Como en la mayoría de las culturas, se consideraba que los gobernantes tenían un carácter divino. Los reyes estaban a la cima de la pirámide de poder y después venía la corte, que contaba con grandes facultades y sobre la que giraban la vida política y económica de este pueblo.
El rey contaba además con un tribunal real, que le ayudaba a tomar decisiones, y con un ejército, por cierto, poco eficiente, ya que tomaban a los soldados de las satrapías de manera obligatoria y no eran guerreros por conciencia. Curiosamente el ejército persa estaba integrado por soldados griegos, esto se debió a que los griegos mercenarios estaban descontentos con su gobierno y decidían entonces pelear con los ejércitos persas. Además, los griegos también eran captados en las satrapías mediante levas.
Como ya dijimos, Darío dividió el imperio en satrapías, es decir, en una especie de provincias a cuyo frente estaba el sátrapa. Este gobernador tenía todo el poder necesario para tomar las decisiones de su región con absoluta libertad, de tal suerte que sus obligaciones primordiales eran hacer valer el poder del rey en todo los pueblos conquistados y cobrar los impuestos. El sátrapa regularmente provenía de familias aristocráticas y sobre su s decisiones solamente se encontraban las del rey.
Como en la mayoría de las culturas, se consideraba que los gobernantes tenían un carácter divino. Los reyes estaban a la cima de la pirámide de poder y después venía la corte, que contaba con grandes facultades y sobre la que giraban la vida política y económica de este pueblo.
El rey contaba además con un tribunal real, que le ayudaba a tomar decisiones, y con un ejército, por cierto, poco eficiente, ya que tomaban a los soldados de las satrapías de manera obligatoria y no eran guerreros por conciencia. Curiosamente el ejército persa estaba integrado por soldados griegos, esto se debió a que los griegos mercenarios estaban descontentos con su gobierno y decidían entonces pelear con los ejércitos persas. Además, los griegos también eran captados en las satrapías mediante levas.
Como ya dijimos, Darío dividió el imperio en satrapías, es decir, en una especie de provincias a cuyo frente estaba el sátrapa. Este gobernador tenía todo el poder necesario para tomar las decisiones de su región con absoluta libertad, de tal suerte que sus obligaciones primordiales eran hacer valer el poder del rey en todo los pueblos conquistados y cobrar los impuestos. El sátrapa regularmente provenía de familias aristocráticas y sobre su s decisiones solamente se encontraban las del rey.