja, la violencia y un insospechado desarrollo tecnológico experimentados durante el siglo XX quiebran ese principio organizador del calendario. Al respecto, el escritor William Golding señala: "No puedo dejar de pensar que ha sido el siglo más violento de la historia humana". Dentro de este contexto, el reconocido músico Yehudi Menuhin agrega: "Si tuviera que resumir el siglo XX, diría que despertó las mayores esperanzas que haya concebido nunca la humanidad y destruyó todas las ilusiones e ideales". Por último, el historiador Franco Ventura concluye que "los historiadores no pueden responder a esta cuestión. Para mí, el siglo XX es sólo el intento constantemente renovado de comprenderlo".
El siglo XIX se caracterizó por una mirada progresista del mundo. Se pensaba que la democratización del conocimiento podía llegar a todos los hombres y mujeres y que, como colectividad, la humanidad avanzaría perpetuamente hacia un estado de perfección creciente, alcanzando finalmente la felicidad. Estas ideas se basaban en el principio de la racionalidad como algo propio de los seres humanos, lo cual propiciaba el establecimiento de una ética universal y de una comprensión científica del mundo en su totalidad. El ser humano se sentía fuerte, capaz de conocer y ordenar el mundo, de configurar una serie de principios valóricos que todos respetarían, pues se pensaba que todos eran racionales.
Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 hace temblar los cimientos de la concepción del mundo sostenida hasta ese momento. Las guerras mundiales muestran cómo el ser humano también puede utilizar los avances científicos para fines que no respetan los derechos básicos de hombres y mujeres. De la misma manera, la gran cantidad de muertes violentas que suceden en la primera mitad del siglo XX niegan la idea de la naturaleza racional del ser humano y su capacidad de llegar a establecer y respetar códigos valóricos universales.
Estos fenómenos históricos influyen fuertemente en la literatura que se comienza a producir a partir de esa época, pues en ella se tratarán temas como la cercanía de la muerte, el carácter absurdo de la existencia, la presencia de lo ilógico como opuesto a lo racional, la soledad del ser humano en un mundo hostil, entre otros. Estos temas, más una serie de innovaciones en la estructura y forma de los textos literarios, constituirán los rasgos caracterizadores de la literatura del siglo XX.
A diferencia de la seguridad propia del proyecto humano del siglo XIX, la literatura contemporánea se encargará de exhibir la imposibilidad de ordenar y comprender el mundo como un todo. La posibilidad de una verdad universal o igual para todos se había desvanecido, pues la estabilidad que el concepto de razón daba al ser humano estaba puesta en duda.
De esta manera, ya no encontraremos en esta época obras que configuren un mundo coherente, en el cual las cosas sucedan siempre por una causa lógica, sino que veremos textos literarios que contradicen los modelos habituales de creación. Esta ruptura se expresa a través de los elementos que se señalan a continuación. Es importante que consideres que no se trata de que cualquier obra contemporánea tenga TODOS estos rasgos, sino que es posible que encuentres uno o varios de ellos al leer una obra escrita durante los siglos XX o XXI.En los albores del siglo XX, los escritores incorporan nuevas técnicas narrativas. Hechos trascendentales y aparentemente tan dispares como la aparición del psicoanálisis, como método curativo en la psiquiatría (Freud), el nacimiento del cine (la primera exhibición de una película fue en 1895) y la sensación de desamparo que provocó en la sociedad occidental la mortandad producto de la Primera Guerra Mundial (1914–1918), repercutieron en la forma de narrar.
El siglo XX marca un momento fundamental para la historia de la literatura, ya que se trata de una época de múltiples cambios y rupturas en relación con la mirada tradicional sobre la creación artística. Estas modificaciones, además, se relacionan directamente con una serie de fenómenos históricos que quiebran la forma de ver el mundo que había imperado hasta el siglo XIX.
Lejos de las tradicionales cronologías, que adscriben los fenómenos históricos a iguales períodos de cien años, la paradoja, la violencia y un insospechado desarrollo tecnológico experimentados durante el siglo XX quiebran ese principio organizador del calendario. Al respecto, el escritor William Golding señala: "No puedo dejar de pensar que ha sido el siglo más violento de la historia humana". Dentro de este contexto, el reconocido músico Yehudi Menuhin agrega: "Si tuviera que resumir el siglo XX, diría que despertó las mayores esperanzas que haya concebido nunca la humanidad y destruyó todas las ilusiones e ideales". Por último, el historiador Franco Ventura concluye que "los historiadores no pueden responder a esta cuestión. Para mí, el siglo XX es sólo el intento constantemente renovado de comprenderlo".
El siglo XIX se caracterizó por una mirada progresista del mundo. Se pensaba que la democratización del conocimiento podía llegar a todos los hombres y mujeres y que, como colectividad, la humanidad avanzaría perpetuamente hacia un estado de perfección creciente, alcanzando finalmente la felicidad. Estas ideas se basaban en el principio de la racionalidad como algo propio de los seres humanos, lo cual propiciaba el establecimiento de una ética universal y de una comprensión científica del mundo en su totalidad. El ser humano se sentía fuerte, capaz de conocer y ordenar el mundo, de configurar una serie de principios valóricos que todos respetarían, pues se pensaba que todos eran racionales.
Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 hace temblar los cimientos de la concepción del mundo sostenida hasta ese momento. Las guerras mundiales muestran cómo el ser humano también puede utilizar los avances científicos para fines que no respetan los derechos básicos de hombres y mujeres. De la misma manera, la gran cantidad de muertes violentas que suceden en la primera mitad del siglo XX niegan la idea de la naturaleza racional del ser humano y su capacidad de llegar a establecer y respetar códigos valóricos universales.
Estos fenómenos históricos influyen fuertemente en la literatura que se comienza a producir a partir de esa época, pues en ella se tratarán temas como la cercanía de la muerte, el carácter absurdo de la existencia, la presencia de lo ilógico como opuesto a lo racional, la soledad del ser humano en un mundo hostil, entre otros. Estos temas, más una serie de innovaciones en la estructura y forma de los textos literarios, constituirán los rasgos caracterizadores de la literatura del siglo XX.
A diferencia de la seguridad propia del proyecto humano del siglo XIX, la literatura contemporánea se encargará de exhibir la imposibilidad de ordenar y comprender el mundo como un todo. La posibilidad de una verdad universal o igual para todos se había desvanecido, pues la estabilidad que el concepto de razón daba al ser humano estaba puesta en duda.
De esta manera, ya no encontraremos en esta época obras que configuren un mundo coherente, en el cual las cosas sucedan siempre por una causa lógica, sino que veremos textos literarios que contradicen los modelos habituales de creación. Esta ruptura se expresa a través de los elementos que se señalan a continuación. Es importante que consideres que no se trata de que cualquier obra contemporánea tenga TODOS estos rasgos, sino que es posible que encuentres uno o varios de ellos al leer una obra escrita durante los siglos XX o XXI.En los albores del siglo XX, los escritores incorporan nuevas técnicas narrativas. Hechos trascendentales y aparentemente tan dispares como la aparición del psicoanálisis, como método curativo en la psiquiatría (Freud), el nacimiento del cine (la primera exhibición de una película fue en 1895) y la sensación de desamparo que provocó en la sociedad occidental la mortandad producto de la Primera Guerra Mundial (1914–1918), repercutieron en la forma de narrar.