En aras de iniciar un bosquejo histórico-social de los páramos, podemos decir que la alta montaña ecuatorial fue paulatinamente copada por los procesos sociales y culturales de los distintos grupos andinos. Según se sabe, los páramos fueron ocupados temporalmente por los indígenas en el período prehispánico. Sus temporadas de permanencia parecen no ser largas y continuas, pues en muchas oportunidades se asciende a las cumbres parameras en tiempos favorables, siguiendo los ritmos ecológicos de la fauna que trasegaba las vertientes desde los piedemontes a los páramos adquiriendo así un carácter cíclico. Una prueba de ello la tenemos en los talleres prehispánicos en los páramos ecuatorianos, donde numerosos elementos de la cultura material indígena hacen manifiesta la ocupación de dichos espacios entre 3.800 y 4.200 m.s.n.m. (Salazar, 1980). De igual manera, Rivera (1980) encontró que los indígenas muiscas habían ocupado el páramo de Guargua, en el contexto montañoso del páramo de Guerrero, desde hace aproximadamente 8.300 años antes del presente.
En aras de iniciar un bosquejo histórico-social de los páramos, podemos decir que la alta montaña ecuatorial fue paulatinamente copada por los procesos sociales y culturales de los distintos grupos andinos. Según se sabe, los páramos fueron ocupados temporalmente por los indígenas en el período prehispánico. Sus temporadas de permanencia parecen no ser largas y continuas, pues en muchas oportunidades se asciende a las cumbres parameras en tiempos favorables, siguiendo los ritmos ecológicos de la fauna que trasegaba las vertientes desde los piedemontes a los páramos adquiriendo así un carácter cíclico. Una prueba de ello la tenemos en los talleres prehispánicos en los páramos ecuatorianos, donde numerosos elementos de la cultura material indígena hacen manifiesta la ocupación de dichos espacios entre 3.800 y 4.200 m.s.n.m. (Salazar, 1980). De igual manera, Rivera (1980) encontró que los indígenas muiscas habían ocupado el páramo de Guargua, en el contexto montañoso del páramo de Guerrero, desde hace aproximadamente 8.300 años antes del presente.