Capitalismo industrial. Está estrictamente vinculado con el desarrollo de la Revolución Industrial desde finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Las nuevas fábricas se convierten en el motor básico y transformador, tanto de las estructuras económicas como sociales; al mismo tiempo generan grandes beneficios y capitales que dan a la burguesía una posición dominante en el sistema y le permite autofinanciar y ampliar sus actividades.