La agricultura es una de las actividades de mayor importancia en la economía paraguaya y de mayor tradición en la historia productiva del país, a partir de los cultivos de yerba mate desde la época colonial y, ya en el siglo XX, con el algodón y el tabaco siendo los principales fundamentos del ingreso de divisas.
Durante los últimos cuarenta años un importante y dinámico proceso de transformación se ha producido en la agricultura paraguaya. Los cambios más destacables son la expansión de la frontera agrícola, la introducción de nuevos cultivos, la aparición de nuevas tecnologías y prácticas de manejo, la incorporación de maquinarias agrícolas, entre otras. Con el desarrollo del sector agrícola de Paraguay, la soja tomó un papel preponderante en la economía del país, transformándose en el principal producto de la agricultura mecanizada paraguaya y en el principal generador de divisas para el país. Según datos de CAPECO la expansión del sector fue tan importante que el área sembrada con soja se triplicó en los últimos 20 años.
Desde mediados de la década pasada los principales indicadores macroeconómicos de Paraguay han mostrado una evolución favorable, lo que tiene su principal fundamento en el gran desarrollo de las exportaciones, que lograron alcanzar una participación en el producto de alrededor del 32% entre 2006 y 2015, según refleja el libro “Paraguay: Potencia Agroindustrial para Alimentar al Mundo” del Instituto Paraguayo de Investigaciones Económicas (IPIE). En 2017, según los datos del Banco Central de Paraguay (BCP), las exportaciones representaron el 36,6% del PIB. Por su parte, el crecimiento de las exportaciones totales fue apuntalado, principalmente, por la producción agrícola, en donde el complejo soja se destaca al haber alcanzado una participación del 35% en las exportaciones totales del país en 2015. En el 2018, la participación de este complejo se ubicó en el 40% de las exportaciones totales.
El fuerte impulso en la producción de soja de los últimos años ha generado una gran dinámica en las exportaciones de poroto (sin industrializar), con un aumento en el volumen del 561% entre 1995 y 2018, lo que implica un crecimiento promedio anual del 7,8%. Las exportaciones de poroto de soja pasaron de 1,07 Mt en 1995 a 6,03 Mt en 2018. Sin embargo, la abundante disponibilidad de semillas de soja cosechadas en el país dio lugar, asimismo, a un crecimiento de la industria oleaginosa. La capacidad instalada de procesamiento registró un aumento del 244% entre 1997 y 2018, pasando de 4.640 t/día a 15.950 t/día, según datos de J.J. Hinrichsen. A su vez, la participación de los productos derivados de la industrialización de la soja en las exportaciones pasó de ser de alrededor del 4,5% (en términos de valor) a mediados de la década del ’90 a un 15,6% en 2018. Estos resultados han posicionado a Paraguay como el quinto productor mundial de soja y el cuarto exportador mundial del complejo soja.
Respuesta:
pliss coronita
Explicación:
La agricultura es una de las actividades de mayor importancia en la economía paraguaya y de mayor tradición en la historia productiva del país, a partir de los cultivos de yerba mate desde la época colonial y, ya en el siglo XX, con el algodón y el tabaco siendo los principales fundamentos del ingreso de divisas.
Durante los últimos cuarenta años un importante y dinámico proceso de transformación se ha producido en la agricultura paraguaya. Los cambios más destacables son la expansión de la frontera agrícola, la introducción de nuevos cultivos, la aparición de nuevas tecnologías y prácticas de manejo, la incorporación de maquinarias agrícolas, entre otras. Con el desarrollo del sector agrícola de Paraguay, la soja tomó un papel preponderante en la economía del país, transformándose en el principal producto de la agricultura mecanizada paraguaya y en el principal generador de divisas para el país. Según datos de CAPECO la expansión del sector fue tan importante que el área sembrada con soja se triplicó en los últimos 20 años.
Desde mediados de la década pasada los principales indicadores macroeconómicos de Paraguay han mostrado una evolución favorable, lo que tiene su principal fundamento en el gran desarrollo de las exportaciones, que lograron alcanzar una participación en el producto de alrededor del 32% entre 2006 y 2015, según refleja el libro “Paraguay: Potencia Agroindustrial para Alimentar al Mundo” del Instituto Paraguayo de Investigaciones Económicas (IPIE). En 2017, según los datos del Banco Central de Paraguay (BCP), las exportaciones representaron el 36,6% del PIB. Por su parte, el crecimiento de las exportaciones totales fue apuntalado, principalmente, por la producción agrícola, en donde el complejo soja se destaca al haber alcanzado una participación del 35% en las exportaciones totales del país en 2015. En el 2018, la participación de este complejo se ubicó en el 40% de las exportaciones totales.
El fuerte impulso en la producción de soja de los últimos años ha generado una gran dinámica en las exportaciones de poroto (sin industrializar), con un aumento en el volumen del 561% entre 1995 y 2018, lo que implica un crecimiento promedio anual del 7,8%. Las exportaciones de poroto de soja pasaron de 1,07 Mt en 1995 a 6,03 Mt en 2018. Sin embargo, la abundante disponibilidad de semillas de soja cosechadas en el país dio lugar, asimismo, a un crecimiento de la industria oleaginosa. La capacidad instalada de procesamiento registró un aumento del 244% entre 1997 y 2018, pasando de 4.640 t/día a 15.950 t/día, según datos de J.J. Hinrichsen. A su vez, la participación de los productos derivados de la industrialización de la soja en las exportaciones pasó de ser de alrededor del 4,5% (en términos de valor) a mediados de la década del ’90 a un 15,6% en 2018. Estos resultados han posicionado a Paraguay como el quinto productor mundial de soja y el cuarto exportador mundial del complejo soja.