Levantamiento de cuerpo: Uno de los ejercicios de resistencia más conocidos y antiguos, en los que se utiliza el propio peso para inducir una mayor resistencia muscular. No requieren ni de equipo, ni mucho espacio, ni preparación. Ejemplos de ello son las lagartijas, sentadillas, abdominales y flexiones.
Carreras y trotes: El ejercicio de resistencia por excelencia, la carrera, requiere del aparato aeróbico en su plena capacidad y pone a prueba la resistencia muscular de las extremidades inferiores. En sus variantes de carrera corta (e intensa), carrera larga o trote de maratón, se trata de un ejercicio cardiovascular sumamente popular y demandante.
Coordinación:
Brinca:
Comienza de pie, salta en un lugar y da media vuelta tratando de caer sin perder el equilibrio. Luego, poco a poco, trata de lograr brincar y dar una vuelta completa manteniendo el equilibrio.
Elevación de talones:
Es un ejercicio básico que te ayudará a ir tomando conciencia de tu cuerpo y concentrarte. Si te cuesta mucho coordinar y mantener el equilibrio de inicio, puedes empezar apoyándote ligeramente en una pared. Sin embargo, lo ideal es que lo intentes sin ella.
Colócate erguido, con las piernas abiertas a la anchura de la cadera y los brazos estirados a ambos lados del cuerpo. Toma aire y, al expulsarlo, eleva de manera coordinada los talones y los brazos, de manera que estos queden extendidos delante de ti a la altura del pecho.
En esa posición debes aguantar unos cinco segundos, después descender y luego repetir.
Fuerza:
Sentadilla: Se separan las piernas y se baja, flexionando la rodilla mientras se estiran los brazos hasta que la cadera queda a la altura de las rodillas.
Desplante: Se separan las piernas, y se baja flexionando ambas rodillas para luego regresar.
Flexibilidad:
Torsión de espalda: Sentado en el suelo. Pierna derecha estirada. Dobla la izquierda y pásala por encima de la derecha. Coloca el brazo izquierdo por encima de la rodilla flexionada y presiona con el codo para hacer una torsión de espalda. Siente el estiramiento. Repite al otro lado.
Muslos y cadera: Tumbado boca abajo. Flexiona una pierna y coge el pie con la mano del mismo lado. Tira de ella todo lo que puedas sin que el muslo se despegue del suelo. Cambia de pierna.
Respuesta:
Resistencia:
Levantamiento de cuerpo: Uno de los ejercicios de resistencia más conocidos y antiguos, en los que se utiliza el propio peso para inducir una mayor resistencia muscular. No requieren ni de equipo, ni mucho espacio, ni preparación. Ejemplos de ello son las lagartijas, sentadillas, abdominales y flexiones.
Carreras y trotes: El ejercicio de resistencia por excelencia, la carrera, requiere del aparato aeróbico en su plena capacidad y pone a prueba la resistencia muscular de las extremidades inferiores. En sus variantes de carrera corta (e intensa), carrera larga o trote de maratón, se trata de un ejercicio cardiovascular sumamente popular y demandante.
Coordinación:
Brinca:
Comienza de pie, salta en un lugar y da media vuelta tratando de caer sin perder el equilibrio. Luego, poco a poco, trata de lograr brincar y dar una vuelta completa manteniendo el equilibrio.
Elevación de talones:
Es un ejercicio básico que te ayudará a ir tomando conciencia de tu cuerpo y concentrarte. Si te cuesta mucho coordinar y mantener el equilibrio de inicio, puedes empezar apoyándote ligeramente en una pared. Sin embargo, lo ideal es que lo intentes sin ella.
Colócate erguido, con las piernas abiertas a la anchura de la cadera y los brazos estirados a ambos lados del cuerpo. Toma aire y, al expulsarlo, eleva de manera coordinada los talones y los brazos, de manera que estos queden extendidos delante de ti a la altura del pecho.
En esa posición debes aguantar unos cinco segundos, después descender y luego repetir.
Fuerza:
Sentadilla: Se separan las piernas y se baja, flexionando la rodilla mientras se estiran los brazos hasta que la cadera queda a la altura de las rodillas.
Desplante: Se separan las piernas, y se baja flexionando ambas rodillas para luego regresar.
Flexibilidad:
Torsión de espalda: Sentado en el suelo. Pierna derecha estirada. Dobla la izquierda y pásala por encima de la derecha. Coloca el brazo izquierdo por encima de la rodilla flexionada y presiona con el codo para hacer una torsión de espalda. Siente el estiramiento. Repite al otro lado.
Muslos y cadera: Tumbado boca abajo. Flexiona una pierna y coge el pie con la mano del mismo lado. Tira de ella todo lo que puedas sin que el muslo se despegue del suelo. Cambia de pierna.
Explicación: