Verdadero ya que los ribosomas, encargados de ensamblar uno a uno los aminoácidos que componen cada proteína, son los operarios más complejos en el proceso de mantener la vida de las células. Vivimos gracias a que la información heredada de nuestros padres, contenida en el ADN, se convierte en moléculas, todas las que forman nuestras células y las hacen funcionar. La información del ADN está escrita en un lenguaje que solo entienden varias estructuras -ribosomas, polimerasas, ARNt- que en cada célula se dedican a copiar, transcribir y traducir lo que allí se dice para convertirlo en todo el contenido celular, en célula viva.
La estructura de los ribosomas no fue fácil de determinar, están compuestos por demasiadas piezas (de proteína y de ácido ribonucleico) y, aunque de tamaño submicroscópico, son demasiado grandes para que las técnicas usadas para averiguar la estructura del ADN los pudieran cartografiar. Tras disponer de muchos datos y avances técnicos, los equipos de Ramakrishnan, Steitz y Yonath determinaron en el año 2000 cómo las distintas piezas encajan en el gran rompecabezas.
Verified answer
Verdadero ya que los ribosomas, encargados de ensamblar uno a uno los aminoácidos que componen cada proteína, son los operarios más complejos en el proceso de mantener la vida de las células. Vivimos gracias a que la información heredada de nuestros padres, contenida en el ADN, se convierte en moléculas, todas las que forman nuestras células y las hacen funcionar. La información del ADN está escrita en un lenguaje que solo entienden varias estructuras -ribosomas, polimerasas, ARNt- que en cada célula se dedican a copiar, transcribir y traducir lo que allí se dice para convertirlo en todo el contenido celular, en célula viva.
La estructura de los ribosomas no fue fácil de determinar, están compuestos por demasiadas piezas (de proteína y de ácido ribonucleico) y, aunque de tamaño submicroscópico, son demasiado grandes para que las técnicas usadas para averiguar la estructura del ADN los pudieran cartografiar. Tras disponer de muchos datos y avances técnicos, los equipos de Ramakrishnan, Steitz y Yonath determinaron en el año 2000 cómo las distintas piezas encajan en el gran rompecabezas.