El siglo XX ha sido uno de los períodos de la Historia más intensos y Convulsivos que le ha tocado vivir a la humanidad. Siglo de paradojas y de contrastes, se inició con optimismo, fue testigo del apocalipsis de dos guerras mundiales y terminó con un progreso científico inimaginable que nos condujo a una nueva civilización, que aún no podemos intuir. En él ocurrieron grandes acontecimientos que moldearon nuestro tiempo y proyectaron sus resultados hacia un futuro inmediato. Unos fueron providenciales para entender la vida del hombre, combatir las enfermedades y prolongar la vida y otros de innegable importancia social para la humanidad. Unos saberes se fundamentaron en otros. La filosofía se adentro en la matemática, como la ciencia en la filosofía, mientras la política y la economía ejercían tan decisivo influjo en nuestro modo de sentir y de vivir, que la cultura y la sociedad se conmovieron hasta sus cimientos.
En esa centuria, se gestó además, la mayor revolución tecnológica de todos los tiempos, tan trascendental como inimaginable, que con el alunizaje pusieron al hombre en el camino hacia las estrellas y con ella se creó la sociedad de la información, cuyo máximo símbolo: internet, emergió como un nuevo demiurgo. Sin embargo ha sido el siglo XX hasta ahora, con todo su infortunio y esplendor, paradojas y contrastes, creación y destrucción, el más trascendental de toda la historia y lega al futuro un horizonte promisor en la búsqueda de un renovado significado de vida y un anhelo de convivencia pacífica para toda la humanidad.
El siglo XX culminó su lenta agonía e inexorablemente declinó hacia el ocaso. Ese instante trascendental en la historia de la humanidad nos permitió acercarnos a la frontera simbólica entre los siglos, incluso entre los milenios, hasta hacerla desaparecer en unos segundos. Esta importante coyuntura que significó el inicio de un nuevo milenio, por el inquieto espíritu de los tiempos modernos, fue proclamado un año antes sin esperar la llegada del año 2001.
En esos últimos 100 años, ocurrieron grandes acontecimientos, felices o conmovedores, que moldearon nuestro tiempo, se relacionaron e interfirieron sin tregua: la política y la economía, la ciencia y la técnica, las costumbres y las estructuras sociales, los conceptos de la vida y de la muerte y el influjo universal del arte. Unos saberes se fundamentaron en otros y proyectaron sus influencias hacia un futuro inmediato. Por su parte, la política y la economía moderna ejercieron tan decisivo influjo en nuestro modo de pensar, de sentir y de vivir, que la cultura y la sociedad se conmovieron hasta sus cimientos, ya que la novedad y el cambio fueron factores fundamentales que provocaron los desafíos bioéticos actuales. Unos por su carácter inédito y otros por las nuevas perspectivas que plantearon.
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El siglo XX ha sido uno de los períodos de la Historia más intensos y Convulsivos que le ha tocado vivir a la humanidad. Siglo de paradojas y de contrastes, se inició con optimismo, fue testigo del apocalipsis de dos guerras mundiales y terminó con un progreso científico inimaginable que nos condujo a una nueva civilización, que aún no podemos intuir. En él ocurrieron grandes acontecimientos que moldearon nuestro tiempo y proyectaron sus resultados hacia un futuro inmediato. Unos fueron providenciales para entender la vida del hombre, combatir las enfermedades y prolongar la vida y otros de innegable importancia social para la humanidad. Unos saberes se fundamentaron en otros. La filosofía se adentro en la matemática, como la ciencia en la filosofía, mientras la política y la economía ejercían tan decisivo influjo en nuestro modo de sentir y de vivir, que la cultura y la sociedad se conmovieron hasta sus cimientos.
En esa centuria, se gestó además, la mayor revolución tecnológica de todos los tiempos, tan trascendental como inimaginable, que con el alunizaje pusieron al hombre en el camino hacia las estrellas y con ella se creó la sociedad de la información, cuyo máximo símbolo: internet, emergió como un nuevo demiurgo. Sin embargo ha sido el siglo XX hasta ahora, con todo su infortunio y esplendor, paradojas y contrastes, creación y destrucción, el más trascendental de toda la historia y lega al futuro un horizonte promisor en la búsqueda de un renovado significado de vida y un anhelo de convivencia pacífica para toda la humanidad.
Palabras clave: siglo XX, crecimiento demográfico, subdesarrollo, hambre, hábitat, biodiversidad, investigación médica, experimentos nazis, descubrimientos científicos
El siglo XX culminó su lenta agonía e inexorablemente declinó hacia el ocaso. Ese instante trascendental en la historia de la humanidad nos permitió acercarnos a la frontera simbólica entre los siglos, incluso entre los milenios, hasta hacerla desaparecer en unos segundos. Esta importante coyuntura que significó el inicio de un nuevo milenio, por el inquieto espíritu de los tiempos modernos, fue proclamado un año antes sin esperar la llegada del año 2001.
En esos últimos 100 años, ocurrieron grandes acontecimientos, felices o conmovedores, que moldearon nuestro tiempo, se relacionaron e interfirieron sin tregua: la política y la economía, la ciencia y la técnica, las costumbres y las estructuras sociales, los conceptos de la vida y de la muerte y el influjo universal del arte. Unos saberes se fundamentaron en otros y proyectaron sus influencias hacia un futuro inmediato. Por su parte, la política y la economía moderna ejercieron tan decisivo influjo en nuestro modo de pensar, de sentir y de vivir, que la cultura y la sociedad se conmovieron hasta sus cimientos, ya que la novedad y el cambio fueron factores fundamentales que provocaron los desafíos bioéticos actuales. Unos por su carácter inédito y otros por las nuevas perspectivas que plantearon.