El proceso colonial de la Banda Oriental puede dividirse en 2 períodos perfectamente definidos. El primero comprende desde el descubrimiento de estas tierras por Solís (1516) hasta la Fundación de Montevideo (1726)
El segundo comprende desde la Fundación de Montevideo hasta el comienzo de la revolución en 1811.
Cuando los conquistadores españoles llegaron al Río de la Plata en el siglo XVI, hallaron en su margen izquierda comarcas onduladas y fértiles, de clima templado, con numerosos ríos y arroyos, con espesos montes en sus orillas, pobladas por tribus indígenas en estado salvaje.
Sus riquezas naturales eran poco interesantes para los españoles, ellos aún soñaban con el mito de “El Dorado”. Por lo tanto, estas tierras eran consideradas por los españoles como tierras sin ningún provecho. Al entrar en el Río de la Plata, e internarse en los ríos Uruguay y Paraná, los exploradores buscaban un nuevo camino hacia el Alto Perú.
Es así que fundaron Asunción, después Santa Fe, para asegurar las comunicaciones con aquel establecimiento y más tarde repoblaron a Buenos Aires para atender la conservación de los dos.
Los fortines primitivos de San Salvador y de San Juan, en la costa del Río Uruguay, eran sólo un punto de escala para los buques que remontaban el Paraná en busca de oro y plata. Por otra parte, las condiciones vitales de este territorio eran las menos propicias para la instalación de poblaciones, ya que carecía de productos naturales de calidad, por lo que los colonos no tenían más sustento que el cultivo de pequeños predios encerrados en las defensas de palo a pique, en lucha con los ataques indígenas.
Pero pronto la "tierra sin ningún provecho" se transformó en una zona disputada por dos imperios, el español y el portugués.
Respuesta:
El proceso colonial de la Banda Oriental puede dividirse en 2 períodos perfectamente definidos. El primero comprende desde el descubrimiento de estas tierras por Solís (1516) hasta la Fundación de Montevideo (1726)
El segundo comprende desde la Fundación de Montevideo hasta el comienzo de la revolución en 1811.
Cuando los conquistadores españoles llegaron al Río de la Plata en el siglo XVI, hallaron en su margen izquierda comarcas onduladas y fértiles, de clima templado, con numerosos ríos y arroyos, con espesos montes en sus orillas, pobladas por tribus indígenas en estado salvaje.
Sus riquezas naturales eran poco interesantes para los españoles, ellos aún soñaban con el mito de “El Dorado”. Por lo tanto, estas tierras eran consideradas por los españoles como tierras sin ningún provecho. Al entrar en el Río de la Plata, e internarse en los ríos Uruguay y Paraná, los exploradores buscaban un nuevo camino hacia el Alto Perú.
Es así que fundaron Asunción, después Santa Fe, para asegurar las comunicaciones con aquel establecimiento y más tarde repoblaron a Buenos Aires para atender la conservación de los dos.
Los fortines primitivos de San Salvador y de San Juan, en la costa del Río Uruguay, eran sólo un punto de escala para los buques que remontaban el Paraná en busca de oro y plata. Por otra parte, las condiciones vitales de este territorio eran las menos propicias para la instalación de poblaciones, ya que carecía de productos naturales de calidad, por lo que los colonos no tenían más sustento que el cultivo de pequeños predios encerrados en las defensas de palo a pique, en lucha con los ataques indígenas.
Pero pronto la "tierra sin ningún provecho" se transformó en una zona disputada por dos imperios, el español y el portugués.
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