Los realizados contra el Centro Mundial de Comercio (World Trade Center) de New York y contra el Pentágono (sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos), en Arlington (Virginia). El Gobierno de George W. Bush logró engañar durante mucho tiempo al pueblo estadounidense y al mundo entero que los responsables de tales atentados eran un grupo de 19 terroristas musulmanes de Al-Qaeda (dirigidos por Osama bin Laden desde unas cuevas en Afganistán) que habían secuestrado cuatro aviones de pasajeros, dos de los cuales los hicieron estrellar contra las Torres Gemelas del World Trade Center, un tercer avión contra el Pentágono, y que el cuarto avión, que presumiblemente tenía por objetivo la Casa Blanca o el Capitolio, se estrelló en Shanksville (Pensilvania), después de que los pasajeros lucharon con los secuestradores para tomar el control de la aeronave (aunque lo más probable es que haya sido derribada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos).
Con el transcurrir del tiempo ha ido desvelándose la verdad, y ahora se puede decir casi de manera categórica que esos ataques terroristas, que costaron la vida de 2,992 personas, fueron planificados por el propio Gobierno de Estados Unidos y los organismos de inteligencia y seguridad de ese país, a fin de crear un estado de conmoción nacional y de aprobación de la población estadounidense a las invasiones militares de Afganistán, Irak y otros países, para apoderarse de sus riquezas y cumplir sus objetivos geopolíticos y hegemónicos de dominación de espectro completo.
karenvanessa965
El atentado terrorista del 11 de setiembre de 2001, en el que murieron 3.700 personas, fue el primer ataque en suelo estadounidense en la historia de ese país, y definió buena parte de la política exterior de la mayor potencia del mundo desde entonces.
Los realizados contra el Centro Mundial de Comercio (World Trade Center) de New York y contra el Pentágono (sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos), en Arlington (Virginia). El Gobierno de George W. Bush logró engañar durante mucho tiempo al pueblo estadounidense y al mundo entero que los responsables de tales atentados eran un grupo de 19 terroristas musulmanes de Al-Qaeda (dirigidos por Osama bin Laden desde unas cuevas en Afganistán) que habían secuestrado cuatro aviones de pasajeros, dos de los cuales los hicieron estrellar contra las Torres Gemelas del World Trade Center, un tercer avión contra el Pentágono, y que el cuarto avión, que presumiblemente tenía por objetivo la Casa Blanca o el Capitolio, se estrelló en Shanksville (Pensilvania), después de que los pasajeros lucharon con los secuestradores para tomar el control de la aeronave (aunque lo más probable es que haya sido derribada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos).
Con el transcurrir del tiempo ha ido desvelándose la verdad, y ahora se puede decir casi de manera categórica que esos ataques terroristas, que costaron la vida de 2,992 personas, fueron planificados por el propio Gobierno de Estados Unidos y los organismos de inteligencia y seguridad de ese país, a fin de crear un estado de conmoción nacional y de aprobación de la población estadounidense a las invasiones militares de Afganistán, Irak y otros países, para apoderarse de sus riquezas y cumplir sus objetivos geopolíticos y hegemónicos de dominación de espectro completo.