Los cuerpos vegetativos de la mayoría de los hongos (y, por tanto, el de los líquenes) están constituidos por filamentos pluricelulares denominados hifas. Las hifas crecen tan solo apicalmente en el ápice. Las hifas pueden crecer con mucha rapidez, hasta más de 1 mm por hora. Por este motivo y por las frecuentes ramificaciones surge en el sustrato una maraña de hifas con una enorme superficie: el micelio.
Como las hifas no están cutinizadas, el micelio es muy sensible a la desecación, pero, por otra parte, están muy capacitadas para absorber osmotróficamente las sustancias disueltas. Este hecho lo aprovechan muchas plantas superiores formando simbiosis con los hongos.
Las hifas de los hongos inferiores no son septadas (no presentan divisiones), organización sifonal.
Las hifas de los hongos superiores presentan septos, divididas en cámaras y células; pero con perforaciones, por lo que también en estos hongos el plasma forma un continuo.
Los micelios son vitales en los ecosistemas terrestres y acuáticos por su papel en la descomposición del material vegetal. Contribuyen a la fracción orgánica del suelo y su crecimiento libera dióxido de carbono a la atmósfera (ver ciclo del carbono). El micelio extramatrico ectomicorrízico, así como el micelio de los hongos micorrízicos arbusculares, aumentan la eficiencia de la absorción de agua y nutrientes de la mayoría de las plantas y confieren resistencia a algunos patógenos vegetales. El micelio es una importante fuente de alimento para muchos invertebrados del suelo. Son vitales para la agricultura y son importantes para casi todas las especies de plantas muchas especies coevolucionando con los hongos. El micelio es un factor principal en la salud, la ingesta de nutrientes y el crecimiento de una planta, siendo el micelio un factor importante para la aptitud de la planta.
Respuesta:
Los cuerpos vegetativos de la mayoría de los hongos (y, por tanto, el de los líquenes) están constituidos por filamentos pluricelulares denominados hifas. Las hifas crecen tan solo apicalmente en el ápice. Las hifas pueden crecer con mucha rapidez, hasta más de 1 mm por hora. Por este motivo y por las frecuentes ramificaciones surge en el sustrato una maraña de hifas con una enorme superficie: el micelio.
Como las hifas no están cutinizadas, el micelio es muy sensible a la desecación, pero, por otra parte, están muy capacitadas para absorber osmotróficamente las sustancias disueltas. Este hecho lo aprovechan muchas plantas superiores formando simbiosis con los hongos.
Las hifas de los hongos inferiores no son septadas (no presentan divisiones), organización sifonal.
Las hifas de los hongos superiores presentan septos, divididas en cámaras y células; pero con perforaciones, por lo que también en estos hongos el plasma forma un continuo.
Los micelios son vitales en los ecosistemas terrestres y acuáticos por su papel en la descomposición del material vegetal. Contribuyen a la fracción orgánica del suelo y su crecimiento libera dióxido de carbono a la atmósfera (ver ciclo del carbono). El micelio extramatrico ectomicorrízico, así como el micelio de los hongos micorrízicos arbusculares, aumentan la eficiencia de la absorción de agua y nutrientes de la mayoría de las plantas y confieren resistencia a algunos patógenos vegetales. El micelio es una importante fuente de alimento para muchos invertebrados del suelo. Son vitales para la agricultura y son importantes para casi todas las especies de plantas muchas especies coevolucionando con los hongos. El micelio es un factor principal en la salud, la ingesta de nutrientes y el crecimiento de una planta, siendo el micelio un factor importante para la aptitud de la planta.